Críticas
Robbie Williams en versión simio
Better Man
Michael Gracey. Reino Unido, Australia, EUA, 2024.
¿Cuándo no ha sido controversial Robbie Williams? ¿Cuándo se ha tomado en serio algo, empezando por él mismo? Su carrera ha sido una colección de momentos icónicos para la extravagante estrella del pop que es, empezando como el «chico malo» de Take That, sus enredos sentimentales con más de una Spice Girl, sus opiniones salidas de tono y sus extravagantes presentaciones. ¿Y cómo olvidar el revuelo que causó el video musical de «Rock DJ»? ¡Lo tenían que pasar a la medianoche en MTV! Claro, cuando ese canal TENÍA videos musicales… Siendo fiel a su estilo, Williams se juntó con Michael Gracey, quien dirigió, produjo y escribió Better Man (2024), la historia de la megaestrella británica del pop que nunca pudo triunfar en Estados Unidos.
Robert Peter Williams siempre supo que el entretenimiento era lo suyo. Con la influencia de su padre, un hombre obsesionado con ese mundo y capaz de dejarlo todo por seguir sus sueños, el pequeño Robert tenía claro cuál era su camino en la vida. Y es que estaba destinado a ser grande, una estrella, o eso era lo que él consideraba. Por eso, nunca se sintió parte de Stoke-On-Trent, la ciudad inglesa donde nació y aprendió sobre el bullying y el rechazo. Y siempre con las palabras de su padre en la cabeza, «o naces con ‘eso’, o eres un ‘don nadie’«. ¡Tremenda presión!
Ese se volvió su lema y hasta el título de una de sus canciones: «Let me entertain you» («Déjame entretenerte«). Pues Williams siempre supo que él iba a ser una forma más de entretenimiento, lo aceptó y lo llevó a cabo con gran éxito. La gran oportunidad para el estrellato en la vida de Williams se presenta cuando buscan jóvenes para una nueva banda de chicos, o las famosas boybands, de donde surgió el «Robbie», un nombre que el propio cantante odiaba, y pasó a estar en el fondo, atrás del «gran» Gary Barlow, vocalista de la exitosa banda de la que formó parte: Take That. Y ese es solo el comienzo de la historia que vemos en esta cinta.
Y por eso es que Williams se plantea como un simio desde que arranca, su vida ha sido para entretenimiento de otros, ha sido un simio para diversión de los demás, usado y manipulado para lograr dinero y éxito, pero en el fondo estaba escondido Robert, el verdadero, que ahogaba entre drogas y alcohol su dolor mientras sus propios demonios lo perseguían, él siendo siempre su peor crítico, y aún así le regalaba al mundo su mejor show con canciones que han quedado en la mente de todos sus fanáticos en el mundo entero, entre esas “Angels”, seleccionada como la mejor canción británica de los últimos 25 años por votación popular en 2005.
La decisión de mostrar a Williams como un mono fue, principalmente, para diferenciarse de las demás biografías musicales que han invadido las pantallas y que ofrecen siempre lo mismo. Fue una movida muy loca y arriesgada, pero que funciona por la personalidad de Williams y el tono con el que ha manejado su vida pública.
Esas canciones que llegaron a la cima de las listas musicales ahora toman más sentido en este musical, siendo reinterpretadas y reestructuradas para adaptarse a la narrativa de la cinta, que recuerda a la estructura y la historia de Rocketman (Dexter Fletcher, 2019), donde vemos la vida, obra y excesos de otro británico estrella del pop, el gran Elton John. Estas similitudes no son una coincidencia, pues Gracey fue productor de esta otra cinta y estuvo entre los posibles directores.
La mayoría de las canciones de esta película son números musicales gigantes, muy de la mano con lo que el director nos acostumbró desde El Gran Showman (The Greatest Showman, Michael Gracey, 2017), su exitosísima ópera prima que sorprendió en las taquillas de cine del mundo entero. La extravagancia, la locura y el color son lo que resaltan los mejores momentos de la cinta, como “Rock DJ”, una secuencia llena de movimiento, coreografías, cambio de escenario y vestuario en un abrir y cerrar de ojos, que hay que ver más de una vez para disfrutar cada detalle.
Visualmente, sí logra atrapar y deslumbrar, y el trabajo es tan bueno que el equipo de efectos ha recibido varias nominaciones por su trabajo, incluyendo los codiciados premios BAFTA y Oscar, y la cinta se llevó el premio AACTA a Mejor Película, que entregan la academia de cine australiana, de donde es el director. Williams recibió el premio sorprendido y agradeció a las drogas, el alcohol, la ansiedad, la depresión y todos sus demonios, que lo convirtieron en lo que es hoy.
La historia toca más temas controversiales en su vida: sus ansiedades, inseguridades y profundos miedos; su relación con Nicole Appleton de All Saints, y el aborto al que ella se sometió por las presiones de la fama; su eterna riña con Liam Gallagher de Oasis y su obsesión con cantar en Knebworth; su encuentro con Guy Chambers, con quien creó sus más grandes éxitos (y con quien hoy no se habla), y muchas más partes de su vida que los fanáticos ya conocían, o para los que ya habían visto el documental de Netflix.
Ahora están en ficción y en versión mono, en una historia clásica de ascenso-caída-redención del héroe, pero este héroe no es del común, es un simio por el que terminamos sintiendo cariño y hasta lástima, es la representación de un sueño, es la estrella pop en subida como un cohete y en caída libre hasta estrellarse contra el planeta. Es, al final, una herramienta visual para contar lo mismo de siempre, que todavía funciona y divierte, especialmente con sus números musicales.
Como el cine, la cinta está llena de ilusión y magia para esconder una historia básica, sencilla y sin muchas sorpresas. Si esto fuera un personaje de ficción, claro. Pero esta fue la vida de un ser humano, un niño que sobrevivió el bullying y la presión, un joven que cayó en las drogas y el alcohol para sobrevivir su realidad, y un adulto que estalló cuando este cúmulo de cosas llegó a su límite. Y eso no solo le sucede a las megaestrellas del pop. Es una lección audiovisual para ser atendida y aprendida, en medio de momentos divertidos de una biografía musical más que no logra destacarse del montón, pero por lo menos nos regala un buen rato de entretenimiento. Williams sigue cumpliendo con su promesa.
Tráiler:
Ficha técnica:
Better Man , Reino Unido, Australia, EUA, 2024.Dirección: Michael Gracey
Duración: 135 minutos
Guion: Michael Gracey, Simon Gleeson & Oliver Cole
Producción: Robbie Williams, Michael Gracey, Craig McMahon, Coco Xiaolu Ma, Patrick Correll. Paul Currie
Fotografía: Erik Wilson
Música: Batu Sener
Reparto: Robbie Williams, Jonno Davies, Steve Pemberton, Alison Steadman, Kate Mulvany, Frazer Hadfield, Damon Herriman, Raechelle Banno, Tom Budge