Críticas
El Escuadrón se desboca
El Escuadrón Suicida
The Suicide Squad. James Gunn. EUA, 2021.
El universo DC continúa su andadura, a pesar de los palos de ciego y la falta de coherencia que ha sido seña de identidad de la casa. Idas y venidas, cambios de tono, éxitos muy escasos y líos entre bambalinas son la nota dominante de los intentos de Warner por establecer un cosmos consistente con algunos de los iconos más reconocibles del cómic.
Tras la salida de Zack Snyder como cabeza pensante del proyecto, todavía se buscan las piezas que conecten el puzle. El último paso hacia el incierto futuro es El Escuadrón Suicida (James Gunn 2021), segundo intento de estos héroes por accidente tras el desastre monumental que fue la versión de este mismo grupo perpetrada por David Ayer.
Desde luego, el precedente no invita a ser optimista. El engendro de Ayer se encuentra, por derecho propio, entre las películas más insultantes del siglo XXI. En cierto modo, el retorno de la desquiciada pandilla dirigida por Amanda Waller suena a movimiento desesperado tan suicida como el propio título.
Siendo justos, las cosas han cambiado. Parece que hay cierto propósito de enmienda en las oficinas de Warner/DC. Los últimos estrenos de la casa, aunque todavía no aprietan del todo la tecla adecuada, parece que dejan atrás el excesivo tono sombrío y la impostada solemnidad de opereta que cierto visionario director había decidido imprimir al sello. El Escuadrón Suicida es, por lo menos, un paso adelante en cuanto a libertad, falta de prejuicios y apuesta por lo diferente.
Y es que apostar el todo por el todo tiene sus recompensas, sobre todo si el que maneja la ruleta es uno de esos locos maravillosos que han servido de tabla de salvación al cine de palomitas sin complejos. James Gunn es el director de esta desquiciada orquesta de seres disfuncionales, que han traspasado con alegría la frontera de la psicopatía. El juego de transformar a villanos delirantes en los protagonistas de la función, en este caso, resulta sorprendente, divertido y salvaje, muy alejado de la bobalicona recreación de Ayer, atragantado con los mismos ingredientes que Gunn maneja con soltura brutal (y lo de brutal es la palabra, en todos los sentidos).
Gunn no pierde el tiempo, y desde el minuto uno demuestra que aquí ha venido con todo. Violencia desatada, humor deslenguado, delirio colorista que roza lo paródico y cero piedad con los personajes, para divertimento de un espectador invitado a disfrutar con su lado más divertidamente perverso. El comedimiento es para cobardes, clama Gunn a los cuatro vientos.
Aparte de la demostración de gamberrismo cinematográfico en su mejor versión, Gunn demuestra que también sabe contar una historia. Los juegos temporales son una constante para hacer cómplice al espectador, sin complicar una trama, por otra parte, planteada con inteligente sencillez. Aquí no importa lo que pasa, que es bastante evidente, si no como te cuentan lo que pasa. Nadie quiere sorprender con giros absurdos de guion, en El Escuadrón Suicida la sorpresa viene en el espíritu burlón con el que Gunn pone el sello de identidad en cada plano de este desbarre.
Gunn agarra por la solapa al universo DC y lo lleva a su terreno fuera de quicio, quedándose con los elementos que a él le interesan. El Escuadrón Suicida es una película de superhéroes, sin ningún miedo a aceptar esa naturaleza, pero también tiene mucho del universo personal del director. Un tipo curtido en mil batallas de películas de bajo presupuesto, en su primer contacto con DC vemos mucho del director que se hizo en la mítica productora Troma. Monstruos gomosos, ultraviolencia planteada como comedia y placer culpable, doctores chiflados, chistes sonrojantes y situaciones salvajes convierten los 130 minutos de El Escuadrón Suicida en una auténtica montaña rusa de desenfreno.
Repite en el espectáculo Margot Robbie como la pizpireta Harley Queen, que vuelve a las disciplina del grupo tras su paseo en solitario en Aves de Presa . A estas alturas tiene pillada la medida al personaje de sobra, y se nota que disfruta en la piel del personaje. Es el gran aliciente del desmadre, aunque Gunn reparte el suficiente protagonismo entre los enajenados que forman el grupo para que todo el mundo tenga su gran momento. Gun consigue que aquí todo el elenco se lo pase en grande, acorde a la esencia desvergonzada de la película. Quizá al que menos cómodo se le ve es a Idris Elba, aunque tiene presencia de sobra para comerse la pantalla. Mención especial a Daniela Melchior, todo un descubrimiento que consigue que su peculiar vagabunda sea entrañable.
El Escuadrón Suicida es, gracias a James Gunn, serie B disfrazada de gran presupuesto, sin ningún temor para abrazar esa condición. Se adentra, sinvergüenza y desbocada, en terrenos casi desconocidos para películas pensadas como grandes estrenos masivos, normalmente esclavas del qué dirán y los públicos objetivos. La anarquía de Gunn alcanza cotas delirantes y sorprendentes, al filo de lo paródico, sin compararse con nadie, carismática y única.
El problema es que las muchas virtudes de Gunn tienen otra cara de la moneda. Lo genial de El Escuadrón Suicida es que la dirige sin filtros, libre y salvaje. Eso quiere decir que, efectivamente, hay tramos de la película en la que todo se descontrola, en que el humor, más que ofensivo, es directamente insultante por bobo, y en ciertos momentos de intensidad, necesarios para dar empaque a los personajes, hay desequilibrios que tambalean el tono general de la propuesta. Parece mentira, pero quizá Gunn necesite a alguien que le ponga algo de freno.
En todo caso, El Escuadrón Suicida es un espectáculo en el que salpica la sangre, ensordece el ruido y nos descubriremos con una sonrisa en los labios en situaciones que deberían escandalizarnos. Y eso es un triunfo. La complicidad en tiempos de productos medidos al milímetro es de auténtico lujo. James Gunn arrastra el género de superhéroes por el fango hasta llevarlo al límite y, sin embargo, en un extraño juego de malabares conceptual, le rinde homenaje en todo su colorido esplendor. Por esa vocación de rareza es, a veces, un potro desbocado, pero benditos sean los excesos si nos van a explotar el cerebro de esta manera.
Eso sí, algunos ya están viendo en El Escuadrón Suicida el futuro del género. Yo diré que es tan disfrutona como olvidable. Tampoco nos vengamos arriba.
Tráiler:
Ficha técnica:
El Escuadrón Suicida (The Suicide Squad), EUA, 2021.Dirección: James Gunn
Duración: 132 minutos
Guion: James Gunn
Producción: Warner Bros. Atlas Entertainment, DC Comics, DC Entertainment
Fotografía: Henry Braham
Música: John Murphy
Reparto: Idris Elba, Margot Robbie, Joel Kinnaman, Viola Davis, Daniela Melchior, David Dastmalchian, John Cena, Alice Braga, Peter Capaldi, Jai Courtney, Joaquín Cosío, Nathan Fillion, Mayling Ng, Flula Borg, Sean Gunn, Juan Diego Botto, Storm Reid, Pete Davidson, Taika Waititi, Steve Agee, Jennifer Holland, Michael Rooker, Sylvester Stallone