Críticas
Jano
Broken Rage
ブロークン レイジ. Takeshi Kitano. Japón, 2024.
Entre los muchos personajes que pueblan la historia del arte fílmico, Takeshi Kitano representa para la gran mayoría de los espectadores mundiales un autor de obras a veces violentas, dramáticas y serias. Algo que, por supuesto, no se acerca a la realidad de un artista cuya carrera en la televisión se ha basado en la presencia de la vis comica. Kitano, entonces, vive dos vidas (quizás más de solo un par, esto no podemos saberlo) y las ha ido separando para darnos productos que se clasifican según su efectiva categoría narrativa. Y es que, efectivamente, el público ha aprendido a honrar su imaginación a través de películas en las que se subraya que el mundo japonés (de aquella isla lejana, para casi todo el mundo, en la cual se amontonan los terremotos) esconde dentro de sí una rigidez de orden cósmico que se traduce en unas aventuras duras, difíciles de sostener sin la presencia de una lectura áspera y cínica de la existencia humana.
Broken Rage no es un filme. Por lo menos, acercarse a este producto y pensar que va a seguir los mecanismos típicos del arte cinematográfico sería (y es) una estupidez. Broken Rage es, entonces, un análisis de lo que un filme es, un trabajo en el cual se intenta dejar al descubierto los mecanismos sintácticos del discurso artístico. Podría parecer difícil entender la bondad de un experimento de este tipo, ya que solo la visión y la experiencia directa nos pueden dar una comprensión verídica y correcta de lo que podría parecer tan simple como demasiado complicado. Y esto es porque, efectivamente, la voluntad de dividir el producto en dos partes lleva a reconocer en Kitano, y a través de Kitano, la existencia de dos vertientes en la carrera de este autor. ¿Una obra que se redistribuye en la voluntad de expresar los dos sentimientos presentes en un director de cine?
Son poco más de sesenta minutos. Habría que preguntarse si, efectivamente, de una película se trata. ¿Más correcto, vanguardia? Por supuesto que no (lo cual solo se refiere a la opinión de quien escribe). Es una película que sabe ser tanto un pastiche como también una autobiografía. Y es, al mismo tiempo, una obra que sabe funcionar e ir más allá de los bordes de un diálogo de su autor consigo mismo. Por lo menos así parece, ya que podría ser que en realidad es otro juego de Beat Takeshi, quien decide mofarse de Kitano. O a lo mejor se trata de una sintonía y no de un desfase entre maneras de ver el mundo que, tan solo siguiendo las mismas estructuras narrativas, muestra cómo entre lo serio y lo cómico hay diferencias mínimas. Remoldear, entonces, sería la palabra clave, si bien (como os sigo explicando) solo se trata de una consideración privada, no universal, total y completamente de carácter íntimo.
Hay que ver la película. Explicarla sería quizás quitarle su impacto al verla (frase loca, cualquier tipo de crítica le quita cierto impacto a la obra si la leemos antes de ver un filme, o de leer un libro). Habrá quien la experimente sin saber mucho del autor y quede un poco perplejo. Habrá quien más conocimiento tenga y logre descifrar la razón de presentar la misma historia según dos maneras (¿de ver la vida?) diferentes. Y habrá quienes se preguntarán por qué tan pocos minutos, en vez de los normales noventa, ciento veinte o mucho más. Quizás sea esto un efecto necesario, el de llevarnos a hacernos preguntas de este tipo. Y el resultado podría ser más de lo que se supone decente en estas estructuras tan rígidas que son el cine de hoy. A veces, solo basta con presentarnos lo necesario, sin demasiados detalles inútiles. ¿Por qué decir con mil palabras lo que solo necesita un par?
Ficha técnica:
Broken Rage (ブロークン レイジ), Japón, 2024.Dirección: Takeshi Kitano
Duración: 66 minutos
Guion: Takeshi Kitano
Producción: Satoshi Fukushima
Fotografía: Takeshi Hamada
Música: Shinya Kiyozuka
Reparto: Takeshi Kitano, Tadanobu Asano, Nao Omori, Hakuryu, Shidō Nakamura