Críticas

S(t)ick to the plan

El asesino

The Killer. David Fincher. EUA, 2023.

Según unas corrientes de la crítica artística (sobre todo la cinematográfica y la literaria), hay que analizar los personajes de una obra a través del prisma psicoanalítico, lo cual llevaría a descubrir la presencia de motivaciones que van más allá de lo aparente. Y, de hecho, la cuestión se situaría en el desfase entre lo que hacemos y lo que decimos que vamos a hacer, o tan solo entre nuestros deseos afirmados (los de los cuales hablamos sin problemas) y los que se esconden por debajo de la cáscara de la “realidad”. Un juego, quizás, que subraya también la distancia entre lo real y lo real, o sea entre lo real en cuanto lo que vemos y lo real en cuanto lo que percibimos, como puede pasar entre el análisis de una fotografía por parte de un lego (uno cualquiera de nosotros) y una persona cuya profesión sea la de analizar el comportamiento humano en la sociedad de la que formamos parte. Todo fluiría hacia el “parece que pero”, donde este “pero” tendría el valor de actuar como punto de partida hacia la descodificación de lo que “realmente” es la “realidad”.

La cuestión que nos presenta The Killer (2023) se esconde detrás de una historia bastante concisa en lo que a su estructura se refiere: venganza. Y, efectivamente, la simplicidad del mensaje aparente es tal que el grado de atención que se le pide al espectador no es muy alto, ya que todo parecer ser lo que se nos muestra. El personaje principal es un asesino quien trabaja para una agencia y que ve su profesión como algo bastante aburrido, sencillo, algo que, como él admite, cualquiera podría hacer. Y es aquí que, ya, se nos presenta la necesidad de adentrarse en el argumento: ¿de verdad cualquiera de nosotros podría hacerlo? El juego sobre el que se basa la respuesta no está en la presencia o menos de un código moral, sino en que es el conjunto mismo de las acciones que son, de por sí, simples, aburridas, algo que todo hombre puede llevar a cabo. Se trata solo de tener una pizca de concentración y de no dejarse llevar por la falta de variedad que pueda brotar del encargo.

Sin embargo, la pregunta es más profunda o, por lo menos, más complicada. Si el trabajo del killer de Fincher y Walker es como cualquier otro, ¿por qué hay pocos que lo practican? Y en esta problemática intervienen la moral y la ética, dos elementos que se superponen en el discurso fílmico sin que se sitúen “aparentemente” en la parte central del escenario. Las matanzas que vemos desarrollarse en la pantalla, no muchas en su conjunto pero sí sangrientas y “reales”, ¿qué fin tienen en lo que al diálogo con el público se refiere? Son, de hecho, elementos narrativos y estéticos de gran calidad, y permiten acceder al mundo de nuestro asesino tanto desde un punto de vista laboral como interno, psicológico. Y es así que se nos abre la necesidad de relacionarnos con un contexto y una psique totalmente (¿?) nihilistas, en los que la presencia humana, entendida como el grupo de seres vivos que formamos una sociedad, se reduce a una serie de elementos del que deshacerse para seguir con nuestro objetivo, la venganza.

Hay que preguntarse si, volviendo a como hemos empezado, hay que profundizar más en la lectura psicológica. Si la película funciona, si la idea es sólida y si el andamiaje narrativo y estético son de primer nivel, quizás sea necesario entrar en el dilema que nos presenta el personaje principal. Y, no, no se trata del dilema moral, quizás inexistente, sino del desfase entre la voluntad de deshacerse completa y totalmente de su faceta afectiva y su búsqueda de venganza, nacida esta por una cuestión de “vengar” no a sí mismo sino a su pareja. Lo que dice el personaje de Fassbender resulta ser, entonces, una vez que nos alejemos un momento de la presencia directa de la acción fílmica, un problema de por sí, que abre paso al valor de la psique humana y de como nosotros mismos somos, a veces, los primeros en engañarnos. Algo que, como subraya el personaje de Tilda Swinton, podría aplicarse directa y concretamente a nuestro personaje principal.

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Ficha técnica:

El asesino (The Killer),  EUA, 2023.

Dirección: David Fincher
Duración: 118 minutos
Guion: Andrew Kevin Walker
Producción: William Doyle, Peter Mavromates, Ceán Chaffin
Fotografía: Erik Messerschmidt
Música: Trent Reznor, Atticus Ross
Reparto: Michael Fassbender, Arliss Howard, Charles Parnell, Kerry O'Malley, Sala Baker, Sophie Charlotte, Tilda Swinton

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