Festivales
BAFICI 17 – Competencia Argentina
Como cada año, nos adentramos durante diez días en uno de los Festivales más importantes de Latinoamérica, el Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente –BAFICI- que ya cumplió su décimo séptima edición.
Un gran número de films colmaron las distintas salas de la Ciudad de Buenos Aires, dando lugar a un universo de propuestas audiovisuales de gran diversidad artística.
Entre las secciones más importantes se encuentra la Competencia Oficial Argentina, compuesta por una muestra de películas muy heterogéneas y, en pocas ocasiones, innovadoras. Historias de ficción; documentales y una combinación de ambos registros, donde el límite entre ficción y realidad se vuelve impreciso.
Dentro de la competencia, se presentaron obras de jóvenes directores nóveles: Marcos Rodríguez, Julieta Sans, Nicolás Aponte Dutter, Federico Pintos y otros, que presentaron su ópera prima; también se hicieron presentes cineastas de trayectoria y habitués del Bafici, como Rosendo Ruiz; Juan Villegas, Matías Piñeiro; Daniel Rosenfeld y José Celestino Campusano, entre otros.
A fin de acercarles una muestra de lo que vimos, como una suerte de balance al cierre del Festival, algunas películas de la Competencia podrían agruparse dentro de ciertos tópicos o tendencias narrativas similares (Idilio con Placer y Martirio; Mar con Miramar; Arribeños junto a Guido Models); otras formarán parte de un grupo más heterogéneo e independiente por su diversidad (Generación artificial; Cuerpo de Letra; Poner el rock a la moda; Madre de los dioses); y sólo unas pocas destacadas merecerán un tratamiento más personalizado dentro de la sección críticas: Al centro de la Tierra, de Darío Rosenfeld, propone, con gran esteticismo, una combinación de ficción y documental sobre la búsqueda de un hombre por hallar las verdad sobre los ovnis registrados en la región de Cachi, al norte de Salta. Con su cámara los ha filmado durante años, sólo falta la exploración del lugar que va más allá de la mera búsqueda, su motivación se relacionará con la fe del personaje. En Victoria, de Juan Villegas, el realizador elige por primera vez realizar un documental sobre la cantante de tango Victoria Morán. Una mujer multifacética que escinde su vida entre la lucha cotidiana y el amor a la música. La orientación para hallar su esencia es uno de los motivos que impulsan un sincero y bello registro. Todo el tiempo del mundo, de Rosendo Ruiz, es un proyecto colectivo realizado junto a sus alumnos. Un viaje de tres adolescentes y las distintas experiencias que atravesarán es parte de una buena propuesta. Con gran fluidez narrativa y destacadas interpretaciones se cuenta una historia pequeña que se vuelve encantadora. La Princesa de Francia, de Matías Piñeiro, film ganador de la Competencia Argentina, se destaca por una puesta en escena sólida y un gran trabajo visual y fotográfico en el que combina cine y teatro dentro de un mismo espacio audiovisual. Última de su trilogía “Las Shakespereadas”, junto a Rosalinda y Viola, donde el realizador da luz a un grupo de jóvenes que planifican hacer un radioteatro basado en una obra de Shakespeare. Comedia de enredos, una obra haciéndose y la superposición entre realidad y ficción son parte de una propuesta audaz y singular.
De amor y de sombras
Placer y Martirio, de José Celestino Campusano (Legión, tribus urbanas motorizadas, 2006; Vil romance, 2008; Vikingo, 2009; Fango, 2012) obtuvo el premio al Mejor Director del Bafici 17. En su nueva película, y lejos del conurbano bonaerense o el campo, donde suele ambientar sus films, se introduce en una historia que transcurre en una locación atípica, Puerto Madero. Dentro de un lujoso departamento, situado en una de las zonas más cotizadas de la ciudad, se narra el conflicto que atraviesa una mujer de mediana edad, de clase alta, infelizmente casada y con una hija adolescente que no llega a comprender. Impulsada por el desinterés de su matrimonio y las fantasías reprimidas de sus amigas solteras, decide conocer a un hombre de negocios, enigmático y dominante, que la seduce inmediatamente y al cual se entrega sin miramientos. Conocerlo significará un vuelco radical en su vida y en la de su familia.
