Reseñas de festivales
Cold Bloom
Muchos realizadores japoneses están estrenando en 2013 obras inspiradas en el trágico terremoto de marzo de 2011. Por lo general, toman uno de dos caminos: realizar un documental sobre la catástrofe o mostrar en ficción una historia intimista representante del pueblo japonés.
Este último es el camino que eligió Atushi Funahashi con Cold Bloom (luego de haber presentado el documental Nuclear Nation, 2012) para expresar que la sociedad japonesa tiene actualmente la necesidad de hacer una introspección. A pesar que el rodaje comenzó antes de la catástrofe y fue cancelado hasta volver a juntar recursos (y finalizar el documental), el director considera que la historia contiene muchas metáforas de cómo el pueblo japonés reaccionó ante el terremoto.
Un matrimonio joven, feliz y con toda una vida por delante se destruye, luego de un accidente laboral que cobra la vida del hombre. La viuda debe rearmar su vida en condiciones de crisis económica y teniendo como compañero de trabajo al causante del accidente. Se cuenta la historia de cómo dos personas viven y se rearman ante un drama.
El eje central de la película es una complicada historia de amor, con tantos altibajos que logra cansar un poco al acercarse el final. Dentro de los aciertos, también muestra características muy valiosas del pueblo japonés, como es la perseverancia y la gran capacidad de trabajo, sin bajar los brazos en los momentos más adversos.
Se hace referencia también a la inmigración de trabajadores (chinos y del sudeste asiático) y a la xenofobia de los pares trabajadores japoneses.
El romance se acompaña de un trabajo de cinematografía muy bien logrado. Los enamorados atraviesan campos de cerezos en flor, pasean en motocicleta en rosáceos atardeceres y caminan por la orilla del mar. La música complementa estos momentos sentimentales.
A pesar de haber estado en otras ocasiones en Berlín, Atsushi Funahashi se mostró muy emocionado y feliz ante el público en la sesión de preguntas y respuestas. Mencionó que quiso mostrar en su película la necesidad de las personas de echar la culpa a alguien ante una catástrofe. También quiso ilustrar esa característica del ser humano de poder cambiar de opinión rápidamente y cómo somos capaces de amar y odiar al mismo tiempo.