Críticas
Lowenstein, Lowenstein...
El príncipe de las mareas
The Prince of Tides. Barbra Streisand. EUA, 1991.
Barbra Streisand es mucho más que una actriz, una cantante o una directora de cine; es una estrella, sin más. Ella, en sí misma, constituye todo un género, y ha dado al séptimo arte algunos momentos memorables, tanto delante como detrás de las cámaras. Ganó el Oscar y el Globo de Oro por su primera película, Funny Girl (William Wyler, 1968), y algunas de sus actuaciones imprescindibles las encontramos en títulos como ¿Qué me pasa, doctor? (What’s Up, Doc, Peter Bogdanovich, 1972) o Tal como éramos (The Way We Were, Sydney Pollack, 1973). Su primer proyecto como directora fue el musical Yentl (1983), al que siguieron un melodrama psicológico, El príncipe de las mareas (1991), y una comedia romántica, El amor tiene dos caras (The Mirror Has Two Faces, 1996).
El príncipe de las mareas es la trasposición de la novela homónima de Pat Conroy, quien ha firmado el guion junto a Becky Johnson. Narra la historia de Tom Wingo (Nick Nolte), profesor de literatura y entrenador de fútbol americano que, en un momento de crisis vital y matrimonial, debe abandonar Carolina del Sur y viajar a Nueva York, ya que su hermana gemela, Savannah (Melinda Dillon), ha intentado suicidarse. Todo el metraje se basa en dos dualidades: pasado y presente, por un lado; y la vida sureña frente a la vida neoyorquina, por otro. Sobre esos dos ejes se va explorando la vida de la familia Wingo a través de sus componentes, y flota sobre ella una terrible ausencia, la del hermano mayor, Luke, muerto un par de años antes y al que nunca llegamos a conocer de adulto. Barbra Streisand, que se reserva el papel de una psiquiatra judía de Brooklyn, rubrica un melodrama prototípico que nos enseña a enfrentarnos a nuestro propio pasado con valentía y a aceptar los defectos y miserias de aquellos que nos rodean; solo así se consigue sobrevivir en el presente.
La música de James Newton Howard y la fotografía de Stephen Goldblatt crean un magnífico marco para un reparto extraordinario, encabezado por la propia Streisand y por Nick Nolte, que interpreta uno de los mejores papeles de toda su carrera, pues consigue dotar de una enorme profundidad a su personaje en su primer papel dramático. La galería de secundarios es francamente espectacular, si bien destacan, entre todos ellos, Kate Nelligan como Lila, la madre egoísta, ambiciosa y orgullosa, y Melinda Dillon, que encarna a la frágil Savannah, una poeta del sur afincada en Nueva York. De hecho, el título de la película proviene del de un libro de poemas que la propia Savannah le dedica a su hermano.
El príncipe de las mareas comienza con una voz en off que pertenece al propio Tom. Al mismo tiempo, se muestran las marismas de Carolina del Sur, lugar en el que pasó la infancia la familia Wingo. El pasado es fundamental en esta cinta, de ahí los numerosos flashbacks, fruto de las conversaciones de Tom con la doctora Lowenstein. La suya fue una infancia tormentosa, dominada por la relación violenta entre sus padres. La familia esconde, además, un terrible secreto oculto tras la palabra “Callanwolde”, que se resuelve en una escena durísima, muy poco habitual en el cine comercial, al menos en el momento de su estreno.
En cierto modo, la muerte del hermano mayor, ocurrida dos años antes, es el verdadero incidente desencadenante, el hecho que se encuentra en el origen remoto del intento de suicido de Savannah y de la depresión por la que está pasando Tom. Cuando Tom abandona el sur y va a Nueva York, inicia un camino de redención, de salvación, que solo va a ser posible gracias a la relación que establece con la doctora Lowenstein. Tom no es el único que se salva, ya que también se redimen su hermana e incluso su padre, Henry (Brad Sullivan), quien, a pesar de su carácter violento y despiadado, se ha convertido en un abuelo entrañable para sus nietas, las tres hijas de Tom. Al final, El príncipe de las mareas, como todo buen melodrama, ofrece una lectura en clave ética: es necesario aceptar el propio pasado y ser capaces de perdonar a quienes nos rodean, pero el perdón debe comenzar siempre por uno mismo.
