Críticas

La justicia puesta en tela de juicio

Cuestión de justicia

Otros títulos: Buscando justicia .

Just Mercy . Destin Cretton. EUA, 2019.

Cuestión de justicia afiche¿Qué sucede cuando la premisa es encontrar la explicación más allá de la verdad?

La justicia se ofrece como medio equilibrador de una sociedad desnivelada; sus presunciones apuntan siempre en la misma dirección. El negro es carne de cañón para un sistema que apela a la comodidad del caso resuelto: siempre pagan los más débiles.

Johnny D es un aserrador negro que es implicado en un crimen que no cometió: lo espera la silla eléctrica. El abogado Bryan Stevenson intervendrá en el caso e intentará demostrar su inocencia ante un sistema que sucumbe frente a las dificultades: la política del “caso resuelto” es moneda corriente, la lógica hace que siempre pague el negro.

Cuestionamiento de la pena de muerte al estilo Hollywood: un guion extremadamente explícito como para que nadie se pierda, un relato ordenado que, si bien resuelve el caso al final, ya nos predispone de antemano a intuir el desenlace, ¿será porque ya estamos muy acostumbrados a este tipo de cine?

Una trama que posee, en tiempos de multiculturalismo, los ingredientes esperables: la defensa de los negros como punto de partida para una serie de vicisitudes que apuntan a la reivindicación de los discriminados por un poder político representativo del orden social. En ese sentido, la película es muy actual.

Lo más interesante remite al hecho de que el filme se basa en una historia real de los años 90 y nos permite conocer a los verdaderos protagonistas: son presentados al final con un resumen de sus historias.

Cretton no consigue generar un clima emocional a la altura de las circunstancias, estamos hablando de reclusos condenados a muerte. La película, en ese sentido, pierde pie, falta acentuar el dramatismo. Los primeros planos de los reos a punto de morir son subexplotados, la angustia faltó a la cita. Parece ser que la dirección de actores no es su fuerte o que el casting no se desarrolló adecuadamente. Lo cierto es que los primeros planos de las víctimas no reflejan el sufrimiento del momento, la incertidumbre de la ejecución, los rostros no exhiben la suficiente carga emotiva, la muerte no parece inquietar, no hay desesperación.

Just mercy

El filme apela constantemente a primeros planos que, en muchos casos, no reflejan lo emotivo de la circunstancia de manera adecuada, por lo demás, el relato visual acompaña los diálogos, que, de por sí, se encargan de explicitarlo todo.

Como contrapartida hay un muy buen trabajo de Michael Jordan en el papel central de Bryan Stevenson. Trabaja muy bien con su rostro, nos revela claramente una forma particular de expresar alternantes y contenidas emociones. Bajo una mezcla de expresión y represión, que delata la personalidad de alguien que intenta ser fuerte ante a la adversidad, logramos adivinar lo que siente. La ira, el miedo y la angustia se entremezclan y alternan según la circunstancia.

Los planos más generales son reservados para el momento del juicio. Es donde se plasman aspectos de la convivencia entre negros y blancos en el Estado de Alabama. El ámbito institucional regula un comportamiento que solo es integrador en apariencia. La justicia, como tal, es letra muerta, mera forma para un como sí tranquilizador de la conciencia general de una nación: en la práctica, las diferencias raciales aún existen. Cretton parece indicárnoslo: la policía, en una decisión aparentemente tomada de forma independiente, no permite el ingreso a sala de un grupo de personas negras, el fin parece ser que entren al final y deban permanecer parados debido a la ausencia de suficientes asientos. La igualdad no es tal, a pesar del intento de garantizarla desde lo formal de la letra legal, en la práctica, las garantías sucumben bajo el prejuicio racial.

Just mercy crítica

Una película más entre muchas similares, temas gastados propuestos siempre de forma semejante, donde circulan dos versiones de justicia con componentes morales opuestos: una estatal, que aboga solapadamente por el mantenimiento de la diferencia racial y otra asociada a la moral, en términos de naturaleza humana, de un deber ser inherente a lo que somos, que nos sitúa en un plano de igualdad como seres humanos.

