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El gran mito del retorno hacia el sentido de pertenencia

La Odisea

La Odisea es un extraordinario relato homérico, escrito en forma poética, que narra las aventuras de Odiseo (Ulises), rey de la isla de Ítaca y sus territorios en las costas occidentales de Grecia, cuando, habiendo terminada la guerra de Troya, intentaba regresar a sus tierras, a su familia, a su esposa. Ya habían transcurrido 10 años de luchas en Troya, un reino del Asia Menor, entre una alianza de príncipes de las ciudades griegas y la mítica ciudad de Príamo, Héctor y París. Cuando los griegos estaban prácticamente derrotados, habiendo muerto su caudillo máximo Aquiles, surge la figura astuta de Odiseo quien se inventó la estrategia de construir un gran caballo de madera y convencer a los troyanos que se trataba de un regalo de los griegos, de un reconocimiento a su superioridad y valentía en la defensa de Troya. Permitieron los troyanos que el caballo fuera conducido en procesión a la ciudad, sin advertir que en su interior estaba escondido y preparado un grupo élite de guerreros, al mando de Odiseo. Los mismos que descendieron y sorprendieron a la ciudad, abriendo sus puertas y causando su derrota total. De esta bien conocida historia nos ha quedado la idea del caballo de Troya como una estrategia artera para ser derrotado por los enemigos, a base de regalos y ofertas.

Terminada la guerra, se inicia el retorno para las flotas griegas. De alguna manera, todos van llegando a sus ciudades, algunos al encuentro de renovadas tragedias, otros para recibir homenajes y bienvenidas. No así Odiseo y sus doce navíos. Bajo las maliciosas artes de Poseidón, el dios de los mares, está condenado a la primera de las odiseas, como han quedado conocidas para siempre las aventuras y las tragedias de viaje.

Vale la pena señalar [1] que Odiseo es un ser humano, no un semidios, como muchos de los antiguos héroes. Por ello carece de poderes extraordinarios como los Hércules o Aquiles. Pero es una persona extremadamente inteligente y astuta, hábil en la persuasión, en el discurso, en al planteamiento de estratagemas, siempre capaz de encontrar una salida ante las circunstancias más adversas. Es tal su capacidad, que se convierte en envidia de los dioses mismos, que son arrastrados por él a tomar partido en momentos decisivos. Ello no evita que esté sujeto a las traiciones, a los engaños, a las mentiras e ignorancia de algunos de sus propios compañeros de viaje, si bien la mayoría está dispuesta a morir por él.

El ambiente insular es ideal para plantear las aventuras homéricas. De una parte, el mar, secretamente o abiertamente gobernado por Poseidón, es fuente continua de tempestades, de remolinos, de corrientes traicioneras y cada llegada a alguna isla o puerto perdido o ignoto, es ocasión para el terror y el desastre. Solo que los griegos han sido marineros desde siempre y lo serán, y llevan en su sangre el espíritu marinero. Este viene acompasado por las vivencias insulares. El mar Egeo y los demás mares de las costas griegas, que se extienden eventualmente por el extenso Mediterráneo están colmados de islas diversas, mágicas, llenas de leyendas y de historias. Cada una de ellas puede proclamar una cierta civilización, una cultura particular. Se aprovecha de este ambiente Homero para crear una docena de mundos fantásticos, puertos, refugios, sitios mágicos que deben ser visitados por Odiseo y sus compañeros antes de completar su jornada de retorno.

Cada uno de ellos es referencia para distintos arquetipos y mitos que acompañan nuestras propias existencias, aún en la modernidad. Y de ellos se ha apropiado el cine, generando todo tipo de producciones, algunas referidas a la Odisea misma, algunas otras estableciendo paralelos entre aventuras cercanas a nosotros y la mítica Odisea.

En todo esto, difícilmente logra el cine transmitir la totalidad de la magia homérica. Por una parte, surge el obstáculo del lenguaje, ya que la Odisea es una obra extremadamente poética, sus versos describiendo emociones, sentimientos, profundidades del alma, resonancias humanas ante la tragedia del viaje sin retorno y la certeza de que al final todo va a culminar bien para el protagonista, si bien en medio de las pérdidas y las amenazas. Como pasan tantas cosas, como hay tantas aventuras y personajes, las películas van a quedar atrapadas en la acción, que es alucinante y atractiva. De esto son conscientes los actores que han interpretado a Odiseo y todos ellos tratan de transmitir con sus gestos y miradas, la astucia, la fiebre interna que mueve al personaje.

UlysseYa desde los inicios del cine, el mito de Odiseo (Ulises) dio lugar a obras pioneras, como Ulisse, 1911, Giuseppe de Liguoro, Italia. Se destaca por el uso pionero de efectos especiales, se centra en la isla de los cíclopes y de la maga Circe; Le Retour d’Ulysse, 1909, André Calmettes y Charles Le Bargy, está muy enfocada en la llegada de Ulises Ítaca y en su venganza contra los abusivos pretendientes de Penélope. El pionero Georges Méliès también trabajó el tema en Ulysse et le géant Polyphème , 1905. Como es típico de sus producciones, emplea con abundancia la presencia de hermosas mujeres, las cuales sitúa creativamente en el entorno del cíclope Polifemo.