Premios: Globo de Oro al Mejor Actor Dramático (Nick Nolte) y siete nominaciones a los Oscar: Mejor Película, Mejor Actor (Nick Nolte), Mejor Actriz Secundaria (Kate Nelligan), Mejor Dirección Artística, Mejor Fotografía, Mejor Banda Sonora y Mejor Guion Adaptado.
Trailer:
Ficha técnica:
El príncipe de las mareas (The Prince of Tides), EUA, 1991.Dirección: Barbra Streisand
Guion: Becky Johnson y Pat Conroy
Producción: Cis Corman, Andrew Karsch, James Roe, Sheldon Schrager, Barbra Streisand
Fotografía: Stephen Goldblatt
Música: James Newton Howard
Reparto: Nick Nolte, Barbra Streisand, Blythe Danner, Kate Nelligan, Jeroen Krabbé, Jason Gould, Melinda Dillon, Brad Sullivan, George Carlin
CONMOVEDORA OBRA MAESTRA DE LA SEÑORA BARBRA STREISAND..QUE NOS HABLA DE LAS REALIDADES DE LA VIDA..FIDEDIGNAMENTE DOCUMENTADA..ESTE ES UNO DE LOS INOLVIDABLES FILMS Y QUEDARA MEMORABLEMENTE EN LA HISTORIA DE LA CINEMATOGRAFIA..PORQUE LA ACADEMIA NO LE CONCEDIO LOS PREMIOS »OSCAR» CORRESPONDIENTES?..CONSIDERO QUE POR RAZONES ESTRICTAMENTE PERSONALES JUNTO A INTERESES CREADOS..DE TODOS MODOS EL »OSCAR» ES UNA ESTATUILLA Y EL HACERCE ACREEDOR A ESTA NO IMPLICA CARENCIA DE TALENTO..MUCHAS DIFERENCIAS SE MANEJAN DENTRO DEL SECTOR..YO ¡¡AGRADECIDO!!..
Sí. Estoy completamente de acuerdo contigo, Amado. La película debió haber ganado el Oscar, pero nosotros se lo concedimos. Maravillosa actuación y maravillosa película. Nick Nolte y Barbra Streisand son inolvidables. Una gran lección para todos nosotros, que tenemos un pasado, a veces con grandes heridas que se deben sanar.
Ésta es mi película favorita, se aprende mucho con ella, me hace reír mucho por la ironía de Tom, tiene muchos puntos éticos diferentes que trata, y frases verdaderamente bonitas… en las familias no hay delitos que sobrepasen el perdón, por ejemplo, pero hay muchas más. Está llena de valores y aunque a mi mejor amiga le da pena y le parce muy triste el final, como a otra mucha gente supongo, a mi me parece que es lo mejor que ha podido hacer y que tenéis que verla dos veces a quienes os haya dado lástima porque no es para nada triste cuando se entiende y si se han tenido vivencias similares. Y es que la diferencia está en el compromiso, eso es lo que marca la diferencia entre estar con una u otra persona la cuales se quieren muchísimo. Nick tenía una mujer fantástica que estuvo esperando a recuperar a su marido traumatizado durante 2 largos años (ella era una víctima más de esta situación), entonces ¿cómo puede darme pena que vuelva y regrese con ella? Pues no, porque el compromiso ya lo tenía con ella y no hizo nada que fuera motivo de ruptura en esa relación, el estar con otra persona fue fruto que provocó su marido por su trato o mejor dicho no trato con ella (la tenía olvidada y abandonada) hipotecando ella 2 años de su vida por él, dando tiempo a que se recuperara.
El estar con otra persona si es motivo. El que una persona tenga una enfermedad ( depresion) puede explicar la infidelidad pero no justificarla .
La mujer de Tom no es mala persona pero nos es «fantastica». El personaje de Stresisand si es fantástico ( supera una mala relación de muchos años e infidelidades, sin venganza y superando los problemas de Tom).
En cualquier caso la película no plantea un enfrentamiento de virtudes entre la esposa y la psiquiatra. Como Tom le dice a su amante cuando le reprocha que se va porque quiere más su mujer que a ella , «no Lowenstein, solo desde hace más tiempo».
hola buenas tardes me podría ayudar a identificar los axiomas comunicativos y patologías de la película por favor
Hola me pueden ayudar con algún link donde pueda verla , la ocupo para una tarea de psicólogia
Gracias
La película se puede ver en Flow desde enero 2021
La vi hace más de 30 años. No recordaba más q un deleite lejano. Y vaya q me sorprendió, me aleccionó, me entregó algo totalmente nuevo. Ya no se crece con el cine actual.