Críticas
El poder de imaginar lo inesperado
Así nos va
Otros títulos: Juntos pero no tanto.
And So It Goes. Rob Reiner. EUA, 2014.
Los temas de la familia y de las relaciones humanas serán, siempre, fuente abundante de historias para las películas. Nunca han de faltar variaciones para explorar, ni situaciones para describir, tales son los amplísimos recovecos del comportamiento humano. A diferencia de los temas de las películas fantásticas o las de horror o de las de violencia, que se refieren a asuntos extraños, con lo cuales pocas veces nos topamos en el diario vivir, las que tratan de las relaciones se refieren a las cosas de la vida que a todos nos pueden suceder, muchas de las cuales, de hecho, se parecen a nuestras propias vivencias o las de personas que conocemos o de las cuales tenemos noticias. Es por esto que las vidas mismas de los artistas de cine, de la farándula o las de los famosos son como películas, objetos curiosos que nos entretienen y nos atraen.
Esto mismo hace que no sea fácil hacer un filme sobre la vida cotidiana de las personas, ni esperar que sea objeto de grandes aclamaciones por parte de los críticos, ya que siempre hay una cierta sensación de obviedad en estas historias, algo que se repite, que ya se hizo bien en el pasado y que va ser difícilmente mejorado, no importa que sus protagonistas, por ejemplo, Michael Douglas y Diane Keaton, sean prestigiosos artistas, como es el caso de Así nos va / Juntos… pero no tanto, película de Rob Reiner (un experto en este tipo de historias, director de When Harry Met Sally y laureado actor de All in the Family).
Sin embargo, si nos enfocamos en la historia y no tanto en las exigencias mismas, a veces imposibles, que imponemos a los artistas, ver a Juntos… pero no tanto puede ser una experiencia grata y valiosa. Un hombre solitario, viudo, medianamente próspero y caprichoso, ya entrado en años, se ve sujeto a las influencias de dos mujeres, sufriendo una laboriosa transformación que lo convierte en alguien más humano y más feliz. Dados los continuos conflictos de la vida, nos imaginamos que en ella, con frecuencia mayor, sucede todo lo contrario, que es una sucesión de circunstancias desafortunadas, de crisis y de fracasos y que el camino de la mejora continua personal es, como mucho, un capítulo de libro escrito por autores melosos, para ganar dinero y engañar. Sin embargo, la vida que vale la pena vivir, puede ser de metas valerosas y vibrantes, que hacemos realidad, hasta que al fin, se pueden ir tejiendo con ella, texturas delicadas y preciosas.
El filme, quizás sin proponérselo, es una completa lección sobre las características opuestas y complementarias de los lados femeninos y masculinos de las personas, lección que se describe muy bien en el comportamiento del personaje que protagoniza Michael Douglas.
Un primer aspecto es el de la mente y el del cuerpo y sus potencias perceptoras. El personaje va evolucionando desde una visión descarnadamente lógica y precisa, basada en una mente lógica y egoísta y va descubriendo que también tiene cuerpo, que es capaz de disfrutar, de sentir emociones, de divertirse y de reír con inocencia, y no solamente con ironía y malicia. Sus miradas y sus sentidos, que antes veían solamente lo de corto plazo, lo aparente y lo evidente, van descubriendo posibilidades insospechadas, aparecen los proyectos y los planes de vida, lo lejano adquiere sentido; eventualmente es capaz de despertarse a miradas más profundas e integrales, a apreciar a las personas y a encontrar el sentido real de las cosas y de las personas que le rodean. Pasa de una vida nutrida por la rutina y lo predecible, a un gusto por lo inesperado y lo sorprendente.
Literalmente, el personaje pasa de entretenerse con ideas fijas a hacerse masajes mentales, entrando en contacto con ideas más refrescantes y estimulantes. Eventualmente desarrolla una habilidad para salir de su ensimismamiento repetitivo, logrando una capacidad para escuchar al otro, para saber escuchar a su entorno. Pasa de observar en todo un simple tema de negocios hasta apreciarlo como realidad familiar y amistosa.
De hecho, ello sucede con el tema que sirve de conector en la extensión completa del filme, que es la venta de una casa lujosa, a la vez la propia casa de Oren Little, el personaje que encarna Douglas, en la cual vivió con su esposa ya muerta, y que quiere vender por un precio alto, basado en su poder convincente y su experiencia como vendedor de bienes raíces, en la calidad de los materiales de la casa y en su excelente estética construcción. Contra todo lo esperado, en verdad, la vende al precio señalado, pero los compradores sólo se definen por ello cuando encuentran en la casa y en el vendedor esos valores familiares que estaban perdidos y que finalmente brotan de nuevo.
En esencia, la película, sutilmente, nos presenta al sentir como la mejor forma de percepción, en la cual las personas son capaces de identificarse con otros objetos y seres, despertando las energías femeninas como equilibrio a las miradas más racionales de tipo masculino. Y ¿cómo lo hace? A partir de tres personajes femeninos, que representan un completo rango de actuaciones efectivas, con capacidad para penetrar y suavizar la aparente dureza masculina, para lograr compromisos compartidos, sueños que ya no se aprecian imposibles.
Sarah (Sterling Jerins), la nieta de Oren Little, llega como una tromba inocente a su vida y le hace descubrir esas perdidas capacidades para imaginar, jugar y soñar. Leah (Diane Keaton), una mujer ya madura, su vecina, a quien apenas si determinaba, la lleva a redescubrir la ilusión y los proyectos y a plantearse el amor como algo real, de la mano de su voz encantadora y de sus canciones románticas y nostálgicas, todo un valor en esta película. Con Kennedy (Yaya DaCosta) se enfrenta al más esencial de los actos de la feminidad, el de dar a luz, cuando es testigo obligado y torpe del nacimiento del niño de su joven vecina, algo que jamás imaginó. Es precisamente en eso, en su capacidad para imaginar lo inesperado, que un espectador despierto encuentra valores y disfrutes en este filme.
Trailer:
Ficha técnica:
Así nos va / Juntos pero no tanto (And So It Goes), EUA, 2014.Dirección: Rob Reiner
Guion: Mark Andrus
Producción: Alan Greisman, Mark Damon, Rob Reiner
Fotografía: Reed Morano
Música: Marc Shaiman
Reparto: Michael Douglas, Diane Keaton, Sterling Jerins, Paloma Guzmán, Frances Sternhagen, Frankie Valli, Yaya DaCosta