Críticas
El trato respetuoso del destino
Bajo la misma estrella
Tha Fault in Our Stars. Josh Boone. EUA, 2014.
Las enfermedades terminales, específicamente el cáncer tienen un dramático impacto sobre la vida de los seres humanos, especialmente cuando se trata de personas jóvenes vitales y normales que venían desarrollando historias de vida llenas de posibilidades y de esperanzas, y que además pertenecen a hogares amorosos. Bajo estas circunstancias se nos aparece el destino como una brutal arbitrariedad, como una grieta defectuosa en el tejido de las estrellas que acompañan nuestras vidas (como lo señala el significado de The Fault in Our Stars en su título original). Y cuando tales jóvenes comparten destinos semejantes, se podría decir, como lo hace el título que se ha escogido en español para esta película, que están Bajo la misma estrella. Esta historia de amor, hermosamente contada, trata de dos jóvenes que se conocen en un grupo de autoayuda para enfermos de cáncer y que van construyendo realidades esperanzadoras, humorísticas y románticas, en medio de situaciones llenas de limitaciones y de drama.
Hay varios elementos que dan realce a esta película de bajo presupuesto y sin aparentes pretensiones, que ha resultado todo un éxito en cartelera. Los dos protagonistas dan plena credibilidad y entretenimiento a las situaciones, sin dejar que los espectadores queden atrapados por las sensibilidades naturales en estas circunstancias. Ello lo logran a través de una adecuada combinación entre el buen humor y una cierta ironía picaresca, que se facilita con el guión y con las dos historias paralelas que se cuentan. Una de ellas tiene que ver con la forma en que se comunican a través de un libro que ella lee apasionadamente y que él lee para atraerla y para acercarse. Dialogar a través de ciertas frases literarias siempre será un recurso que ofrece muchas posibilidades, tanto en el cine como en la vida, porque crea complicidades entre los que las van dejando deslizar. Los espectadores, a su vez, se sienten parte del misterio implícito en una frase significativa que aparece inesperada.
La segunda historia tiene que ver con el autor del libro, un ser inesperadamente solitario y amargado, que vive en Amsterdam y a quien los protagonistas, que viven en algún suburbio estadounidense, visitan en un viaje ilusionado e improbable, con la esperanza de recibir dosis de iluminación y de sabiduría. Lo que encuentran es aún más valioso y en ello tiene que ver la magia de una ciudad amigable y luminosa que se puede caminar, que se recorre pausadamente y que ofrece vistas y canales de ensueño. Estos ambientes urbanos de Europa, siempre serán protagonistas en cualquier película estadounidense que plantee romance, conquista o reencuentros amorosos. En este caso particular, donde los enamorados luchan contra destinos dolorosos, se han añadido unos pequeños toques de empatía personal, con base en las intervenciones de algunos personajes menores, que le dan sabor especial al romance que viven los protagonistas. Condimentar la historia sin diluirla, siempre dará calidad al cine.
El cáncer es en fondo el protagonista mayor de la película. Por momentos pareciera que no importara, que fuera a desvanecerse, oculto tras los jóvenes rostros que recargan sus vidas con la fuerza del amor. Pero va apareciendo aquí y allá, de forma casi prudente, para que la historia no sea demasiado melodramática, y los protagonistas le dan entrada como una inevitable presencia en sus vidas, que pareciera no lograr apagar sus ilusiones. Al final las caras iluminadas y bellas se van transfigurando y oscureciendo, ya no caminan juntos los enamorados en Amsterdam; es en los asépticos espacios de una clínica, donde la dura realidad se impone.
Plantea Bajo la misma estrella interesantes posibilidades y cuestionamientos para la vida actual. ¿Cuál es el significado del compromiso en asuntos del amor, qué significa que dos estén juntos hasta que la vida los separe, en estos tiempos donde los asuntos se ensayan y se desechan ligeramente? ¿Tienen que ser dramáticas las circunstancias para que las personas se arriesguen a creer en el otro de verdad y a hacer declaraciones profundas?¿Qué papel juega el humor para dar sentido y equilibrio al drama y para abrir las puertas del amor?
Uno de los méritos de una buena historia es que no sea demasiado lineal, que se alimente de oportunidades inesperadas para generar variaciones y giros. Los buenos actores reflejan en sus caras y en sus gestos su capacidad para asumir las sorpresas de manera que se hagan connaturales con la trama, saliendo de ellas más compenetrados y más creíbles. Quiero resaltar en este sentido uno de esos momentos. Están los jóvenes recorriendo la casa de Ana Frank en Amsterdam, un lugar lleno de escaleras de muy difícil acceso para Hazel Grace Lancaster (Shailene Woodley), quien tiene que arrastrar consigo su tanque de oxígeno portátil. Es algo que no tendría que tener mayor importancia, pero el directorJosh Boone se toma su tiempo y nos brinda pausadamente todos estos momentos de callada y sencilla valentía, que culminan en un beso de amor en la pequeña habitación en que estuvo Ana Frank escondida durante años. Los allí presentes aplauden emocionados y los espectadores aprecian y saben que la vida se arma con momentos esenciales como este y quisieran aplaudir también.
Invitaría a ver este filme, no solamente para disfrutar de una banda musical llena de calidad, de una historia conmovedora y bien contada, sino también para caer en cuenta de que existen formas respetuosas de tratar el destino y que ellas tienen mucho que ver con compartir y con atreverse a contar las historias propias.
Trailer:
Ficha técnica:
Bajo la misma estrella (Tha Fault in Our Stars), EUA, 2014.Dirección: Josh Boone
Guion: Scott Neustadter, Michael H. Weber. Basada en Bajo la misma estrella, de John Green
Producción: Wyck Godfrey, Marty Bowen
Fotografía: Ben Richardson
Música: Mike Mogis, Nate Walcott
Reparto: Shailene Woodley, Ansel Elgort, Nat Wolff, Laura Dern, Sam Trammell, Mike Birbiglia, Lotte Verbeek, Willem Dafoe, Milica Govich, David Whalen, Emily Peachey
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