El agente topo

Nos encontramos ante una película valiosa en muchos aspectos, que recomiendo ampliamente. Es una bien elaborada combinación de documental con ficción narrativa, que atrae al espectador con una trama detectivesca de desenlace incierto narrada en forma muy particular y natural, desarrollada en el ambiente de un hogar para los adultos mayores, que se describe con los necesarios detalles para sentirlo como algo cercano y real. El protagonista, un hombre muy especial de más de 80 años, acepta ser contratado por un detective privado para infiltrarse en el hogar como un agente oculto, con la misión de encontrar si una de las señoras residentes está sometida a tratos inadecuados, como lo cree su familia. Él lo hace con curiosidad, con ganas de sentirse útil y de estar ocupado en asuntos que lo saquen de la monotonía y de la tristeza, luego de la muerte de su esposa.

Después de los necesarios preludios relacionados con lo anterior, se desplaza el filme al hogar, siguiendo al protagonista y personaje real Sergio Chamy, en su curiosa actividad como detective, que asume con entero sentido de compromiso y de aventura, identificándose con su rol en una forma muy real que lo lleva a adentrarse por la vida del hogar, por las historias personales de varios de los ancianos (casi todos ellos son mujeres), hasta convertirse en una persona acogida y amada por todos, incluyendo al personal que administra y atiende el hogar. Nos vamos enterando así de historias de vida, quizás sencillas y humildes, quizás complejas y notables; de las especiales habilidades; de las necesidades de las personas y de la forma como se han adaptado a las rutinas diarias de un lugar como este. Se van labrando en esta forma varias tramas paralelas, puesto que, con una persona como Sergio, que no se muestra indiferente y lejano, sino interesado y empático, lo natural es que matice su papel de detective oculto y disciplinado con los roles de amigo, confidente, mediador y personaje modelo y admirado.

Esto nos hace caer en cuenta del poderoso papel catalizador que puede darse cuando las personas actúan con aprecio, generando activaciones especiales en las energías personales, contribuyendo a que se despierten los instintos de bondad que todos tienen. Es que la mirada de Sergio es muy iluminadora, de modo que interpreta la realidad con espíritu abierto y positivo, dando lugar a que todos se vayan dejando llevar por esta visión. Si admitimos que los realizadores del filme lo llevaron a cabo como un real proyecto detectivesco e investigativo, parece que se puede concluir que el agente topo tuvo un papel que trasciende el rol de protagonista documental, asumiendo el de agente benefactor y transformador.

Por otra parte, nos encontramos también ante una realidad valiosa, ya que el hogar objeto del documental tiene características notables. No es que se trate de una institución que debe manejar personas altamente perturbadas, miserablemente abandonadas, plagadas de enfermedades o discapacidades. En realidad, viven allí seres que hacen parte de la normalidad cotidiana, no muy distintos de nuestros ancianos familiares o conocidos, a quienes sus familias han decidido, por múltiples razones, unas más válidas que otras, someter al cuidado y a la atención constante que demandan sus situaciones y que instituciones como estas han venido asumiendo por años. Como espectadores podemos advertir que ello implica mucho cariño, paciencia, cercanía, escucha, habilidad para programar actividades y para celebrar los distintos acontecimientos, de modo que no se desgasten las preciosas vidas de los residentes en la soledad, la monotonía y la indiferencia. Atender estos asuntos cotidianos puede parecer sencillo, pero en mi sentir es algo notable. Este es el mayor descubrimiento del agente topo, como contraste a la hipótesis de abandono y de descuido que fuera punto de partida inicial de sus jornadas de investigación encubierta.

Quisiera resaltar algunos detalles llamativos. Una de las residentes es un ser dulce, sensible, que escribe poemas. Escribir poemas no deja de ser un acto de proclamación creativa, campanas verbales que se echan al vuelo para regar sentimiento y sentires…pero pocos escuchan, pocos se detienen a gustar, a dejar que repiquen en el alma tales tonalidades. Es Sergio un ser sensible, son los realizadores del filme seres que escuchan, permitiendo que ella declame sus versos y que nosotros nos dejemos llevar por ellos. Preciosa idea y realidad, la del poema como acompañamiento de la vida adulta, para reflejar, para sintetizar valores y recuerdos. En un momento único, estos versos se vuelven espirituales y eternos, como podrán apreciar ustedes cuando vean la película.

Otro detalle es el de la capacidad de Sergio para apuntar en una libretica las cosas que van pasando, como un diario de investigación. Con diminuta letra manuscrita apunta, y luego se oyen sus apuntes, pequeñas joyas descriptivas que encantan y que sugieren. Siento que ello nos convoca a no perder nunca nuestra habilidad narrativa, a ser escritores diariamente, captando detalles y testimoniando nuestra capacidad para observar, describir y apreciar, sin que el paso del tiempo nos agote.

Finalmente hay que celebrar que la investigación del agente topo haya tenido buen éxito. En efecto, se encontró a sí mismo también, descubriendo aspectos inesperados. Además, encontró seres valiosos por doquier y localizó una banda de seres benévolos, desinteresados y amorosos al cuidado de los ancianos, de modo que la inevitable soledad y abandono que ellos sufren, se transforme en posibilidades que vale la pena explorar y desarrollar.

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