La mirada del realizador se agudiza y se vuelve crítica e indulgente sobre los estereotipos de mujeres y hombres que construye a lo largo del relato. Con gran fluidez narrativa, logra sostener un clima de agobio y sumisión, donde se hacen presentes la degradación, el sexo y la dominación, la intolerancia y la hipocresía de los vínculos de clase. Sin embargo, el tema resulta demasiado visto y el guión no aporta mucho más para diferenciarlo, a esto se suma el artificio y la rigidez de las interpretaciones que terminan desluciendo lo que en un principio parecía prometer.
Idilio, ópera prima de Nicolás Aponte Dutter, opta por una estética y puesta en escena muy diferente al film anterior, pero se relaciona a partir de los conflictos de pareja y la dificultad en las relaciones. El film recibió una Mención Especial del Jurado. Su título alude a la idea del realizador por desglosar el significado del término “idilio” a partir de sus distintos matices. Divida en capítulos, con planos fijos y cercanos, una fotografía en blanco y negro y muy buenas canciones de amor que unen las secuencias, cargándolas de sentido, se va construyendo un relato sencillo sobre los problemas comunes de toda relación juvenil, cuando un hombre es compartido por dos mujeres. La cámara funciona como catalizadora de la angustia que ella le transmite a su amigo a lo largo de las escenas. La singularidad formal del cómo se muestra es siempre la misma; reiterar de manera sistemática su puesta en escena. De esa manera, casi no logra diferenciar el avance del enunciado entre las distintas secuencias del film. Si bien se destaca la naturalidad interpretativa de la protagonista, quien dialoga todo el tiempo con su amigo que está fuera de cuadro, en casi toda la película, todo que comienza siendo original termina tornándola monótona y predecible.
Personajes en búsqueda
Mar, de Dominga Sotomayor (De jueves a domingo, Bafici 2012) transcurre durante el verano, en un viaje de vacaciones a la costa argentina. El mar se vuelve un bálsamo sobre los problemas que no terminan de aflorar, la abulia cotidiana, diálogos entrecortados y una pareja que no sabe bien qué hacer o (des)hacer. La llegada de la madre del joven termina por invadir sus espacios con un histrionismo que, por momentos, resulta simpático. La narración es débil, los conflictos están latentes, pero nunca se manifiestan del todo. Hay malestar en los personajes, se muestran insatisfechos y desconocemos las causas. La familia, como un vínculo quebradizo, y la búsqueda individual forman parte de la trama. La cineasta chilena (desconozco por qué está dentro de la Competencia Argentina), que eligió filmar en las playas de Villa Gesell, no logra un relato sólido ni parte de un buen guión, más bien resulta ser el rodaje de un capítulo desconectado y suelto sobre una historia que nunca termina de definirse.
En Miramar, ópera prima de Fernando Sarquís, otro exponente del Nuevo Cine Cordobés que se destacó en el Bafici 16, propone una obra donde trabaja con pocos elementos: un balneario, dos jóvenes, un viaje y el agua como marco dan lugar a otro relato narrativamente mínimo y débil, donde los conflictos también permanecen latentes en los personajes y de los cuales no sabemos mucho más. Un joven llega a una hostería donde trabaja Sofía con su madre y un padre enfermo. Ellos cruzarán el destino de sus vidas, pero el silencio envolverá la historia y los espacios, los protagonistas se muestran abúlicos y el tiempo parece estanco. Ellos buscan su lugar, y los conflictos internos son parte del crecimiento. Al igual que los personajes de Mar, los jóvenes también intentan hallar otro rumbo, una motivación que los contenga.
Inmigrantes y Comunidades
Guido Models es un buen comienzo para la carrera de la fotógrafa argentina, Julieta Sans. El documental centra su atención sobre la tarea que realiza Guido Fuentes, un modisto boliviano que decidió crear una agencia de modelos, “Guido Models”, dentro de la Villa 31 donde reside, para darles una oportunidad a las chicas del lugar. Su objetivo es mostrarle otro rumbo, una salida laboral o la oportunidad necesaria para ayudarlas en la vida. La cámara se inserta en la villa, recorre sus calles, muestra la dificultad en el armado de los desfiles y el taller de costura ambientado con sencillez pero cargado del orgullo de Guido frente a su espacio de creación. Él también se permite otra oportunidad y va hacia adelante sin renegar de su origen. En el film hay una distancia necesaria y justa que enmarca los personajes con el entorno. La mirada de Sans es inclusiva, porque da luz a los distintos mecanismos de visibilidad sobre quienes frecuentemente son marginados.
