Festivales
BAFICI 2018
Del 11 al día 22 de abril tuvo lugar uno de los eventos artísticos más esperados para la cinefilia porteña, el Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (Bafici), organizado por el Ministerio de Cultura del Gobierno de la Ciudad y, nuevamente, bajo la dirección artística de Javier Porta Fouz.
El festival festejó sus veinte años ininterrumpidos junto al cine independiente, ampliando su programación y ofreciendo más actividades para los espectadores. Se incrementó la cantidad de premières mundiales y la cifra de salas de exhibición (entre ellas, la emblemática Sala Lugones) aumentó a 36, distribuidas en más de 15 barrios, a los cuales se sumaron centros y espacios culturales donde se realizaron proyecciones gratuitas.
La vigésima edición contó con tres cineastas invitados, incluidos en la Sección Focos. El primero fue el director estadounidense que ejercía gran admiración por su cine irreverente hace veinte años atrás, aunque aún sobreviva un reducto de jóvenes entusiastas que asistieron encantados al encuentro con John Waters, donde firmó ejemplares de un libro que le dedicó el Festival, y a la proyección de gran parte de su filmografía. Una de las funciones más atractivas que lo incluía fue la proyección de Fuego, donde debía encontrarse con la diva de Armando Bo, Isabel Sarli en un literal tête à tête. Los asistentes a la proyección, que deseaban presenciar un duelo de palabras espontáneo entre dos seres tan bizarros, se encontraron con la decepcionante proyección de un video que reproducía el encuentro realizado en privado. Otro invitado relevante fue el francés Philippe Garrel, de quien se ofreció la proyección de 14 de sus películas, que llevan consigo mucho del Mayo del 68, del movimiento hippie y del pop art. Ofreció una masterclass, donde se explayó sobre su filmografía, sus ideas políticas y sus experiencias. El tercero fue el norteamericano James Benning, prolífico realizador de un cine no narrativo, que busca retratar el entorno del ser humano y entregárselo al espectador para que le encuentre un sentido, lo invita a reflexionar y a emocionarse con imágenes y sonidos contrapuestos, logrando establecer un diálogo poético con ese ser que tiene frente a la pantalla.
En línea con directores de gran trascendencia, la sección Trayectorias exhibió las últimas producciones, entre otros, Abel Ferrara (Alive in France, la gira del director con su banda, interpretando los soundtracks de sus películas), Mohammad Rasoulof (A Man of Integrity, filmada en la clandestinidad, narra cómo la corrupción llega para quedarse en una tranquila comunidad iraní), Michael Haneke (Happy End, una mirada al hipócrita estado de bienestar de una familia burguesa), Hong Sang-soo (Grass, sobre las conversaciones mantenidas en un café acerca del cine, el amor y la muerte), Sebastián Lelio (Disobedience, una postal sobre el amor prohibido en una comunidad judía ortodoxa), Bruno Dumont (Jeannette, la infancia de Juana de Arco, encantador musical sobre la niña, antes de convertirse en Juana de Arco), Constantin Popescu (Pororoca trata la irremplazable y desconsolante pérdida de un ser en su entorno familiar), Lav Diaz (Season of the Devil, la violencia estatal y una comunidad reprimida, retratadas a través de un musical), Denis Côté (Ta peau si lisse, un discurso sobre la búsqueda del cuerpo perfecto), Ruth Beckermann (The Waldheim Waltz, sobre el escándaloso pasado nazi del alguna vez candidato a presidente de Austria) y Sergei Loznitsa (Victory Day, la conmemoración de los berlineses de origen ruso en el aniversario de la derrota nazi por parte de los soviéticos). Gran parte de la sección contó con cintas que fueron premières en América Latina o en la Argentina.
Durante la apertura del Festival, al igual que el año pasado, tuvo lugar la protesta de manifestantes que se oponen a los cambios políticos gestados por el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), por perjudicar a las pequeñas productoras de cine independiente, que se encuentran con serias dificultades para filmar. Bajo la consigna “Sin cine independiente no hay Bafici”, se intentó alertar sobre las medidas que se están implementando contra el cine nacional independiente. Mientras las voces se hacían escuchar, y los panfletos caían entre la gente, la programación inaugural comenzaba con la comedia nostálgica Las Vegas, del cineasta argentino Juan Villegas, proyectada en simultáneo en el Espacio INCAA Cine Gaumont y al aire libre en la Plaza Francia. La película relata la historia de una pareja separada, con un hijo de 18 años, que se reencuentra por casualidad en la localidad balnearia donde planificaron ese hijo.
Para la función de Clausura se exhibió Isla de perros (Reino Unido / Alemania, 2018), la nueva producción animada del gran Wes Anderson, con su inconfundible estilo y universo estético. La película cuenta la odisea de Atari, quien parte hacia la Isla de la Basura para rescatar a su querida mascota Spots.
Presentación y Clausura funcionaron como preestrenos, pues ambas cintas ya tienen fecha de proyección en salas comerciales.
Y hubo dos ausencias notables y sensibles: la de Sin aliento, el diario del festival, que había dejado de editarse en papel, pero en las últimas ediciones podía consultase por Internet, y el Filminuto con que distintos cineastas homenajeaban al Bafici a través de sesenta segundos, muchas veces dignos de una distinción en nuestros comentarios.
Nuestra presencia en el Festival se circunscribió, en su mayor parte, a cubrir las Competencias Argentina y de Vanguardia y Género. Los invitamos a leer las reseñas de las películas que vimos.
Los galardonados pueden verse aquí.