Investigamos 

El Resplandor IV. 2013, La secuela: Doctor Sueño

En el marco de la literatura norteamericana, apareció en 1977 una muy notable obra con una altura narrativa poco valorada, The Shining, de Stephen King. Es esta una novela que ha adquirido en la cultura popular una significación errónea que está ya plenamente instituida como icono férreo del imaginario colectivo. La historia difundida se ve protagonizada por un señor que enloquece en un hotel y se dedica a perseguir a su mujer e hijo para asesinarlos a hachazos, pero en la novela había posesión, no locura, había un mazo de cricket en vez de un hacha y en vez de una historia de demencia, había una talentosa historia gótica psicológicamente muy rica y bien urdida acerca de una familia complicada en un hotel que era, en sí mismo, el ente aterrador protagónico. El responsable de esta nueva historia del señor demente con hacha en mano es el gran Stanley Kubrick y la adaptación en el cine, que de la novela realizó en 1979, es una de las mejores películas de terror psicológico de todos los tiempos, a la que ya dedicamos el segundo artículo de esta serie tras analizar la novela en el primero[1].

La parte tercera de nuestro trabajo se ocupó de la adaptación para televisión realizada por Mick Garris en 1983, menos espectacular fílmicamente, pero más comprometida con el texto. Doctor SleepEn el presente trabajo realizaremos el análisis comparado de la parte segunda de la novela publicada por Stephen King, Doctor Sleep en 2013, y su adaptación al cine de 2019 dirigida por Mike Flanagan. El origen de la secuela se debe a la pregunta que un lector le hizo a King, algo que él explica en una “Nota del Autor”: «Oiga, ¿alguna idea de qué pasó con el chico de El resplandor[2]. Nos identificamos con esa pregunta, porque tras la lectura de la novela primera uno queda conquistado por el niño y sus asombrosas habilidades paranormales, además de la inteligencia y honda humanidad que ya poseía con tan escasa edad. Stephen King declara que un aluvión de pensamientos comenzó a sobrevenirle, se preguntaba qué habría sido del padre de Danny si hubiera asistido a Alcohólicos Anónimos, también se preguntaba qué podría estar haciendo el Danny adulto, Dan, cómo sería su vida, de ahí surgió Doctor Sleep.

Procedamos con el análisis de los elementos de la narración: lugar, tiempo, narrador, personajes y acción. Lo primero que afirmaremos con plena rotundidad crítica es que la secuela está, en general, a la altura de la excepcional The Shining. King tiene la habilidad de rescatar un personaje del interés de Danny Torrance y le añade como tarea el proteger y enseñar a desarrollarse, en sus talentos paranormales, a la niña Abra Stone, cuyo resplandor (o esplendor) es mucho más poderoso incluso. Antes analizaremos otros elementos de menor valor literario como los espacios de la novela, que incluye varias partes narrativas conformadas mediante el viaje, una de nuestras debilidades críticas por sus muchas posibilidades literarias. En este caso hay varios desplazamientos por carretera en camioneta, coche y caravana, lo que reporta momentos interesantes. Aparecen varias localidades norteamericanas comunes sin particular trascendencia, porque Dan pasa muchos de sus años juveniles dando tumbos alcoholizado, de ciudad en ciudad, y porque los personajes realizan persecuciones por carretera.

Sin embargo, ninguno de estos lugares de paso puede parangonarse con el principal lugar en la novela de 1977, el Hotel Overlook, un ente maquiavélico inducido por seres del más allá, por una energía poderosa y terrible, cuyas descripciones instituían la novela de 1977 como una obra maestra de la literatura gótica. Ni siquiera ese camping que ocupa el terreno del Overlook, donde se desarrolla la importante escena final de la acción, posee pizca alguna del magnetismo del enclave original. El tempo de la novela, no obstante, ha ganado en el desarrollo más equilibrado y apropiado de la acción, la sucesión de clímax y anticlímax resulta más equilibrada aquí que en The Shining. Hemos de subrayar que aquella fue la tercera novela publicada por el autor, mientras que antes de escribir Doctor Sleep −Premio Bram Stoker 2013−, había escrito ya la impactante cifra de noventa obras narrativas. Obviamente, el autor había desarrollado ampliamente sus aptitudes, lo que igualmente influye en el tipo de narrador, aquí predomina un narrador externo, en tercera persona, más objetivo que el narrador omnisciente que aparecía en la novela de 1977.

