Críticas
Decisiones de vida
Brooklyn
John Crowley. Irlanda, Reino Unido, Canadá, 2015.
Brooklyn es una historia de amor, valentía y toma de decisiones, que nos remonta a los años cincuenta, en un pequeño pueblo al sur de Irlanda, Enniscorthy, en el que todos se conocen y todo se sabe, con unas estrictas y rígidas normas de educación, además de ofrecer, por si fuera poco, muy limitadas opciones de crecimiento para los jóvenes. Ahí vive Eilis Lacey (Saoirse Roman), quien trabaja como empleada en la tienda de comestibles, pero que gracias a la ayuda del padre Flood (Jim Broadbent), irlandés ubicado en Nueva York, tiene de pronto la opción de viajar y emprender una nueva vida sola en América, una tierra que vislumbra llena de promesas y oportunidades, pero que le implica el sacrificio de la soledad y la terrible desazón de abandonar a su única familia, su madre y hermana mayor.
Al llegar a Nueva York se instala en Brooklyn, en una casa de huéspedes para muchachas irlandesas, donde debe seguir manteniendo el recato y las costumbres de su comunidad natal, pero con la posibilidad de trabajar, estudiar y superarse, no sin atravesar primero por un duro proceso de adaptación a su nuevo entorno. Entre tanto, esta joven emprendedora, conoce a un muchacho italiano, Tony Fiorello (Emory Cohen), de quien pronto se enamora, sin embargo, cuando ya todo parece ir viento en popa, se suscita una situación inesperada que cambiará el rumbo de la historia, captando así la atención del espectador, la que acaso por un momento parecía haber perdido al navegar por un rumbo un tanto predecible.
Brooklyn, una coproducción de Irlanda, Reino Unido y Canadá, dirigida por el irlandés John Crowley (Close Circuit, 2013; Is Anybody There, 2008), con un guion de Nick Hornby (Wild, 2014), basado en la novela homónima de Colm Toibin, nos lleva en un viaje a través del tiempo, y es que la adaptación resulta sumamente atractiva, el vestuario, las locaciones y las caracterizaciones están muy bien cuidadas. No se perciben elementos que se salgan de contexto, por el contrario, la delicadeza de la imagen y los tonos en los que la fotografía se presenta, a cargo de Yves Bélanger, quien maneja una expresiva composición, hacen el juego perfecto para transmitir esa nostalgia que evoca el pasado y la melancolía de otros tiempos, en los que todo parece ser más sencillo e inocente.
El filme retrata minuciosamente las calles vestidas de ladrillos, típicas de Brooklyn, en escenas llenas de movimiento, grandes grupos de gente esperando en los cruces de semáforos, imponentes y elegantes almacenes y sus distinguidas clientas enfundadas en caros abrigos, los calurosos días de verano en Conney Island y también las tan esperadas noches de baile, todo esto como prueba de la convivencia social en una ciudad pluricultural y cosmopolita, eje y centro de la moda y la sofisticación.
Crowley se enfoca, una y otra vez, en la profunda y significativa mirada de Eilis, la cual, gracias a la atinada actuación de Saoirse (Lost River, 2014; The Grand Hotel Budapest, 2014), refleja claramente la desolación, el miedo y la angustia de encontrarse en un país ajeno y totalmente distinto a lo que ella conoce. Repentinamente, su castidad se enfrenta a un mundo abierto, variado, que la amedrenta por un lado, pero por otro, le brinda la opción de, aún siendo mujer, con todas las limitaciones que esto implicaba hace algunas décadas, hacer lo que le gusta y luchar por ser alguien, rompiendo pesados estigmas y paradigmas de su tiempo. Y todo esto, a pesar de la arraigada añoranza melancólica típica del inmigrante, sentimiento que nunca desaparece del todo y que la acompaña siempre. De tal forma que, como espectadores, asistimos a la transformación paulatina que vive la protagonista, los cambios, tanto externos como internos, son tan progresivos y acompasados que nos parecen verosímiles.
En contraste, podemos percatarnos de que, posiblemente, hizo falta profundizar aún más en la construcción del resto de los personajes, dotándolos de mayor peso dentro de la trama, con el fin de acentuar así su complejidad, trazándolos de una forma más humana y ambivalente, porque pareciera, en ciertos aspectos, que están apenas esbozados, sin llegar a ahondar en sus conflictos internos o en su problemática.
Asimismo, es probable que, en algún momento, la historia llega a parecer sencilla, abordada con cierta cautela, por ejemplo, uno de los puntos a objetar sería la candidez con la que se visualizan los ideales y pensamientos de la época que se presenta, porque nos muestra, tal vez, una mirada un tanto simplista de los personajes, de sus capacidades y sus aptitudes, pensándolos sumamente ingenuos e inocentes, y exaltando, a veces de más, el ideal americano.
Sin embargo, comprendemos que la intención de Crowley es presentar con sutileza y atención extrema los pequeños detalles, enfocándose en la estética y en la atmósfera de aquel tiempo, y en eso, realmente, radica su acierto, ya que finalmente no precisó de una trama complicada o compleja para conectar con el público espectador, gracias también, en gran parte a lo actual y vigente del tema que trata, la migración. Un concepto que es tan contemporáneo como en los años retratados, por lo que aborda emociones y sentimientos tan comunes que todos pueden asimilar, como la soledad, la inquietud de emprender un nuevo comienzo en otro país, la añoranza y nostalgia por la tierra natal y los seres queridos que se quedan atrás. Es un filme que refleja claramente la importancia de las decisiones que uno toma, ya que de ellas depende el viaje de la vida. Así que, a pesar de uno u otro desliz, finalmente la historia que se logra resulta emotiva y entretenida, por lo que sin duda hará pasar un rato ameno al espectador.
Ficha técnica:
Brooklyn , Irlanda, Reino Unido, Canadá, 2015.Dirección: John Crowley
Guion: Nick Hornby, basado en la novela de Colm Toibin
Fotografía: Yves Bélanger
Música: Michael Brook
Reparto: Saoirse Ronan, Emory Cohen, Domhnall Gleeson, Julie Walters, Jim Broadbent, Michael Zegen, Mary O'Driscoll, Eileen O'Higgins, Emily Bett Rickards, Paulino Nunes, Eve Macklin, Maeve McGrath, Jenn Murray, Aine Ni Mhuiri, Nora-Jane Noone
Me encanta la pelicula y si se trata de la vida de una persona mas aun y de tiempos pasados y en que la vida se vivia de otra forma pero con las mismas aspiraciones que tenemos hoy en dia y en la cual siempre nos depara tomar decisiones que solo nosotros afrontaremos para nuestro futuro con valentia