Entrevistas
Diego Arandojo, realizador de El hemisferio nocturno de la Tierra
A propósito del reciente estreno del documental El hemisferio nocturno de la Tierra (2022), de Diego Arandojo, sobre la vida y obra del escritor argentino Marco Denevi, entrevistamos a su realizador el día de la presentación.
EL ESPECTADOR IMAGINARIO: Como escritor, guionista y realizador ¿qué te motivó de la literatura y la personalidad de Marco Denevi para realizar una película sobre su vida y la obra que nos dejó, a más de cien años de su nacimiento?
DIEGO ARANDOJO: Mi primer contacto con Marco Denevi fue en la escuela primaria. Leí su libro Robotobor, editado en 1987, en la Colección Cuentorregalo, dirigida por Syria Poletti. Esa obra me deslumbró por distintos motivos: por un lado, las ilustraciones de Antonio Berni, que eran como un collage de fotos y dibujos; por otra parte, la historia que estaba contada desde el punto de vista del gato de la familia. Años después, cuando cursaba el secundario, me tocó leer Rosaura a las diez. Me gustó, pero no la disfruté del todo, debido a mi edad. Pero sí descubrí cuentos publicados en antologías, como “Caramelos surtidos”, editado por Poldy Bird en su sello Ediciones Orión. Siendo estudiante de dibujo adapté a historieta, junto a otros compañeros, algunos segmentos de “Parque de diversiones” de Denevi.
Desde el año 2007 vengo haciendo mediometrajes y largometrajes de forma independiente, es decir sin apoyo financiero más que mi propio empuje. Yo me formé como realizador cinematográfico en el IDAC (Avellaneda) y como guionista de radio y televisión (ISER). Por recomendación de Lucas Brunetto, amigo y docente, hacia 2018 me decidí a presentar un proyecto al INCAA, en la denominada Quinta Vía, o Vía Digital, que otorga financiamiento a filmes documentales. Fue en ese punto que pensé qué tema podía abordar. Y Denevi apareció, volvió a mí. Al investigar al respecto, me percaté de que en 2022 se cumplirían cien años de su nacimiento. Asimismo, caí en cuenta de que no se lo estaba reeditando, de que había quedado bastante olvidado y relegado a la bibliografía escolar. Así que ya tenía trazado delante de mí el objetivo: hacer una película sobre él para reivindicarlo, para recuperarlo y exponerlo, nuevamente, a la luz pública. Preparé la carpeta del proyecto, auxiliado por Lucas en distintos aspectos, la presenté y aguardé el veredicto del jurado del INCAA. Esto sucedió en 2019, que salió favorable y ahí comenzó la preproducción de la película.
EEI: ¿Por qué decidiste hacer un documental de animación que dialoga con distintos formatos más clásicos, como el material de archivo fílmico y sonoro, las fotos y las entrevistas?
DA: Al momento de investigar a Denevi, enfrenté una dura realidad: no existe material fílmico sobre él o lo que hay disponible es efímero. En mi largo recorrido por archivos y bibliotecas hallé, principalmente, veinte segundos de una presentación del film Rosaura a las diez con los actores y actrices en 1958; una entrevista grabada por el periodista Ernesto Monteavaro, a fines de los años ochenta, y un VHS con el homenaje a Denevi, que se celebró en el Colegio Nacional de Buenos Aires, en 1998. Por lo tanto, esta ausencia detonó una necesidad: la de reconstruir distintos pasajes de su vida a través de una ficción. Inicialmente, en el guion (cabe aclarar que también los filmes documentales tienen guion), yo había pensado en utilizar distintos actores para representar etapas de la vida de Denevi. Pero decanté por la animación, por lo dúctil y plástica que es. Me iba a permitir jugar más, ir más allá, bucear en otro nivel. Así que convoqué a Facundo Nehuén López y a su hermano, Carpincho López, que viven y trabajan en Mar del Plata. Aceptaron realizar la animación de mi documental y les entregué un guion técnico, donde estaban descritas las distintas secuencias. El trabajo de animación demoró un año y medio, aproximadamente, y fue una verdadera delicia. Facundo dibujaba y su hermano animaba; logramos un proceso que me permitía recibir cada secuencia y probar cómo “convivía” con las escenas filmadas de los entrevistados. Por suerte, todo salió bien, en tiempo y forma. Se pudo concretar el montaje, la posproducción de imagen y sonido. Mi idea era poder estrenar el film de Denevi en 2022, por el centenario, y logramos hacerlo en el Complejo Gaumont, el 15 de septiembre de este año.
