Especial aniversario 

Poética visual

01 Rashomon

Rashomon
Rashomon, Akira Kurosawa. Japón, 1950

 Mi primer contacto con el cine japonés. Una obra bellísima y pictórica, que nos enfrenta a la fragilidad del sentido de lo real, como a la interpretación de lo que vemos y oímos, para cuestionar lo mostrado. La historia se construye a través de cuatro personajes: un guerrero (Masayuki Mori); su dama (Machiko Kyo), un bandido (Toshiro Mifune) y un leñador (Takashi Shimura), cada uno cuenta su propia versión de una violación y un asesinato frente un tribunal de justicia. La originalidad de la película reside en la pluralidad de los puntos de vista sobre un mismo hecho. Kurosawa no dará ningún tipo de respuesta, más bien presentará interrogantes sobre la sociedad, la condición humana y la incertidumbre del destino.


02 Sunset Boulevard

Sunset Boulevard
El crepúsculo de los dioses (Sunset Blvd.), Billy Wilder. EUA, 1950

El cine dentro del cine reflexiona sobre su propia historia, y Billy Wilder lo expresa de manera magistral. Conocida como El ocaso de una estrella, la imagen final de su protagonista, Joe Gilles (William Holden), un guionista venido a menos, relata, a través de un flashback y en voz en off, los sucesos previos a su desenlace en la mansión de una estrella del cine mudo, Norma Desmond (Gloria Swanson). Wilder expone el lado oscuro del star system, el exceso al culto de las grandes figuras, los cambios desde el cine sonoro, y la presión sobre los guionistas. Su mirada crítica y hasta despiadada, ofrece una obra intensa que habla de la decadencia y rinde homenaje a los “olvidados” del cine mudo, como Keaton, B. De Mille y von Stroheim.


03 Amarcord

Amarcord
Amarcord, Federico Fellini. Italia, 1973

John Berger decía que “las imágenes se hicieron, al principio, para evocar la apariencia de algo ausente”. Y en esa ausencia, asaltan los recuerdos de un tiempo, que el cine reproduce. Inspirado en su pasado, Fellini dio vida y color a los pasajes de su adolescencia, con una galería de personajes maravillosos que él mismo garabateaba en un papel. La bella Gradisca, la ninfómana Volpina, el loco Teo, la voluptuosa estanquera, el motociclista, los profesores, el ciego, y toda la familia de Titta, un joven en pleno despertar sexual. Entre lo grotesco y la forma caricaturesca, todos representan la “italianidad” que los define. Ambientada en los años treinta, la historia retrata aquel pueblo de Rimini durante el fascismo. La inolvidable música de Nino Rota será el complemento inmejorable para embellecer las imágenes.


04 The pillow book

The Pillow Book
The Pillow Book, Peter Greenaway. Paises Bajos-Reino Unido, 1996

Basada en las memorias eróticas de una cortesana japonesa del siglo X, es una polifonía visual que asalta los sentidos. Greenaway potencia las herramientas del lenguaje cinematográfico, a través de un estilo pictórico y experimental, multiplicando las voces discursivas. El relato explora la capacidad del cuadro, para que esa voces “se constituyan de las voces de los otros”, como definía Bajtin. Las imágenes contienen las pinceladas de ideogramas, que el padre de Nagiko (Vivian Wu) le regala en cada cumpleaños. Una costumbre que ella encontrará en Jeremo (Ewan McGregor), quien le ofrecerá su piel como un cuaderno, mientras se hacen amantes. Escrito en el cuerpo fusiona forma y contenido en un todo indivisible, invitando a una lectura intertextual.


05 Una pastelería en Tokio

Una pastelería en Tokio
Una pastelería en Tokio (An), Naomi Kawase. Japón, 2015

La pantalla se cubre con los colores y texturas de un árbol de cerezas. Sus flores durarán muy poco, como la transitoriedad de la vida, un tema recurrente en el cine de Noami Kawase, donde reúne al hombre con la naturaleza. En ese diálogo, una anciana llamada Tokue (Kirin Kiki), busca empleo en una pastelería dedicada a vender pastelitos con una salsa llamada “an”. El dueño se convence cuando ella le deja una muestra de la salsa. Ambos, se complementan desde los pequeños actos cotidianos y, en esa simpleza estilizada, reside la belleza de lo transitorio. Bajo una gran poética visual y una intensa mirada sobre los seres y su entorno, se narra una historia bella y nostálgica, que trabaja sobre todos los sentidos.

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