Críticas
Apocalypse South
Bestias del sur salvaje
Beasts of the Southern Wild. Benh Zeitlin. Estados Unidos, 2012.
Basada en la obra Jugoso y delicioso (Juicy and Delicious) de Lucy Alibar, Benh Zeitlin, además de dirigir, es coguionista junto con Alibar y uno de los compositores de la banda sonora, Dan Romer, en esta ópera prima que nos cuenta la historia de Hushpuppy (Quvenzanhé Wallis), una niña de seis años que vive con su padre, Wink (Dwight Henry), en una zona pantanosa de Mississippi, conocida como La Bañera, separada de la civilización por un gran dique. Cuando una tormenta amenaza con destruir su hogar y su padre enferma, los casquetes polares se deshacen, el agua lo inunda todo y surgen antiguas criaturas prehistóricas, los uros, en un nuevo mundo, en el que hogar y familia se desdibujan ante los ojos de una niña que desea que el mundo conozca su historia.
A pesar de que La Bañera es un pueblo inventado, está inspirado en elementos culturales de las gentes del sur de Luisiana, y el apocalipsis le sirve al director para convertir la historia en una gran metáfora, donde verter sus denuncias a la sociedad, a las reglas, al cambio climático y, en definitiva, al sistema en su sentido más amplio.
El núcleo de Bestias del sur salvaje es la libertad en estado puro. El proceso de realización otorga primacía a la historia por encima de florituras técnicas. A pesar de que el argumento contiene un elemento central y apenas puede decirse que contenga subtramas, el mensaje se transmite con un gran dinamismo gracias, en parte, a la gestión de la cámara, que traduce la sensación de caos reinante en la comunidad y unos encuadres dinámicos que reafirman el efecto realista de la historia.
La música acompaña perfectamente las partes más intensas de una trama, en la que la naturaleza irrumpe en escena con fuerza.
En un mundo dominado por las reglas y las leyes, una comunidad a escasa distancia de la civilización se conforma con vivir al límite de todo ello, convencidos de que el peligro acecha tras el dique que los separa.
Zeitlin se sirve de su joven protagonista para lanzar preguntas y axiomas filosóficos, pero en esta narradora difícilmente podremos encontrar a la niña que vemos en el film. Demasiada voz en off para dar voz al propio creador del relato. La inocencia y los miedos de la niña no ligan con la determinación y el sentido de su narración.
La naturaleza es la gran protagonista de este relato. En ella, Hushpuppy se ve obligada a desarrollar un instinto de supervivencia necesario para poder vivir en paz y armonía con el entorno. El respeto a la naturaleza y la defensa del hábitat se nos muestran en la escasez de alimentos y en el derecho de todos a sobrevivir («tienes que compartir con el perro»). Aún así, Hushpuppy es plenamente consciente de su posición en la cadena alimenticia («tendré que empezar a comerme a mis animales»).
Los conceptos de comunidad y familia se confunden en esta historia, en la que apenas hay normas y convencionalismos, donde la libertad es el bien más preciado de todos ellos, y están dispuestos a defenderlo hasta sus últimas consecuencias.
La historia cuestiona las relaciones paterno-filiales y las del hombre con el resto de los seres de la naturaleza.
Cabe destacar la escena en la que Hushpuppy se preocupa por dejar su legado a la humanidad: a los científicos del futuro. Ella es consciente de que, en su particular universo, las piezas encajan y ella es parte importante de su propia historia.
La crudeza de vivir en ese hábitat se refleja en la mirada de la niña y, a través de ella, observaremos sus miedos. El rostro de Wallis muestra perfectamente su transición de la infancia casi ausente a una adolescencia impuesta por las circunstancias. Su mirada fría delata el desamparo al que vive sometida y su ligadura emocional con su padre y con una madre ausente, sobre quien encarna todos los anhelos que le provocan sus carencias afectivas.
¿Quiénes son las bestias del sur salvaje? ¿Son ellos? ¿O somos nosotros? ¿Es sólo la naturaleza la única amenaza para el hombre, o es el propio hombre que vive tras el dique, sometido a las normas, el peligro a evitar?
Libertad, derechos y obligaciones chocan en esta vida, en la que los menores no tienen acceso a la educación convencional y, a pesar de sus carencias, son felices en su entorno, con sus familias y dentro del seno de la comunidad.
Es necesario su visionado, aunque sea para replantearnos no sólo nuestra existencia, sino las condiciones en que la vivimos, para averiguar dónde se encuentra realmente la esencia de nuestra felicidad y el significado de la palabra libertad. Si un sentimiento romántico nos provoca una identificación inevitable con los supervivientes de la colonia ¿acaso no estamos desvelando un rechazo al ritmo de vida y a la sociedad en la que vivimos?
Ante tanta súper producción se agradece esta pequeña historia de un micro mundo en peligro de extinción. Paradójicamente, y dadas las circunstancias, este lado salvaje se nos presenta por momentos, como idílico.
Trailer:
Ficha técnica:
Bestias del sur salvaje (Beasts of the Southern Wild), Estados Unidos, 2012.Dirección: Benh Zeitlin
Guion: Lucy Alibar, Benh Zeitlin
Producción: Journeyman Pictures, Cinereach, Court 13 Pictures
Fotografía: Ben Richardson
Música: Benh Zeitlin, Dan Romer
Reparto: Quvenzhané Wallis, Dwight Henry, Levy Easterly, Lowell Landes, Pamela Harper, Gina Montana, Amber Henry, Jonshel Alexander, Nicholas Clark, Joseph Brown
2 respuestas a «Bestias del sur salvaje»