Críticas
Cuando se trata de morir...
Del otro lado del jardín
Daniel Posada. Colombia, 2024.
Colombia es un país dominado por la religión católica y está consagrado al Sagrado Corazón, por eso las enseñanzas y normas de la iglesia siguen pesando en las decisiones sociales, políticas y legales de este paraíso suramericano. Es por esto que el poeta Carlos Framb fue juzgado en 2007 por ayudar a su madre, Luzmila Henao, a encontrar la muerte tras una larga agonía por una serie de enfermedades. Lo que se considera “suicidio asistido”, que para otros es un acto de compasión y para Framb fue la expresión máxima de su amor, fue visto por la justicia colombiana como homicidio agravado, delito por el que el poeta se despierta esposado a una cama de hospital. Toda esta historia, contada en un emocionante libro escrito por quien lo vivió, se ha convertido en una cinta homónima para la plataforma Max. Del otro lado del jardín (Daniel Posada, 2024) es la más reciente producción colombiana exclusiva para esta plataforma, una cinta que debería haber visto las salas de cine y podría estar considerada como lo mejor del año en la industria colombiana.
En la cinta, Framb (Julián Román) debe hacerle frente a la justicia colombiana por el cargo de homicidio, con un abogado muy inexperto (Erik Rodríguez) que es rápidamente reemplazado por Santiago Sierra (Luis Fernando Hoyos), uno de los mejores de la ciudad. Y tiene que serlo, porque su contraparte es Gloria Restrepo (Juana Acosta), una mujer de armas tomar que está dispuesta a condenar al poeta a como dé lugar.
Mientras tanto, vamos viendo a través de flashbacks la relación de Framb con su madre, Luzmila (Vicky Hernández), una mujer que sufre profundamente por las enfermedades que carga encima y las consecuencias que estas le han traído, que la han llevado hasta la ceguera y a unos dolores que no la dejan vivir. El amor entre ellos es profundo, casi edípico, algo pocas veces visto. De ahí que Framb hubiera decidido suicidarse una vez ayudara a su madre a morir, con tan mala suerte (para él) que logra sobrevivir y ser acusado.
¿Qué hace un hijo en este caso? ¿Sentarse a ver cómo su madre se deteriora día a día, y llenarla de medicamentos para que no sufra? Este fue el foco que la historia tomó, adaptada por el mismo director junto con el español Ignacio del Moral, reconocido libretista nominado al premio Goya por su trabajo de adaptación en Los lunes al sol (Fernando León De Aranoa, 2002) y La voz dormida (Benito Zambrano, 2011), llevándose el galardón en 2013 por Las aventuras de Tadeo Jones (Enrique Gato, 2012).
El libro estaba en muy buenas manos y el trabajo de adaptación fue muy adecuado: no toma partido, simplemente muestra ambos lados del asunto y deja que el espectador decida si está bien o mal lo que Framb hizo. Por un lado, nos habla de la justicia, la moral y el derecho a la vida, mientras que por el otro nos muestra un amor incondicional, un dolor profundo y el libre albedrío con el que contamos todos los seres humanos.
Y comparando la cinta con el libro, la película tiene algunos cambios que no afectan mucho la historia: omite los pasajes de la niñez del autor, y con justa razón: reflejan una vida tranquila y «simple», esa de tantos pueblos colombianos, alejados del caos de las ciudades y de la guerra constante, pero no por eso exentos de tragedias y dolores. Nada que afecte la historia que se cuenta en la cinta. También corta de raíz el final real de Ebel, un amigo cercano de Framb, quien muere por un problema hepático años después de fracasar en su intento de suicidio, algo que tampoco afecta la cinta o la historia principal. Aunque el libro sí habla sobre el juicio, su abogado y los alegatos de ambas partes, el personaje de Gloria Restrepo no existe como tal.
Además, ese tipo de juicios, como los que se ven en la cinta, son muy “americanizados”, algo que se ve siempre en las series o películas de abogados que a Hollywood le encanta hacer, ese tipo de escenarios no se presentan en Colombia. ¿Está mal ponerle algo de ficción a la historia y tratar de “universalizarla” con un ambiente que para el espectador sea más familiar? No creo. Es más, creo que le da un aire más internacional, algo que las cintas colombianas aún tratan de buscar, perdidas entre la “pornomiseria” de la realidad o sus sueños de ser “cine arte europeo” para ganar premios en el Viejo Continente.
Del otro lado del jardín está medida justamente en un punto intermedio. Es una cinta comercial, sin duda, con un elenco reconocido en Colombia y complementado por Acosta, colombiana de nacimiento que vive en España hace más de dos décadas y ha forjado una gran carrera en la pantalla grande. Pero también es una historia bien hecha, con buen gusto y una técnica impecable, como suele suceder en las películas “Made in Colombia”. Pero además, cuenta con una historia humana, interesante, con intérpretes en la cima de su profesión, demostrando por qué están ahí. Destaco principalmente a Julián Román, Vicky Hernández y Juana Acosta, que para mí son de esos actores y actrices “de toda la vida”, a los que yo crecí viendo en televisión y teatro, y cada vez se ponen mejor. Puro talento de exportación que saben transmitir las emociones y tener al espectador pegado a la pantalla.
A Colombia le hacen falta más cintas como esta. Historias nuestras, con talento nacional, pero con proyección internacional. Acá se siente ese «otro» país, no el de los narcos y la violencia, que ha dañado la reputación en los aeropuertos del mundo y se sigue perpetuando en películas y series desafortunadas; acá está esa Colombia que no ha podido separar a la iglesia del Estado y le falta evolucionar en los derechos humanos, empezando por conceder una muerte digna a las personas que lo necesiten, sin poner primero el “¿qué dirán?” que aún define a la sociedad. Acá está la historia de un hombre con un amor profundo, a quien la sociedad le impide cumplir el último deseo de la mujer de su vida.
Tráiler:
Ficha técnica:
Del otro lado del jardín , Colombia, 2024.Dirección: Daniel Posada
Duración: 118 minutos
Guion: Daniel Posada & Ignacio Del Moral
Producción: Daniel Posada, Valentina Acosta, Peter Bevan, Fernando Rendón, Mariana Sanjurjo, Oriol Uria, Tomás Yankelevich
Música: Toni M. Mir
Reparto: Julián Román, Juana Acosta, Vicky Hernández, Ernesto Benjumea, Juan Sebastián Calero, Roberto Cano, Marianela González, Luis Fernando Hoyos, Marcela Mar, Laura Osma, Erik Rodríguez, Christian Tappan, Yuri Vargas