Arribeños es otro documental y el primer film de Marcos Rodríguez sobre el Barrio Chino. Una comunidad que reside en la Ciudad de Buenos Aires dentro del barrio de Belgrano, entre las avenidas Juramento y Olazábal. ¿Cómo se inserta una comunidad dentro de otra? ¿Cuáles son sus límites y obligaciones? El film rescata varios aspectos de esa inserción: el rol de los inmigrantes taiwaneses que llegaron en los años 70 y 80 a nuestro país; y revela alguna de sus historias, muestra la cotidianidad, la relación con los vecinos de la zona, la discriminación que también resisten y el desarraigo de su país de origen como una marca que deben sobrellevar. Las entrevistas se mezclan con las imágenes, la cámara funciona como una gran observadora dentro de un espacio que es propio y ajeno al mismo tiempo.
Párrafo aparte merecen algunos films de la Competencia que por sus elecciones temáticas, estéticas o lenguaje narrativo logran propuestas muy disímiles al resto y con resultados muy variados.
Misceláneas
Generación Artificial, de Federico Pintos, es un film dentro de otro. Un documental que vemos haciéndose, y que rescata la historia de los VJ o video jockeys. A través de la voz en off de su realizador, interpretado engañosamente por otra persona, veremos la evolución histórica del video y la cultura de la imagen a lo largo de varias décadas. Con insertos de entrevistas, un sinfín de efectos visuales e imágenes hipnóticas y psicodélicas, el centelleo de luces se vuelve algo irritante. Así de libre como caótica, la búsqueda del realizador intenta dar con el VJ más destacado por tener un método especial y experimental: hackear el cerebro para obtener imágenes sensoriales. Generación Artificial es un collage visual que habla sobre el poder que las imágenes ejercen sobre nosotros y en particular sobre Pintos.
Lejos del chisporroteo de la pantalla, en el documental Madre de los dioses de Pablo Agüero, El Bolsón se vuelve el lugar elegido para narrar la historia de cuatro mujeres que decidieron, por diversos conflictos personales, cambiar el rumbo de sus vidas y volver a empezar. Ellas fueron en busca de algo distinto, enriquecedor, energético. El rumbo estará relacionado al crecimiento espiritual. Un relato inmerso en el misticismo que se desarrolla en un paisaje bellísimo y enigmático. El registro de cada una de ellas marca sus diferencias, pero las une la instancia en la que creen. Como cierre, la aparición de la actriz Geraldine Chaplin recitando le otorga un encanto especial.
Cuerpo de letra, de Julián D´Angiolillo (Hacerme feriante, Bafici 2010) se acerca más a un registro social y político sobre un tema actual. Un grupo de chicos: Eze, Franky y el Narigón, están tironeados por los manejos políticos de quienes los dirigen para hacer pintadas callejeras alternando también sus gustos por lo artístico. Las bandas dirigidas por punteros que hacen pintadas en los muros de las autopistas son parte de lo cotidiano. Con gran esteticismo visual, el realizador mezcla la ficción con cierto registro documental que parte de la realidad. La noche, la ciudad de Buenos Aires, el asfalto, los muros de cemento, los códigos urbanos de las bandas, las letras dibujadas, pintadas, también expresan, hablan, relatan en silencio parte de nuestro tiempo. Es un lenguaje dentro de otro con un estilo singular y muy bien narrado.
El camino que recorre una banda de rock llamada Bandas de Turistas es el tema del documental Poner al rock de moda, ópera prima de Santiago Charriere. En él se narra la historia de una banda de pop rock conocida que enfrenta una carrera artística con avatares, competencias, fantasías, logros y giras. El film se inserta en el ambiente del rock nacional para seguir su cotidianeidad. Charriere mezcla distintos formatos visuales desde el Súper 8 hasta el video, y lleva su cámara hasta los recitales y los ensayos para registrar los momentos que atraviesa una banda con todas sus singularidades y exitismos. El arte y la fama pasan a ser temas que se desprenden de su propuesta.
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