Críticas
El precio del éxito
El hombre perfecto
Otros títulos: Un hombre ideal, A perfect man.
Un Homme idéal. Yann Gozlan. Francia , 2015.
El mayor anhelo de Mathieu Vasseur (Pierre Niney), un muchacho de 26 años, es convertirse en un famoso escritor, sin embargo su primera novela ha sido rechazada por las editoriales. Así que no le queda otra que trabajar como empleado en una compañía de mudanzas para pagar sus cuentas. Un día, encuentra por azares del destino, un antiguo e interesante diario, escrito por un anciano, ya fallecido, durante su experiencia en la guerra de Argelia, por lo que el protagonista cede a la tentación de usurparlo y enviarlo como suyo a los editores, sin detenerse a pensar en las consecuencias de su arrebatada y arriesgada decisión.
Esta es la primicia de El hombre perfecto, segundo largometraje de Yann Gozlan (Cautivos, 2009), con un guion escrito por él mismo, un film que sin duda nos remite de manera contundente a la cinta estadounidense El ladrón de palabras (The Words, 2012), de Brian Klugman, en la que Bradley Cooper es un desesperado escritor en busca de ser publicado, e igualmente es tentado por la fortuna al encontrar en una tienda de antigüedades, dentro de una maleta, el escrito de un hombre, en este caso interpretado por Jeremy Irons, contando la historia de su vida, y decide publicarlo como propio, desatando de igual forma una serie de fatídicas secuelas.
En ambas películas, encontramos elementos similares en el desarrollo de la historia, sin embargo la tendencia de cada una será lo que logre marcar una diferencia. Mientras que en la cinta norteamericana se camina más hacia un melodrama con tintes morales, al modo de Hollywood, la francesa El hombre perfecto se perfila hacia un relato de suspenso, muy al estilo de Alfred Hitchcock, maestro en manejar una tirante tensión psicológica, manteniendo en desasosiego constante al espectador. Y aunque de pronto el guion de Gozlan tiene algunos inconvenientes o se vuelve un tanto delirante, se logra finalmente un resultado satisfactorio, armando un film de esos que entretienen y satisfacen a todo público.
Así que, a pesar de lo trillado que puede llegar a sonar el tema del plagio de autoría, realmente para Gozlan tan sólo es el pretexto para desatar una serie de complicadas y extremas situaciones que tendrá que librar Mathieu para salirse con la suya y evitar ser descubierto en el terrible embuste. Porque sabemos que una mentira siempre lleva a otra y de pronto ya es imposible parar, así en cuestión de poco tiempo, el protagonista se ve a sí mismo haciendo cosas que en otro momento nunca hubiese imaginado. Sumido en la desesperación, gracias a su inescrupulosa ambición, nuevamente se enfrenta al hecho de sentirse mediocre e incapaz de mantener la farsa que él mismo urdió.
Queda muy claro el que objetivo de Gozlan es tratar de generar suspenso y no irse por el aspecto moral. En ningún momento su intención es hacer cuestionamientos éticos, sino mostrar que las acciones tienen consecuencias y en este caso éstas se salen de control, conformando la trama de la película. De tal forma que la espiral de tensión, por supuesto, irá en aumento conforme avanza el relato, así el espectador observa a Mathieu sometido a tremendas presiones, arrinconado en oscuros callejones sin salida.
Es de destacar el trabajo musical, con un soundtrack especialmente creado para la película por el compositor francés Cyrille Aufort, que evidentemente se convierte en un elemento de suma relevancia como generador de desasosiego y ansiedad, dibujando esa atmósfera ideal para las situaciones, subiendo fuertemente de tono -incluso se llega de pronto a abusar de este recurso-, en los momentos más álgidos de la historia.
Asimismo, el escenario es sumamente encantador, una villa en las afueras de París, propiedad de la adinerada familia de su novia Alice (Ana Girardot), llamativamente fotografiado por Antoine Roch, que utiliza recursos como la simetría, los planos abiertos del paisaje visto desde la ventana, los movimientos bruscos de cámara cuando acompañamos al protagonista en su desesperación dentro de la habitación, haciendo un buen trabajo en sumar zozobra a la trama.
Destaca sobremanera el papel de Mathieu, en una pertinente interpretación por parte de Niney, un actor joven, conocido por su trabajo reciente en la cinta Yves Saint-Laurent (Jalil Lespert, 2014). Su imagen, su personalidad y su semblante son totalmente adecuados para representarlo, ya que dan la impresión de inocencia y candidez, porque en cierta forma, no aparenta ser tan ágil para salir de los atolladeros en los que se ha metido, pero de pronto sorprende al espectador, por la calculadora frialdad con la que reacciona de frente a las -cada vez más- amenazantes circunstancias. Su mirada es a veces un tanto despistada, llena de simplicidad, pero con un destello de cinismo o malicia, y es esta naturaleza, tan llena de contradicciones, lo que brinda mayor complejidad a su personaje, haciéndolo mucho más interesante.
Es en él en quien cae el peso y funcionamiento de la película, ya que el resto de los personajes están tan solo como acompañantes en la historia. No lo hacen mal, pero tampoco sobresalen o son cruciales en la trama. Alice, su inocente y crédula novia, funge como uno de los premios que trae consigo el éxito, es parte del paquete, pecando incluso de ingenuidad, por no decir de falta de inteligencia, al creer todo lo que su novio le dice por más inverosímil que parezca.
En definitiva, Un homme ideal es un filme que entretiene y resulta ser un perfecto ejemplo del género de suspenso, llevado a cabo atinadamente por Gozlan, que aunque de pronto cae en ciertos lugares comunes, en conjunto proyecta un trabajo atractivo, logrando el ritmo perfecto que mantendrá al espectador atento los 104 minutos de su duración, envuelto en la trama y entretenido hasta el final.
Ficha técnica:
El hombre perfecto / Un hombre ideal, A perfect man (Un Homme idéal), Francia , 2015.Dirección: Yann Gozlan
Guion: Yann Gozlan, Guillaume Lemans, Grégoire Vigneron
Fotografía: Antoine Roch
Música: Cyrille Aufort
Reparto: Pierre Niney, Ana Girardot, Ludovic Berthillot, Valeria Cavalli, Marc Barbé, André Marcon, Laurent Grévill, Thibault Vinçon
Me gustaría saber si el guión de la película se basa en alguna novela y si ésta está disponible en español.
Muchas gracias,
Jordi