Críticas
Una hija soñadora visita los reinos inspirados de su madre
El cascanueces y los cuatro reinos
The Nutcracker and the Four Realms. Lasse Hallström, Joe Johnston. EUA, 2018.
Esta película se podría tomar como una aventura visual, un viaje a un mundo paralelo caracterizado por una riqueza de personajes, y de colores, como un sueño ilustrado por artistas gráficos creativos, en el cual una jovencita tiene la oportunidad de admirar más y más a su madre, que ha sido la creadora de todas estas fantasías, para que su hija preferida las disfrute. Entonces, una mujercita inquieta y bella, que ha quedado huérfana de su madre, junto con otra hermana algo mayor y un niño, al lado de su padre, recibe un regalo misterioso, que se abre mediante una llave especial. Es el regalo de su madre, quien, de la mano de su padrino, un habilidoso ingeniero, lo ha planeado todo, a modo de mágica invitación, de obsequio del más allá.
Bastante fantástico e increíble ¿Cómo puede una madre concebir y de hecho fabricar un maravilloso mundo paralelo, a escondidas de sus hijos y de su esposo? ¿Cómo puede darse que las personas crucen un portal y pasen del ambiente citadino a un lugar mágico donde florecen cuatro reinos presididos por un magnífico castillo donde los juguetes se convierten en personas y las personas en juguetes, no por causa de palabras encantadas, sino por la acción de dispositivos de alta tecnología? ¿Cómo pueden ríos caudalosos fluir desde una meseta en cuyo centro se levanta el castillo y a la vez mover los aparatos que dan la energía al lugar?
Estas cosas y muchas más pueden pasar en el mundo mágico del cine y han venido sucediendo desde los tiempos de Georges Méliès, El mago de Oz, Las crónicas de Narnia y otras incontables producciones en las cuales se borran los límites de lo posible, en todo; personajes, colores, eventos. En estos mundos se pueden violar las leyes de la naturaleza, en ellos son reales los móviles perfectos de primera y segunda clase, los universos paralelos, la destrucción espontánea de la entropía, las comunicaciones entre los vivos y los muertos, la telepatía y las coincidencias más singulares.
Lo importante, desde el punto de vista de una historia que se nos cuenta, es que se logren combinaciones entre los personajes y los eventos que nos hagan experimentar empatía, que nos hagan sentir que todo es posible, que las fantasías presentadas tienen cabida en nuestras mentes de espectadores imaginarios, de forma que aceptemos todos esos personajes, todos esos paisajes, todas esas elucubraciones y explicaciones fantásticas e increíbles, como parte de un mundo que también es coherente, en el cual podríamos vivir, en el cual podríamos encontrar atractivo, aventura, misterio. En el caso de El cascanueces y los cuatro reinos quedamos con la impresión de que no se han logrado tales identificaciones, que nos quedamos como en un parque de atracciones haciendo un recorrido muy infantil y artificioso, que es hermoso, pero que sabemos atrae a los niños por sus colores y variedades y personajes, pero no tanto por la historia que se quería contar.
Dicho esto, hay suficientes méritos en la película como para que valga la pena verla. Ante todo, la música y la danza son atractivo suficiente, incluyendo la ocasión para disfrutar de la dirección musical del magnífico Gustavo Dudamel. En segundo lugar, el deslumbrante festín de colores y de formas que no cesa. Y la historia misma de Cascanueces y su novedoso tratamiento. Cascanueces, el soldadito bueno de juguete que adquiere vida, es llevado al extremo pernicioso con un ejército completo de soldaditos destructores, seres mecánicos que se desplazan haciendo daño, con caras inexpresivas, sin que realmente sepan qué sucede, sin que haya maldad en sus almas mecánicas. El asunto del maléfico rey ratón y su ejército de ratones se plantea al contrario: los ratones funcionan como seres constructivos, no solamente por lo que hacen en la narración, de impacto benéfico, sino porque se unen y se arman formando un extraño ser colectivo. Las dos hadas del reino paralelo, personificadas por actrices de primera magnitud como Keira Knightley y Helen Mirren, se manifiestan en un principio con roles engañosos y luego se revelan en lo que verdaderamente son, constituyendo en esta forma lo que puede considerarse como el aspecto más sorprendente de la trama, que así logra adquirir mayor sentido y despertar curiosidad y sentido de la aventura en los espectadores.
Clara, la jovencita aventurera está protagonizada por Mackenzie Foy, y en ella se basa la casi totalidad de la historia. Su actuación tiene altibajos, probablemente debido a la variedad de cosas que tiene que hacer, algunas de ellas muy opuestas entre sí. Pero se nota que ha disfrutado de su personal aventura y que se ha sentido casi tan maravillada y sorprendida como nosotros por lo extremadamente increíble, incoherente y fantástica que es la trama. En cuanto a otro de los grandes actores de la cinta, Morgan Freeman, en el papel de Drosselmeyer, el padrino de Clara, nos quedamos con la sensación que su rol no quedó adecuadamente resuelto ni explorado, como tampoco el de Matthew Macfadyen, el padre de Clara. ¿Será que se han dejado insinuados roles, medio trazados, en espera de una secuela de la película? En definitiva, nos quedamos, con la sensación de que había filón para algo más en muchos de los aspectos de esta fantástica exploración de los mundos paralelos que una hija soñadora visita, viviendo en los sueños y en los reinos inspirados por su madre.
Trailer
Ficha técnica:
El cascanueces y los cuatro reinos (The Nutcracker and the Four Realms), EUA, 2018.Dirección: Lasse Hallström, Joe Johnston
Duración: 99 minutos
Guion: Ashleigh Powell, Simon Beaufoy, Tom McCarthy. Basada en El cascanueces y el rey de los ratones de E.T.A. Hoffmann y en El cascanueces de Piotr Ilich Tchaikovski
Producción: Larry J. Franco, Lindy Goldstein, Mark Gordon
Fotografía: Linus Sandgren
Música: James Newton Howard, Gustavo Dudamel
Reparto: Keira Knightley, Mackenzie Foy, Morgan Freeman, Helen Mirren, Matthew Macfadyen, Jayden Fowora-Knight, Misty Copeland, Sergei Polunin, Eugenio Derbez, Richard E. Grant, Miranda Hart, Jack Whitehall, Ellie Bamber, Lil Buck, Anna Madeley, Tom Sweet, Gustavo Dudamel