La mesa está servida para un tipo de reflexión que quizá la película no proponga directamente.  Otras lecturas interesantes pueden ser tenidas en cuenta si uno es capaz de aguzar el ingenio.

El género humano es un receptáculo bajo el cual pueden convivir diferentes moralidades. Aquí está el Estado por un lado y la comunidad negra por el otro; el poder apuntalado en toda una tradición del Sur agricultor y su necesidad de mano de obra esclava, y la evidente ansia de libertad y respeto de un colectivo utilizado para producir. Se revela la condición humana más allá de la justicia, en un sistema que propone el individualismo, y a partir de allí, la explotación del otro, bajo un criterio de diferencia que justifica la acción. El ser humano reflejado en su naturaleza alternante: el sometimiento del otro en función de mis intereses versus el esfuerzo denodado por la liberación del opresor que, paradójicamente, es tan humano como yo.

Just mercy fotograma

La diferencia, a la hora de hacer justicia, exhibe la presencia de estos resabios culturales que pugnan por mantenerse, aunque la ley diga lo contrario; es una cuestión consuetudinaria sustentada por fuertes prejuicios raciales que, inevitablemente, afloran por todas partes, aun siendo explicitados de forma permanente.

Ante este dilema, nos preguntamos si el cine puede funcionar como herramienta de cambio. Probablemente, no de forma directa e inmediata, pero sí, como un producto más de la cultura, que, mediante cierta persistencia, puede contribuir a promover conciencia ante situaciones anacrónicas de desigualdad social. El pensamiento humano ha evolucionado en términos de derechos, solo falta su adecuación a una realidad todavía hegemonizada desde el prejuicio, que apela a una racionalidad justificadora no consciente del proceso ancestral. Divulgar sus orígenes es parte del trabajo requerido para una  transformación de la realidad que contemple los derechos inalienables de los más vulnerables, el cine puede hacer su contribución.

Trailer

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Ficha técnica:

Cuestión de justicia  / Buscando justicia (Just Mercy ),  EUA, 2019.

Dirección: Destin Cretton
Duración: 136 min. minutos
Guion: Destin Cretton, Andrew Lanham (Novela: Bryan Stevenson)
Producción: Distribuida por Warner Bros.. Warner Bros., Endeavor Content, Participant Media, MACRO, Netter Productions
Fotografía: Brett Pawlak
Música: Joel P. West
Reparto: Michael B. Jordan, Jamie Foxx, Brie Larson, O'Shea Jackson Jr., Tim Blake Nelson, Rob Morgan, Lindsay Ayliffe, Ron Clinton Smith, Charlie Pye Jr., Michael Harding, Christopher Wolfe, J. Alphonse Nicholson, Jacinte Blankenship, Bryan G. Stevenson, Brad Sanders, Charmin Lee, Sebastian Eugene Hansen, John Lacy, Hayes Mercure, Tatom Pender, Rafe Spall, Karan Kendrick, C.J. LeBlanc, Scarlet Olivia Dunbar, Darryl W. Handy, Darrell Britt-Gibson

Una respuesta a «Cuestión de justicia»

  1. ´
    Soy Abogado con más de 50 años de ejercicio profesional. Este film me ha parecido uno de los mejores sobre la justicia estadounidense, la discriminación con la población negra y el mal trato policial. La interpretación que hace Michael B. Jordan del abogado protagonista , me ha parecido perfecta, comedida y expresiva a la vez.
    Todo el ambiente que rodea la cuestión de fondo ha sido tratado con realismo, con veracidad. No obstante, en este tipo de films , se contempla casi siempre el punto de vista de los sojuzgados negros. No recuerdo haber visto ningún film sobre las brutalidades cometidas con la población negra., y lo mismo ha sucedido con los indios y los militares estadounidenses, los nazis y los aliados, etc. etc. Quizá , así podríamos ser más ecuánimes a la hora de juzgar estos casos.

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