Críticas
Los Angeles, la nueva tierra media
Bright
David Ayer. EUA, 2017.
Si hay algo que las productoras de Hollywood ponderan, al momento de decidir la producción de los llamados tanques, es, sin dudas, la efectividad financiera de esos filmes que son considerados buques insignia de los grandes estudios. Independientemente de su recepción, se aseguran, mediante un marketing agresivo, con repartos y directores altisonantes o apoderándose de algún guion (o mejor dicho, guionista) que adapte un libro o cómic, los dividendos que les permitirán continuar agigantándose. Tal es el caso de Disney, Universal, Warner y últimamente, Amazon, Hulu y Netflix; esta última, produciendo series originales de la talla de House of Cards, Stranger Things, Narcos, solamente por mencionar a algunas. Allí llega Bright, apuesta con la que la plataforma de streaming intenta establecerse en el mercado de blockbusters hogareños.
¿Es David Ayer quien reúne estas condiciones que los grandes estudios imponen? Posiblemente. Luego de haber trabajado en la tan esperada (y ampliamente rechazada, tanto por el público como por la crítica) Escuadrón Suicida (Suicide Squad, 2016), hay algo que no se puede negar: aquella película cuadriplicó su presupuesto, ni más ni menos que de 175 millones de dólares. Ello ha sido para Warner indiscutiblemente redituable, alimentando una secuela y una continuidad del universo DC, pero esta vez con guion del mismísimo Ayer. El director tiene una evidente predilección por la marginalidad, el crimen y el estilo bélico, aspectos plasmados desde su época de guionista, escribiendo nada menos que Día de Entrenamiento (Training Day, Antoine Fuqua, 2001), película que mostraba a Los Ángeles sumida en la corrupción policial y el crimen callejero. Más cercano en el tiempo, creó Corazones de Hierro (Fury, 2014), filme que pretendía mostrar a un Brad Pitt capaz de enfrentarse a todos los batallones de las SS durante la Segunda Guerra y salir victorioso de ello. Pero con Corazones de Hierro ocurría algo similar a Bright: ambas hacen gala de aspectos técnicos como la fotografía y los efectos especiales que buscan balancear el déficit de guion con el que cuentan. Otro aspecto que se repite es el de la música sin ningún sentido diegético: intercalar música sin que esta sea un recurso, le otorga aspecto de videoclip a las escenas, dándonos la sensación de que están agregadas a la fuerza.
Y hablando de lo que nos compete, en Bright, Ayer no pudo producir el guion, sino que este es propiedad de Max Landis, quien también ha escrito Mr. Right (2015), Victor Frankestein (2015) y American Ultra (2016). Landis cae en un guion con líneas redundantes, previsibles y muy llenas de plots ya vistos, lo que hace decaer la historia con el mismo peso con el que asciende en los primeros minutos del filme, al presentarnos todo el universo que lo rodea.
Dos mil años después de que el Señor Oscuro fuera derrotado por los orcos, la sociedad está estratificada en elfos ricos y orcos marginales. Los Ángeles está dividida en dos partes, llena de lujos para los elfos, mientras los hombres conviven con los orcos envueltos entre crímenes y pobreza. Los orcos, oprimidos, sienten un profundo rechazo hacia todo lo que amenace su condición, especialmente cuando proviene de los hombres o los elfos. En este contexto, la historia aborda la interacción entre Nick Jacoby, un policía orco, interpretado por Joel Edgerton (excelente trabajo del australiano, realmente le sienta muy bien el personaje) y Daryl Ward, un hombre policía que, en la piel de Will Smith, debe superar un conflicto que envuelve a ambos. Sobre la base de una investigación simple, a la que ambos acuden, se ven involucrados en la resolución de un caso de gran envergadura, en el que está en juego el futuro del planeta.
Bright oscila constantemente entre lo fantástico y lo terrenal, siempre dándole un tono cómico y decadente a todo lo que acontece entre los orcos y su ghetto. “No estamos en una profecía, estamos en un Toyota Corolla robado”, le dice Ward a Jacoby en un pasaje del filme. La profecía, digna de un cuento fantástico, contrasta contra la idea de un auto robado en Los Angeles, y ese estilo humorístico se repite a lo largo de toda la cinta, dándole una gracia bastante particular a una película que comienza con Will Smith matando a un hada con una escoba en la entrada de su casa. Pero no es más que eso: con una trama bastante simple, Bright podría aspirar a muchísimo más.
No puedo afirmarlo, pero tengo el gran presentimiento de que David Ayer dará en la tecla en algún momento y hará un filme del que todos hablaremos por un tiempo largo. Por el momento, ha logrado la dirección y el guion de la segunda parte de Bright. Esperamos que su propuesta supere a la de Landis, ya que la historia tiene un gran potencial.
Tráiler:
Ficha técnica:
Bright , EUA, 2017.Dirección: David Ayer
Duración: 117 minutos
Guion: Max Landis
Producción: Overbrook Entertainment, Trigger Warning Entertainment, Grand Electric
Fotografía: Roman Vasyanov
Música: David Sardy
Reparto: Will Smith, Joel Edgerton, Noomi Rapace, Ike Barinholtz, Lucy Fry, Edgar Ramirez