¡Corten!

¡Corten! es el cuarto largometraje realizado por Marc Ferrer, con el que el director barcelonés ha sido nominado hace apenas unos meses al Premio Feroz Arrebato de ficción.  Tras obras como Nos parecía importante (2016), La maldita primavera (2017) o Puta y amada (2018), el propio cineasta ha querido definir su nueva película como un “giallo marica” o “un giallo LGTBI”, frente a otras etiquetas impuestas por parte de los medios.

De una manera fresca e irreverente, la nueva obra de Marc Ferrer es un film meta-referencial en un homenaje al subgénero giallo, todo ello en forma de autoparodia, creando una atmósfera repleta de matices, donde en ocasiones el espectador no tendrá claro si está ante un musical, una comedia o una película de terror. Además, este carácter metafílmico que envuelve a la obra difuminará las fronteras entre la realidad y la ficción representada.

La acción se sitúa en la ciudad de Barcelona, donde una serie de extraños crímenes comienzan a relacionarse con Marcos, un director de poco éxito que está realizando su nueva película de bajo presupuesto.  Las víctimas de estos misteriosos asesinatos resultan ser los propios protagonistas del film, que comienzan a morir tras rodar sus escenas, y lo hacen en las mismas condiciones que señala el guion. Sin embargo, el rodaje debe seguir a pesar de los obstáculos, mientras una divertida pareja de policías investiga para intentar atrapar al asesino.

El propio director Marc Ferrer será quien dé vida al personaje de Marcos, que al igual que él, intenta sacar adelante su nueva película, mientras alimenta esta narrativa que lleva al concepto de metacine hasta sus últimas consecuencias. Esta puesta en escena nos deja un gran número de guiños a otros directores, algunos de forma muy clara como a Dario Argento o Mario Bava, principales representantes del giallo, pero también podemos encontrar influencias menos sugerentes como a Rainer Werner Fassbinder o al Jess Franco más radical.

Esta mezcla de referencias cinéfilas comienza a hacerse más acusada según avanza la película, mientras somos testigos de cómo se unen diferentes elementos de manera provocativa, como el humor y la tensión, o el erotismo y el suspense. Esta combinación que por momentos puede resultar disparatada parece funcionar a la perfección, conformando un film con ritmo, entretenido, y que a pesar del absurdo mantiene una coherencia entre forma y contenido.

La escenificación de este estilo termina jugando a favor de la trama y de los códigos del giallo, envuelto en una estética trash que recuerda al cine de John Waters, mientras que también podemos percibir una clara influencia por las primeras películas del Almodóvar más underground. De este modo, Marc Ferrer no pretende disimular de ninguna manera el bajo presupuesto de una película que se mantiene en lo amateur sin complejos.

Una de las claves para el funcionamiento del film reside en el trabajo de los actores, que, a pesar de no ser profesionales, se muestran repletos de carisma: La Prohibida —a la que ya había dirigido en algunos videoclips—, Samantha Hudson, Gregorio Sanz o Saya Solana consiguen construir unos divertidos personajes que se adaptan a los registros del género. Pero algunas de ellas también serán protagonistas en el apartado musical, interpretando canciones como la de Samantha Hudson en los créditos finales, Por España, o de La Prohibida, Mueres por mí.

¡Corten! no es una película para el gusto de todos, a pesar de que la puesta en escena es dinámica y la fotografía de Nilo Zimmermann más que notable, con una paleta de colores muy marcados. La trama se desarrolla dentro de la lógica del film, que fácilmente puede resultar un despropósito, pero hay que dejarse llevar por el absurdo para disfrutarla, al igual que las actuaciones. Y es que tal y como indicaba el propio Marc Ferrer: “Cuando una película contiene una mala actuación es una película imperfecta, pero cuando contiene muchas malas actuaciones es una cuestión de estilo”.

Con todo ello, estamos ante un gran ejemplo de cine realizado humildemente, con pocos medios, pero mucha pasión y entusiasmo.

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