Críticas
Una reina de la comedia poco convencional
El diario de Bridget Jones
Bridget Jones's Diary. Sharon Maguire. Reino Unido, EUA, Francia, 2001.
«It’s only a diary. Everyone knows diaries are full of crap.»
Para 1996, la escritora Helen Fielding estaba escribiendo su segunda novela. Decidió reinventar el clásico de Jane Austen, Orgullo y Prejuicio, usando una ruta similar para su historia, pero como protagonista tenía al personaje que creó para las columnas que escribía en el diario The Independent de Inglaterra. Sus escritos semanales eran un éxito porque era una mujer que habla abiertamente de su sobrepeso, sus vicios, sus obsesiones y hasta su sexualidad con total tranquilidad. Recordemos que esto fue antes de Sexo en la Ciudad de HBO y todo lo de demás. Este personaje era Bridget Jones y se dirigía al público con gran honestidad pues se estaba desahogando en su diario íntimo, que nadie iba a leer, por supuesto. Después del éxito rotundo en ventas del libro, era de esperarse la adaptación a la gran pantalla así nace El Diario de Bridget Jones (Bridget Jones’s Diary, Sharon Maguire, 2001), una comedia británica que barrió con la taquilla internacional y se ubicó muy cómodamente en los corazones de los amantes de la comedia romántica. Una nueva reina del género había llegado en los zapatos de Renée Zellweger.
Bridget es, simplemente, un desastre. Desde la primera escena queda claro el personaje: su comportamiento es errático, sus adicciones a la comida y al drama son absolutas, además de su preocupación por la soledad que enfrenta al comenzar su tercera década de vida. Totalmente identificable para cualquiera, aunque a veces raye con lo patético, pero no podemos dejar de adorarla. En toda su torpeza y tremendas equivocaciones, Bridget Jones es parte de nosotros, aunque no todos estén dispuestos a aceptarlo. Ella es nuestra parte romántica, socialmente incorrecta, llena de equivocaciones, torpezas y vulnerabilidades que la hacen única.
En una fiesta de fin de año conoce a Mark Darcy (Colin Firth), el hijo de una amiga de su madre que se acaba de divorciar, todo es como una cita a ciegas forzada que nunca empieza siquiera, desde el comienzo Mark la rechaza y Bridget lo escucha. Pero eso no importa, ella está perdidamente enamorada de su jefe, el hombre por el que ella juró que no caería según su propio diario: machista, vividor, mujeriego. Ese es Daniel Cleaver (Hugh Grant). Creo que para estas alturas ya es clara la ruta que va a tomar la historia y la comedia que involucra un triángulo amoroso con estos tres intérpretes y las situaciones tan extrañas en las que termina involucrada Bridget.
No es una historia que quiere reinventar el género, simplemente divertir al espectador con un personaje desastrosamente adorable que enamora durante la escena de los créditos de apertura, por ella es que la historia se desenvuelve de maravilla. Es evidente la mano de Richard Curtis en el guion, pues evoca a éxitos anteriores de su propia creación como Notting Hill (Roger Michell, 1998) y Love Actually (Richard Curtis, 2003) y no es solo porque todas tienen en común a los dos hombres protagonistas, el ritmo de la historia es muy similar y el estilo de comedia es el mismo: un poco de ironía por acá, una pizca de humor negro por allá, diálogos inteligentes y el encanto que lo caracteriza para las situaciones románticas.
Y volviendo a los “galanes” de la historia, acá le apuestan a los extremos masculinos en tono de comedia: mientras Daniel es un egoísta, un depredador y un acosador (Por más encantador que sea Hugh Grant), Mark es toda la nobleza personalizada en un hombre y el espejo de la protagonista, con la misma verborrea y timidez. Este exceso de testosterona se libera en la fabulosa pelea a ritmo de «It’s Raining Men«, que lejos de ser una lucha entre caballeros por el honor de una dama, está llena de torpezas, caídas y comedia física que retuerce de la risa a los espectadores en la sala de cine.
Para hacerla apta para todo público (O casi), la cinta está llena de subtextos sexual en todos los personajes, en unos más sutil que en otros, pero especialmente en los padres de Bridget, a cargo de Gemma Jones y Jim Broadbent, dos intérpretes británicos muy talentosos y de gran trayectoria que logran cortas pero memorables apariciones. El grupo de amigos de la protagonista, que no tienen ningún filtro ni vergüenza para hablar, funcionan como ese coro griego que grita las verdades al oído de la protagonista y, en este caso, conspira a su favor. Una herramienta claramente reciclada de Cuatro Bodas y Un Funeral (Four Weddings and a Funeral, Mike Newell, 1994), otro éxito de Curtis con el que debutó en la pantalla grande como guionista y le dio su primera (y única hasta ahora) nominación al Oscar a Mejor Guion Original.
Y hablando de los premios de la Academia, esta cinta le dio la primera nominación de Renée Zellweger a Mejor Actriz, un fenómeno raro porque la comedia no es muy reconocida en esta prestigiosa entrega de premios, pero fue más que merecida: ella no solo dominó el acento británico como si hubiera nacido allá, el aumento de peso que vivió para su interpretación completa marcó un determinante en las actuaciones que se tenían en cuenta para nominar y eventualmente ganar, esa tendencia que se vio mucho durante la primera década del siglo XXI a hacer transformaciones profundas para entrar en el personaje completamente, algo que inició Hilary Swank el año anterior con su primer Oscar por Boys Don’t Cry (Kimberly Peirce, 1999).
Yo soy un gran defensor de la comedia, pero esa que está hecha, como esta cinta. La propia Bridget dice que “todo el mundo sabe que los diarios están llenos de basura”, pero en este caso debo contradecirla. El Diario de Bridget Jones es una comedia deliciosa, de esa que se pueden clasificar como “clásicas”, con la que vale la pena reencontrarse una y otra vez para reírse de la vida, incluso reflexionar un poco. Y por qué no, seguirle la pista al personaje en los libros de Fielding o en las secuelas cinematográficas, Bridget Jones: Sobreviviré (Bridget Jones: The Edge of Reason, Beeban Kidron, 2004), que no es tan buena como la primera, y Bridget Jones’s Baby (Sharon Maguire, 2016), donde vuelve la directora original y Emma Thompson entra al ruedo. Perfectas para una tarde de domingo para reír.
Trailer:
Ficha técnica:
El diario de Bridget Jones (Bridget Jones's Diary), Reino Unido, EUA, Francia, 2001.Dirección: Sharon Maguire
Duración: 97 minutos
Guion: Helen Fielding, Andrew Davies, Richard Curtis
Producción: Helen Fielding, Tim Bevan, Jonathan Cavendish, Liza Chasin, Eric Fellner, Debra Hayward, Peter McAleese
Fotografía: Stuart Dryburgh
Música: Patrick Doyle
Reparto: Renée Zellweger, Colin Firth, Hugh Grant, Gemma Jones, Jim Broadbent, Shirley Henderson, Sally Phillips, James Callis, Paul Brooke