EEI: La puesta en escena se plantea bajo un estilo predominantemente noir, acorde a la ambientación nocturna que tanto apasionaba al escritor. ¿Esto responde a tu estilo como artista o la empatía con el universo deneviano?
DA: Sí, yo quería hacer un film nocturno. Que fuera un homenaje a la nocturnidad porteña, a la “otra Buenos Aires”, esa que se vive cuando baja el sol. Porque también Denevi fue, como él solía decir, un “habitante de la noche”. Así que a priori estuvo, de mi parte, esa búsqueda. Además, yo quería que fuese un film en blanco y negro, como homenaje también a la adaptación fílmica de Rosaura a las diez, que realizó con tanta majestuosidad Mario Soffici. Nos basamos en el trabajo de fotografía de Aníbal González Paz para esa película, y lo invocamos a través de nuestro DF, Fabio Bastias. Todo estuvo muy cuidado, desde el maquillaje de Mauro Savarino hasta la puesta en cámara de Diego Gachassin, el sonido de Víctor Tendler o la dirección de producción de Lucas Brunetto. Y eso que tuvimos que soportar los avatares de la pandemia y las restricciones imperantes, que fueron dolorosas. Un gran desafío hacer un documental durante ese triste período que transitó la Argentina y el mundo.
EEI: El hemisferio nocturno de la Tierra es una expresión extraída de una carta que escribe Denevi ¿por qué la elegiste como título del documental?
DA: El título es un extracto de una carta que Denevi le envío a su amigo Donald Yates, traductor al inglés de Rosaura a las diez, que vivía en Estados Unidos. Me pareció hermosísima, muy poética: “El hemisferio nocturno de la Tierra”. Y representa, además, el estado anímico del autor en aquellos últimos años de la década del 60, luego de dejar su trabajo fijo en la Caja Nacional de Ahorro Postal. Denevi, como habitante de la noche, escribía de día y vivía en la noche, valga la redundancia.
EEI: Cuando presentaste el documental, dijiste que “esta película es una suerte de carta dirigida a él”; por suerte, los espectadores pudieron leerla. ¿Crees que podrá ayudar a revivir su obra literaria y rescatarlo del olvido que sufrieron muchos artistas argentinos desplazados del campo literario?
DA: Una de las cosas más poderosas que tiene el género documental es el de llegar a producir cambios o alteraciones en la realidad. Ojalá suceda con Marco Denevi, con su obra, que debe ser reeditada. Digo “debe”, porque posee una altísima calidad y es merecedora del mayor de los respetos. Aunque mi postura suene subjetiva, trato de ser absolutamente neutral sobre Denevi. Es que realmente sus novelas y cuentos son sensacionales, merecen llegar a nuevos lectores. Falta ahí el apoyo editorial y también de la crítica. Este es un punto neurálgico de El hemisferio nocturno de la Tierra, que se explora y desarrolla en el último acto, a través del cruce de distintos testimonios que brindan opiniones diversas. Así que espero, humildemente, que mi aporte documental favorezca a que algún editor o editora se interese por Denevi. Después estará el asunto de los herederos que, por lo que tengo entendido, no son fáciles. Pero ese es otro tema, que se escapa a mis posibilidades. Pero vale la pena regresar a Marco Denevi, desenterrarlo, darle nuevamente oxígeno. Porque es una de nuestras gemas literarias más exultantes del siglo XX.
EEI: Muchas gracias, Diego. Aguardaremos tus próximos trabajos en el campo cinematográfico como en el literario.
¡Muchísimas gracias, Marcela! Por la entrevista y el apoyo a este film.