Reseñas de festivales
Bird People
Dos historias que se narran en paralelo y solo confluyen de soslayo en el espacio de un hotel. Este es el lugar donde trabaja Audrey, limpiando habitaciones, mientras lo compagina con sus estudios. En este mismo hotel se aloja Gary, de viaje en París por motivos laborales, quien decide romper con todo de la noche a la mañana. Suspende su próximo viaje, se despide de su trabajo por vía telefónica y llama a su mujer por Skype para comunicarle que no va a regresar a casa. No quiere seguir con ella.
En una segunda parte, el film se transforma de manera inesperada en un ejercicio bastante excéntrico que se adentra en un mundo de fantasía para convertirse en una fábula infantil. Sin embargo, por otro lado, se muestra insistente en dejar claro su mensaje, aunque sea a través del slogan que figura por los pasillos del aeropuerto por donde Gary transita, que se circunscribe sobre la idea del poder y posibilidad que todos tenemos para cambiar nuestra vida y conseguir ser felices, suponga lo que suponga. El uso y abuso de la cámara drone en este segundo bloque, donde Ferran quiere imprimir un sentido poético y aire de ensoñación desde los cielos que sobrevuela, no consigue más que dilatar la cinta hasta que creemos asistir, impacientes, a varios finales antes de que, por fin, llegue el verdadero.
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