Más centrados en la modernidad, se destaca Ulises, 1954, Mario Camerini, Italia; con Kirk Douglas, Silvana Mangano y Anthony Quinn. El manejo narrativo está muy enfocado en los acontecimientos en Ítaca con la partida y la llegada de Odiseo y los sentimientos que embargaban a Penélope, su esposa, que se constituye en un singular arquetipo de la fidelidad. Los azares que sufre Odiseo, en cambio, nos llegan a través de  sus recuerdos, destacándose sus romances con la maga Circe y la forma en que atraía amores en los lugares que visitaba en sus aventuras; si bien dominaba en su mente el recuerdo de Penélope, no podía evitar completamente sus impulsos hacia astutas manipulaciones con las mujeres que encontraba; es entonces el suyo un especial arquetipo del hombre fiel en los pensamientos, pero débil ante las ocasiones que se le ofrecen con mujeres bellas y apasionadas.

OdysseySe puede mencionar luego la serie de dos episodios La Odisea, 1997, Andrei Konchalovsky, EUA, con Armand Assante, Greta Scacchi e Isabella Rossellini como la diosa Atenea. La narración permite recorrer la mayor parte de los episodios homéricos, se destaca el papel heroico del protagonista y su habilidad para encontrar salidas a los riesgos que enfrenta. Se pueden destacar los tiempos que vuelan como el viento en su visita a la isla de la ninfa Calipso y las estratagemas del héroe para vencer el canto de las sirenas, otro episodio que se ha quedado como arquetipo de invencible engaño sugestivo que solo se supera con inquebrantable disciplina y su habilidad para conseguir la guía de los dioses, personificados en Atenea. De las distintas películas, es quizás la que mejor discurre por la venganza del protagonista cuando se revela a los abusivos pretendientes, disfrazado de mendigo, estrategia del sagaz Odiseo, para vencer con enorme fuerza y puntería a sus ofensivos y burlones rivales. Ello ha quedado como arquetipo de que no hay enemigo pequeño ni débil, cuando está apoyado por la fuerza de la razón y la justicia. En estos episodios se muestran en detalle los amores familiares de Odiseo hacia su hijo Telémaco y sus hermosa y fiel esposa, lo cual no deja de ser un modelo que ha resonado desde la antigüedad.

Vale también la pena destacar L’Odissea, 1968, miniserie para televisión, dirigida por Franco Rossi, Piero Schivazappa, Mario Bava; Italia/Francia/Alemania; protagonizada por Bekim Fehmiu e Irene Papas (acá como Penélope, quien ya había actuado como Anticlea, madre de Odiseo en la serie de 1997 del mismo nombre). Esta serie es extensa, casi como un documental, y es una aproximación bastante fiel a las narraciones del poema homérico.

O BrotherDejando de lado las películas que narran la epopeya, vale la pena mencionar dos filmes que, de alguna forma, se refieren a esas antiguas narraciones, pero dentro de la modernidad. Se puede destacar la notable película [2]:  O Brother, Where Art Thou? 2000, dirigida por Joel y Ethan Coen, EUA, con George Clooney (como Ulysses Everett McGill) y sus compañeros de odisea John Turturro y Tim Blake Nelson. Esta es una adaptación bastante libre de las aventuras de Ulises, que se desarrolla en el sur de Estados Unidos durante la gran depresión. Se destaca por su música notable y sus escenas llenas de atractivos visuales y de sorpresas narrativas.

La otra cinta que quiero mencionar es el filme Ulysses , 1967, Joseph Strick, EUA, que es una adaptación para el cine de la muy famosa novela homónima de James Joyce. Es la narración de un día común y corriente de la vida de tres personajes en Dublín. UlyssesLa película fue bastante aclamada. La novela, como tal, es de lectura difícil por el abundante uso de expresiones irlandesas e inglesas de los protagonistas, por las frecuentes digresiones de los personajes que muestran mundos interiores y personales llenos de incoherencias y de contradicciones, por la súbita aparición de personas y de lugares, sin una aparente trama. Quizás por este mismo motivo su autor escogió el nombre Ulises para identificar estas variadas aventuras ciudadanas de los protagonistas, que a cada paso se enfrentan a la complejidad y a la sorpresa, como si estuvieran navegando por islas urbanas y personales. Debo decir que el filme se me antojó bastante iluminador y muy bien hecho, permitiéndome navegar con comodidad por la casi insoportable complejidad de la novela, a través de los gestos de los protagonistas y sus reacciones ante la gran cantidad de cosas que pasan en este día de sus vidas, naturalmente entrelazado con recuerdos, sueños y frustraciones.

Quizás hay en este caso un novedoso planteamiento por el arquetipo del urbanita, el individuo que es a la vez un compendio de mediocridades y de capacidades, sin que logre sintonizar con su verdadera esencia, carente como está, de arquetipos de familia, de propósito o de retorno a algún territorio acogedor que le dé sentido de pertenencia.

 

Referencias

[1] Odiseo, el Viaje Infinito. Eva Tobalina. https://www.youtube.com/watch?v=iUogdS0Rw9o

[2-1] Elena Marcos López. CINE Y TRADICIÓN CLÁSICA. LA ODISEA DE LOS HERMANOS COEN. O BROTHER, WHERE ART THOU?, 2015.

https://addi.ehu.es/bitstream/handle/10810/21221/TFG_MarcosLopez.pdf

[2-2] Gracia Terol Pláy, Manuel López Muñoz. Oh brother!:Los Coen ante la Tradición Clásica Universidad de Almería, 2015

https://recyt.fecyt.es/index.php/rel/article/view/87700/63968

Trailers, clips, películas

https://www.youtube.com/watch?v=LVyPbUX_mik

https://www.youtube.com/watch?v=F1SmA73Sshs

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