Críticas
Hay décadas en las que no pasa nada, y semanas en las que pasa todo
Colosio: el asesinato
Carlos Bolado. México, España, Francia, Colombia, 2012.
El thriller político es un género que no ha sido explorado en el cine mexicano. Escasas han sido las películas que podrían entrar en esta categoría, y si acaso ha existido alguna está lejana de ser tan explícita y declaratoria, como lo es la nueva cinta de Carlos Bolado (Promesas, 2001; Bajo California: el límite del tiempo, 1998) que este 2012 y en pleno período electoral ha sido estrenada.
Con una producción de más de sesenta millones de pesos, productores importantes de la industria nacional, un director de renombre y una plantilla con varios de los mejores actores del país, llegó a carteleras en todo el territorio (como pocas películas lo hacen) Colosio: el asesinato, cinta de ficción que narra una reconstrucción de hechos sobre el asesinato del candidato a la presidencia de la República en 1994, Luis Donaldo Colosio Murrieta.
México, desde siempre y hasta hace pocos años, se había caracterizado por su gran órgano de represión mediática, en donde hablar sobre el gobierno, el Estado, sus burócratas y/o representantes era penado y prácticamente imposible. Ante esto, parecía inconcebible difundir –o siquiera producir- una película como ésta, en la que sin mencionar nombres, queda evidenciada una de las tantas teorías que durante años se ha cocinado como secreto a voces (en libros, revistas, tesis, otros documentos y charlas de sobre mesa) entre toda la población.
Así, en pleno siglo XXI, dieciocho años después del asesinato, México es capaz de volver a vivir este episodio y ver durante cien minutos algo que muchos sospechan. Sin embargo, es vista bajo una perspectiva dual, en la que, por un lado, los hechos duelen menos sólo de pensar que son parte de una ficción, y por el otro, ofrece un extraño dejo de satisfacción y tranquilidad al ver representadas todas las conjeturas que a veces rayan más en la novela policiaca que se escribe día a día en el país.
Por detalles como éste, Colosio es una película que recuerda cintas como JFK (Oliver Stone, 1991), en donde crímenes políticos son cometidos, y tras dejar una huella imborrable, han tratado de resolverse, quedando más bien como casos cerrados sin conclusiones satisfactorias. Esta sensación de que algo falta es lo que conduce a la menta humana, a la opinión pública y al pensamiento colectivo a acuñar teorías y buscar respuestas no sólo en los hechos, sino también en las representaciones.
En la película de Bolado, Andrés Vázquez –investigador de la inteligencia mexicana- lidera la investigación (paralela) del asesinato, hasta llegar a sus propias conclusiones, mientras sigue las órdenes del Procurador de Justicia y el asesor de gobierno. Narrar la historia desde una perspectiva de investigación permite conectar todos los cabos sueltos y darle un toque de ficción que no ofende, pero que deja espacio para la reflexión.
Además del tema, la cinta tiene varios aciertos: en primer lugar, su casting que no sólo ha sido ocupado –como ya se mencionó- por personalidades conocidas y capaces (como Daniel Giménez Cacho, José María Yazpik y Odiseo Bichir), sino que además han sido caracterizados para llenar los zapatos de sus representados; aquí destaca, sobre todo, el personaje de Colosio, que es interpretado por Enoc Leaño, cuyo parecido es innegable.
Aunado a esto, su ambientación ha logrado darle la dimensión y atmósfera que remonta a la audiencia a 1994, y que incrementa la credibilidad de los hechos cinematográficos, dándole coherencia. Se nota, pues, un trabajo de producción sólido y una dirección de arte que no se ve frecuentemente en México, sobre todo por lo que implica la representación del pasado.
Para llevar a cabo su narración, Bolado ha recurrido a un estilo que remite continuamente al documental, en donde los planos cerrados y la cámara en mano le dan un toque de realismo a la interacción de los personajes, siempre que hay entrevistas, conversaciones y solicitudes. Esto también permite una muestra de la importancia que la demagogia, la palabra y el gesto tienen en el mundo de la política: las cosas no son siempre lo que parecen.
Todo lo anterior habla, en general, de una película producida con altos estándares de calidad, con un guión interesante, de una temática que a la mayoría de los mexicanos les parecerá atractiva y que seguro a más de uno le despertará algo: ya sea morbo, curiosidad, reflexión, molestia, alegría o cualquier otra emoción, pero seguramente no se quedarán inmutables ante la propuesta de Bolado.
El valor de esta cinta no sólo radica en su calidad cinematográfica, que si bien no es la producción del año, sí se define y defiende como una “superproducción” mexicana, a la altura de cualquier éxito comercial hollywodense; asimismo, es una película que presenta inquietudes sociales, dudas políticas y le da a la población material que demuestra la evolución del pensamiento mediático del país.
Sin embargo, habría que cuestionar un par de fenómenos que vienen con este estreno: en primer lugar, el funcionamiento de la industria mexicana de cine, que se permite estrenar una cinta de esta naturaleza en pleno período electoral, habiendo otras decenas de películas esperando su turno; y en segundo lugar, la conveniencia de la exhibición en momentos en donde todo luce demasiado ríspido, tanto, que la película no es sólo entretenimiento, sino una herramienta para la conciencia que podría ser un último y desesperado intento para desacreditar el pasado.
Ficha técnica:
Colosio: el asesinato , México, España, Francia, Colombia, 2012.Dirección: Carlos Bolado
Guion: Carlos Bolado, Hugo Rodríguez, Michel Necoechea
Producción: Mónica Lozano, Javier Salgado, Hugo Rodríguez
Fotografía: Andrés León Becker
Música: Pascual Reyes
Reparto: José María Yazpik, Daniel Giménez Cacho, Odiseo Bichir, Kate del Castillo