Críticas

Veo en la oscuridad

Dark Glasses

Occhiali neri. Dario Argento. Italia, Francia, 2022.

La dificultad de dar un sentido a lo que es una serie de consideraciones sobre una obra artística brota a veces de la aparición de diferentes niveles de un discurso no tanto en el interior de la obra, sino en lo que efectivamente puede resultar ser lo que definimos un resultado negativo. No se trata, en palabras más llanas, de un sentimiento de distancia entre lo real y lo irreal, entre lo esperado y lo concreto, sino, más bien, de aquella sensación de lecturas desfasadas que nace cuando el juicio estético se encuentra ante obras que de por sí tienen muchos problemas pero, al mismo tiempo, demuestran una calidad discursiva muy alta, por lo menos en lo que a la tradición se refiere. Y, efectivamente, lo que también nace es una consideración actual en la que se nos pide que evaluemos no solo la obra nueva, sino también el conjunto histórico del que proviene, algo que, al final, nos lleva a preguntarnos algo bastante sencillo: ¿es la película mala porque lo es de verdad, o siempre las películas de este director han sido pésimas?

Una cuestión de este tipo es la que explota después (y durante) la visión de Occhiali neri del maestro del terror y horror no solo italiano sino mundial, aquel Dario Argento cuya huella ochentera (nos referimos a la década) sigue formando parte del mundo imaginario que es el representado por el cine de ficción. Una cuestión, hay que tener cuidado, que no se plantea la imposibilidad de darle un juicio positivo a esta última obra, sino que cae en la duda de saber qué es exactamente lo que se puede salvar de esta película y por qué. Y es que, efectivamente, esta obra de Argento tiene muchos problemas, como pueden ser unas actuaciones horribles (por lo menos en su idioma original, el italiano) o unos elementos narrativos que poco sentido tienen o que, al fin y al cabo, resultan ser completamente absurdos o ilógicos. Si partimos desde este punto de vista, entonces, el juicio final no podrá sino ser completamente negativo, y en vez de decir que, sí, la obra funciona, solo nos quedará la amarga consideración de que el maestro ya no tiene nada que decir.

Es el sentimiento contrario lo que, en realidad, lleva a que se intente formar un juicio de carácter metaliterario que parte de una lectura global de lo que efectivamente es la producción artística de Argento. Si el filme decepciona en ciertas partes, es verdad también que algunas de las críticas negativas que se pueden dirigir a la película no tienen en cuenta el hecho de que lo que hoy parece absurdo, kitsch, es lo que, sin duda alguna, les permitía a los espectadores amar las películas de este director. Que se subraye, entonces, esta voluntad crítica que se desarrolla en estas líneas: Occhiali neri, por lo mala que puede parecer, forma parte completa y absolutamente del conjunto discursivo argentiano y, lo que más nos tendría que interesar, presenta elementos típicos de este autor que permiten acceder a un alto grado de entretenimiento, si bien el gusto moderno y contemporáneo en el que nos encontramos podría rechazar parte de lo que ve en tanto demasiado (y aquí nos repetimos) kitsch.

La presencia de elementos absurdos (la escena con las serpientes en el riachuelo, la incompresibilidad de las acciones de los policías) y de un guión que además de presentar agujeros lógicos no logra ofrecer unos diálogos interesantes (o, a veces, simplemente decentes) no lleva, de por sí, a poder rechazar esta película en su totalidad. Argento, como siempre, juega con el concepto de acciones lógicas y de acciones entretenidas, y el resultado es la elección de las segundas en perjuicio de las primeras sin que esto resulte sorprendente en el discurso narrativo de todas sus obras. La afirmación a la que llegamos es, entonces, bastante sencilla: por debajo de una serie de elementos objetivamente negativos, se presenta una estructura entretenida que solo nos pide que nos dejemos llevar por el juego, prefiriendo lo estético (chocante, estremecedor, splatter) a lo sensato. Una película de por sí quizás risible, para algunos, blanco perfecto para mofarse de ella, sin embargo elemento entretenido de una filmografía que sigue siendo, hoy en día, un hito de este género.

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Ficha técnica:

Dark Glasses (Occhiali neri),  Italia, Francia, 2022.

Dirección: Dario Argento
Duración: 90 minutos
Guion: Dario Argento, Franco Ferrini, Carlo Lucarelli
Producción: Asia Argento, Noëmie Devide, Brahim Chioua, Vincent Maraval, Laurence Clerc, Conchita Airoldi, Laurentina Guidotti
Fotografía: Matteo Cocco
Música: Arnaud Rebotini
Reparto: Asia Argento, Ilenia Pastorelli, Andrea Gherpelli, Xinyu Zhang

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