Críticas

El arte de dejar ser

Cuando tú quieras

Come As You Are. Richard Wong. EUA, 2019.

El sexo siempre es un tema tabú para tocar entre padres e hijos. Ahora, ¿se imaginan cuando se trata de hijos con discapacidades, físicas o intelectuales? ¿Qué pasa ahí? Algo habrá que hacer, porque todos tenemos esas mismas necesidades fisiológicas, por supuesto. De eso se trata Cuando tú quieras (Come As You Are, Richard Wong, 2019), una divertida cinta adaptada de la película belga Hasta la vista (Geoffrey Enthoven, 2011) acerca de tres amigos con diferentes discapacidades que quieren perder su virginidad. Así de sencillo. Puede sonar a comedia sexual, como la franquicia de American Pie, o a cintas de amigos en locas aventuras, como Resacón en Las Vegas (The Hangover, Todd Phillips, 2009), y tiene razón, en parte. Sí hay un poco de todas esas historias, pero sus personajes son el factor diferenciador y más divertido que ofrece esta cinta de Richard Wong. La discapacidad no se ve desde la lástima o la desesperante condescendencia que a Hollywood le encanta, acá hay un humor negro sin pena y con mucha honestidad que provoca las mejores risas de la cinta y le da el toque ganador.

Scotty (Grant Rosenmeyer) ama el rap y tiene una personalidad difícil, es muy irónico y su sentido del humor es ácido, lo que hace que su círculo de amistades sea bastante reducido. Además, es cuadripléjico y depende de su mamá, Liz (Janeane Garofalo), para que le haga todo, básicamente. A pesar de que no se puede mover por su cuenta, sigue teniendo erecciones matutinas que le recuerdan permanentemente su mayor deseo: perder la virginidad. Cuando encuentra que hay un lugar especializado en personas discapacitadas en Canadá, decide emprender el viaje.

Pero claro, él no puede ir solo, ni siquiera puede bañarse sin ayuda. Por eso convoca a su gran amigo Mo (Ravi Patel), que ha perdido la visión hasta ser ya prácticamente ciego, y recluta a Matt (Hayden Szeto), un hombre musculoso en silla de ruedas que acude al mismo centro de rehabilitación. Pero necesitan que alguien los lleve, por eso alquilan una furgoneta con conductor que les haga el favor. Solo cuando llega el vehículo descubren que Sam es realmente una mujer (Gabourey Sidibe), lo que suma otro punto a la incomodidad del viaje. Pero las maletas están empacadas y ya se escaparon de sus casas sin avisarle a sus padres, ¡esta historia ya no tiene marcha atrás!

Además de los temas evidentes de la discapacidad y su acercamiento en tono de comedia, lo que nos cuenta esta historia es que todos los seres humanos tenemos necesidades de todo tipo, incluyendo las sexuales. A través de sus singulares personajes, nos invita a dejar ser a los demás como quieran, que por si no queda claro se resume en el rap final de Scotty, una divertidísima, incómoda e inapropiada canción en el lugar más equivocado de todo, algo así como el final de Pequeña Miss Sunshine (Little Miss Sunshine, Jonathan Dayton & Valeria Faris, 2006), con ese mismo humor negro que tanto me gusta. También hay un claro mensaje sobre el sexo casual y que los sueños no siempre resultan lo que esperamos, porque al final lo importante no es el destino, sino el recorrido, como en la vida misma: todos sabemos el final de nuestra historia, lo que realmente vale la pena es lo que hacemos en el camino.

Sin embargo, a pesar de lo genial que logra ser, la historia es un poco acelerada. Todo sucede muy rápido, ellos se acaban de conocer y su conexión no es tan orgánica como debería. Crear una amistad toma tiempo, pero la magia del cine, los costos y el tiempo limitado en pantalla hace que todo se acelere. Se siente un poco atropellado el comienzo, para llegar pronto a ese road trip donde está el peso de la cinta, cumplir su deseo mientras huyen de sus padres, teniendo en cuenta que son ya adultos, pero actúan como niños, porque así los ven sus progenitores: indefensos, delicados, siempre hay que cuidarlos.

Es también un curioso coming-of-age donde asumen su madurez al alejarse de su casa y valerse “por sí mismos” (en teoría, porque siempre los ayuda Sam). Cuando empieza el viaje, donde la cinta crece y los diálogos también, llegamos al corazón de los personajes, sus motivaciones y las reflexiones acerca de la discapacidad, siempre alejándose de la lástima y entregando personajes que se pueden odiar y cuestionar, sin importar sus capacidades diferentes.

La historia podría haber sido ordinaria y chabacana por su temática, pero al final eso se vuelve lo menos importante. Sus alocadas aventuras en un bar o dejando que Mo maneje (y recordemos que es ciego) hace que la cinta tenga escenas memorables y divertidísimas, aligerando siempre la marca de “discapacidad” que todos cargan como un tatuaje. Evita caer en la caricatura y tiene el tono indicado para disfrutar junto a ellos el recorrido, nos invita a reírnos de esas cosas de las que no siempre podemos hacerlo en la vida real, para eso es el humor negro bien hecho.

Las interpretaciones de todos son muy adecuadas y empáticas, es muy fácil llegar a quererlos y entenderlos. ¿Quién no ha tenido un sueño que se muere de ganas de cumplir? Por eso es imposible no querer a Scotty en su inocencia y estupidez, mientras Matt se roba el corazón de todos a pesar de ser prepotente y Mo es el miedoso que despierta ternura y complementa a este trío, que son sus propios enemigos y héroes en simultáneo. Sam parece su ángel guardián, es la única adulta del grupo, la más responsable de todos, es la mujer cuidadora, pero con mano dura, también cómplice y amorosa, a su manera.

Hacen falta más comedias así. No solo que representen a todo tipo de personas discapacitadas, también que celebren la hermandad entre amigos, la complicidad y el apoyo entre extraños que se vuelven como hermanos. Incluso con sus fallas y problemas, Cuando tú quieras es una cinta que funciona muy bien y provee, como el buen cine, un rato de diversión.

Tráiler:

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Ficha técnica:

Cuando tú quieras (Come As You Are),  EUA, 2019.

Dirección: Richard Wong
Duración: 106 minutos
Guion: Erik Linthorst
Producción: Grant Rosenmeyer, Barrett Stuart, Jacqueline E. Ingram, Olivia Mascheroni
Fotografía: Richard Wong
Música: Jeremy Turner
Reparto: Grant Rosenmeyer, Hayden Szeto, Ravi Patel, Gabourey Sidibe, Janeane Garofalo, C.S. Lee

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