Críticas
Como una cerilla en el océano
Asier y yo
Asier ETA biok. Aitor Merino, Amaia Merino. España / Ecuador, 2013.
Cuando todo está oscuro nos confundimos, nos desorientamos e incluso, por miedo, afloran nuestros instintos primarios. Podríamos decir que estas reacciones también tienen un componente atávico. El fuego lo cambió todo, o eso creo recordar que me enseñaron. Gracias a esa luz, aparte del cambio culinario, tendieron a desaparecer las inseguridades propias de la noche, aprovechando el momento para hablar e incluso contar historias en torno a las llamas, algo que reside en la propia esencia del cine.
La falta de luz para percibir las cosas ya no preocupa en nuestra sociedad occidental, o no debería. Ahora, ‘la carencia de noticias acerca de un hecho o de sus causas y circunstancias’[1] trae muchos más problemas.
El conflicto vasco, ETA o como quieran ustedes llamarlo, no quiero herir sensibilidades, es el que Aitor y Mireia Merino se atreven a tratar en este documental. Un filme que ha pasado mediáticamente de puntillas y que se atreve a arrojar luz, aunque sea la de una cerilla en un océano de oscuridad, sobre uno de los, hasta hace poco esperemos, últimos conflictos armados en Europa.
La perplejidad del actor Aitor Merino ante la acusación a Asier Aranguren, un amigo de la infancia, de pertenecer a ETA marca el inicio de esta cinta. Merino, colocado a un lado y a otro de la cámara, plasma sus dudas y explica de un modo muy personal aspectos sobre el conflicto vasco intentando tender puentes entre las dos partes.
El documental no deja de ser un viaje emocional y espiritual para el codirector, donde el espectador es su compañero, tratando de buscar explicación a la militancia de su amigo. De esta forma asistimos a una especie de arqueología personal que indaga en todos los elementos relevantes de la vida de Aitor y Asier: su educación en la escuela, la insumisión de Asier, la errónea detención de Aitor y el momento en el que este último lo dejó todo para irse a Madrid a estudiar interpretación, punto de inflexión en el que sus dos vidas toman intereses y caminos diferentes.
Hay que reconocer que hablar de lo que se habla en este trabajo no es fácil. Ni siquiera pretender entender razones e ideas necrosadas desde hace décadas. Para el espectador, más para el que conozca un poco estos problemas, tampoco es una tarea sencilla discernir y abordar esta cinta. Aitor Merino es consciente y se toma este cometido como algo personal, como lo es su película. Es un vasco que vive en Madrid, a veces forastero en su tierra e intruso en la capital, y viceversa. Quizá por eso sus formas de abordar Asier y yo sean las de conseguir acercamientos entre partes o la de entender el por qué su amigo de toda la vida se ha adherido a un grupo de gente que mata personas en función de sus ideas. De esta manera, muchas veces para rebajar el tono, no duda en utilizar sus artes como actor, hablando a cámara para explicar o volver a reflexionar. En el conjunto de la cinta hay momentos como estos que no acaban de ser acertados, pero que vienen bien para descansar o remarcar situaciones absurdas de la realidad.
La bruma del bosque donde entrevista a Asier que abre y cierra el documental tal vez sea la mejor metáfora del filme y del propio amigo. Ni los retazos de su vida ni sus palabras aclaran muchas de las sombras que alberga, a pesar de no tener delitos de sangre. La única persona que queda realmente expuesta es Merino porque en él no hay duda de querer empatizar con el espectador, de su visión contraria a la violencia o de sus encrucijadas personales derivadas del conflicto vasco, mejor o peor contadas.
El documental transpira la verdad de la duda, del desconcierto personal y la maraña emocional casi irresoluble que durante muchos años se ha sembrado en el País Vasco y en el resto del territorio español. Asier y yo enciende esa pequeña cerilla para ahuyentar la profunda oscuridad que rodea este tema. Y tal vez solo por el atrevimiento que otros no han mostrado es por lo que esta luz brilla un poco más.
[1] Quinta acepción del diccionario de la Real Academia Española sobre el término oscuridad.
Tráiler:
Ficha técnica:
Asier y yo (Asier ETA biok), España / Ecuador, 2013.Dirección: Aitor Merino, Amaia Merino
Guion: Aitor Merino, Amaia Merino
El documental muestra una imagen de Asier dulcificada, la relación con su la tía y toda su familia, en la noche vieja intenta justificar con su madre lo injustificable, si quieres cambiar la sociedad en la que vives hazlo desde las instituciones, no desde las armas.
Pero luego la parafernalia del recibimiento de los que piensan como él, y a su vez él se siente agusto y agracedido de este recibimiento.
Este documental te crea muchas dudas, pertenece a ETA, y sin embargo se muestra hasta incluso entrañable, no hay ninguna pregunta de porque pertenece a un grupo terrorista, que le hace llegar ahí.
Entiendo que al ser un amigo quieres dar una imagen de Asier tierna, comprensiva, le pones muy bien, pero desde el espectador no se comprende.