Capitana Marvel

El inmenso serial cinematográfico construido por la todopoderosa Marvel/Disney continua su andadura sin síntomas de desfallecimiento. Engame, el punto y aparte en el proyecto, asoma en el horizonte, y la productora prepara el camino a los héroes más poderosos de la Tierra con algunas piezas que quedaban por colocar en el tablero. En esta tesitura aparece Capitana Marvel, última aportación al interminable plantel de héroes que nutre las filas de aguerridos salvadores del planeta.

El espectacular giro que aportó Infinity War (Hermanos Russo, 2018), última entrega de Vengadores, ha dejado a los fans de la saga con ganas de más. Las teorías acerca del enfrentamiento final con Thanos y de la suerte que correrán los protagonistas llenan páginas con litros de tinta virtual. Todo parece perdido en la desesperación de la derrota a manos del titán loco. Pero, quizá, haya espacio para esperanza, para la aparición de un arma secreta llegada desde lo más profundo del espacio.

Para entender el origen de esta particular heroína, Marvel se marca un flashback de categoría, y nos invita a los auténticos orígenes del espectáculo. Antes de la aparición de los héroes por todos conocidos, en los años 90, el mundo se preparaba para la sacudida definitiva. El peligro podía venir de las estrellas, y los seres humanos no estaban, ni de lejos, preparados.

Por una serie de aventuras frenéticas, donde el aspecto cósmico del universo Marvel se ve potenciado, una guerrera Kree acaba en la Tierra mientras busca a sus enemigos Skrull. Las dos razas intergalácticas llevan su conflicto a nuestro planeta, dando a conocer al mundo todo un universo desconocido. El joven agente Fury será el encargado de guiar a la intrépida soldado extraterrestre por los vericuetos de la sociedad humana. Pero hay cosas que resultan familiares a la Kree, trazos de memoria de un tiempo que no pudo ser. ¿Qué se esconde en los fragmentos de recuerdos? ¿Qué hay de real en el pasado de la eficiente guerrera? ¿Quién es Carol Danvers?

Capitana Marvel ofrece una nueva historia de orígenes, ahondando al mismo tiempo en el vasto concepto tras la propuesta Marvel. La Tierra hace tiempo que se quedó pequeña y el cosmos se ha convertido en escenario fundamental para el desarrollo del conflicto de proporciones épicas en que se ha convertido la franquicia Vengadores. Los compinches habituales Anna Boden y Ryan Fleck se apuntan a la fiesta, con la complejidad que tienen esta clase de entretenimientos. Es bastante difícil encontrar equilibrios entre la fórmula magistral que infunde esencia a Marvel y la autoría, la voz propia que distinga el acabado final de los otros ejemplos de cine al estilo Marvel. La cohesión del UCM es, desde luego, antológica, eso es innegable, aunque a veces sea consecuencia de la renuncia a marcar la diferencia.

Como truco de prestidigitación, los directores apelan a la nostalgia, jugando de manera astuta con los conceptos temporales, al situar la acción muchos años antes de los hechos que todos hemos conocido. La recreación de la década de los 90 regala alguno de los momentos más simpáticos y entrañables de la cinta, con no pocos chistes y referencias que harán las delicias de los que vivieron su adolescencia en esos años. Es bastante curioso ver a Nick Fury antes de ser el malencarado jefe de SHIELD, por ejemplo.

Los pequeños detalles hacen la película, como el genial uso de la banda sonora como parte fundamental de la acción, y lo cierto es que el espectáculo es de primer orden la mayoría del tiempo. Capitana Marvel no aburre e, incluso, se guarda en la manga alguna sorpresa, cosa que, a estas alturas de aventura Marvel, es de agradecer.

Aún así, a pesar de esos aciertos, Capitana Marvel está muy lejos de las grandes películas de la saga. Lo tenía todo para hacer algo grande y diferente, pero, por desgracia, peca de demasiada fórmula, de puntos comunes y clichés superheroicos que deslucen el resultado final.

Es una pena, porque, además de un buen aspecto, Capitana Marvel tiene un trasfondo fabuloso. El mensaje que aporta el personaje interpretado por Brie Larson es inspirador, necesario y manejado con sensibilidad y astucia. La actriz hace suya a Carol Danvers a base de carisma y desenfado, y es, de lejos, lo mejor de la película, acompañada además por un puñado de fenomenales secundarios que dan mayor humanidad a la heroína. El problema es que mensaje, sí, pero no muy bien aprovechado.

Capitana Marvel tiene cambios de ritmo demasiado bruscos, situaciones a las que dedica tiempo de más y otros aspectos más llamativos, tratados muy por encima, apenas esbozos de historias que parecen mucho más atractivas que el consabido espectáculo de fuegos artificiales. El último acto de la película es puro Marvel, para bien y para mal, pero empañado por el sentido de la acción confuso y poco hilado en manos de dos directores con mucha mano para los personajes, pero no tanta pericia para el espectáculo cósmico.

En general, Capitana Marvel es un magnífico tiro al poste, que prometía mucho más que lo dado. Aún así, es un despliegue al más puro estilo Marvel, que ha llevado al cine de palomitas a cotas impensables hace tan solo unos años. No es un desastre de película, pero tampoco emociona. Y es la emoción, el grito a la diferencia y la autoafirmación que esconde esta película, lo que más me llamaba en principio. Las dichosas expectativas, supongo.

Endgame nos traerá de vuelta a esta excepcional guerrera, que marca el paso de los héroes en su lucha por restaurar el equilibrio en el universo. Estoy deseando ver la explosión de ese potencial que hemos vislumbrado en su primera aparición estelar, pilar básico de la apuesta de Marvel por el futuro. Brie Larson y su Capitana se merecen brillar con luz propia en el reparto estelar de valientes.

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