Dr. Sleep, de Mike Flanagan

En análisis de la acción y los personajes se realizará conjuntamente. Sobresalen, como adelantamos, los dos protagonistas, redondos: Dan y Abra, dos personajes paralelos que conectan desde casi el nacimiento de la niña, ambos se envían mensajes telepáticos. Las ideas que aquí desarrolla King resultan muy originales y su evolución y amistad se hace muy interesante: cómo pueden ver cada uno a través de los ojos del otro, cómo hablan dentro de sus mentes incluso a kilómetros entre sí, los mensajes que la niña deja escritos en la pizarra de Dan estando ella en su casa, etc.

La videncia, precognición, telepatía y otros poderes extrasensoriales todavía siguen poseyendo en la sociedad occidental un ridículo sesgo descalificatorio, cuando ya está ampliamente probado que estas habilidades existen y un mínimo porcentaje de la población poseen alguna de estas cualidades paranormales. Esto es inusual, rarísimo, pero existe. King consigue interesarnos vivamente por estos personajes y sus habilidades. Resultan entrañables, por otra parte, John Dalton y Billy Freeman, los compañeros escuderos de Dan en su lucha por ayudar a Abra. La abuela es también un personaje muy curioso, Concetta Reynolds, mientras que encontramos más planos a los padres de Abra, David Stone y Lucia Reynolds.

Todos lucharán por salvar a Abra del Nudo Verdadero, un grupo de aparentes personas que se desplazan por el país en autocaravanas y no son sino demonios vacíos, vampiros del esplendor ajeno, asesinos casi inmortales. La descripción de cómo mueren ciclando es de un ingenio altamente talentoso, una originalidad muy de King. Llaman vapor al alimento residual que dejan los niños con esplendor, asesinados con dolor para intensificar ese extraño alimento que destilan. Llaman vaporeros a estos humanos. Resulta muy rico el léxico que se genera en torno a estos seres y su alimentación, sus sobrenombres, su muerte ciclando… Siempre en registro coloquial, pero con curiosas explicaciones añadidas[3].

Abra posee una enorme cantidad del vapor, posee un valor alimenticio descomunal para estos seres capitaneados por Rose la Chistera, un personaje bien desarrollado, una mujer bisexual, hermosa, atractiva y maléfica, sus sentimientos de hambre vampírica por Abra se mezclan con su rivalidad por ver quién es más poderosa. La niña consigue expulsarla de su cabeza y ello aterroriza y provoca la ira de este demonio vacío con siglos de vida, que consigue finalmente enfrentarse a la púber Abra. La joven ganará con la ayuda de sus amigos. Hay un final feliz en un combate final del que esperábamos más, así como del uso de los restos del Overlook como escenario.

En conjunto, la secuela está a la altura de su antecesora como advertimos, mejora también algunos aspectos, aunque se echa de menos el poder de la ubicación anterior. El desarrollo psicológico de los personajes es igualmente minucioso y la alcoholemia del autor hizo que pusiera especial empeño en ofrecer un fiel retrato de un adicto con su problema, lo hizo en la creación de Jack Torrance y lo hace en el retrato de su hijo Dan, quien sí consigue superar esta dependencia. La relación entre Dan y Abra resulta conmovedora, pues lo ayuda a exorcizar sus demonios del pasado.

De nuevo ocurre que el autor expresa abiertamente críticas contra el republicanismo más atroz y el sector más extremista de su país con comentarios como: «Trump y sus compinches (…) tienen la misma comprensión de la cultura que un burro del álgebra». Pareció aquí adivinar el autor que diez años después se incrementaría una ola de prohibicionismo moralista, que en algunos estados del país impediría que los adolescentes puedan leer las obras que inspiraron películas como Dune, 2001: Odisea del espacio, El cuento de la criada, Outlander o Forrest Gump[4]. Suele coincidir con los estados donde en Ciencias Naturales se explica que Darwin es anticristiano porque el origen biológico del hombre se sitúa en el edén bíblico con Adán y Eva. La literatura de Stephen King incluye muchas novelas efectistas plagadas de recursos facilones, pero también incluye obras memorables como The Shining, especialmente, o como Doctor Sleep. Era de esperar que sus comentarios antirrepublicanos le hayan cerrado algunas puertas al respaldo de ciertos sectores de la crítica de su país más conservadores.

Procedamos con la segunda parte de este análisis comparatista sobre la novela y película de mismo título, de nuevo nos adentraremos en el marco de análisis de la película reparando antes en su valía como adaptación literaria que en su valor artístico cinematográfico. La dirección de Mike Flanagan de Doctor Sleep (2919) se aúna al guion que él mismo desarrolla sobre la novela de King junto al archicomercial guionista Akiva Goldsman −Soy leyenda (2007), Yo, robot (2004)−, un trabajo comercial, con poco arte, pero muy correcto y entretenido, se adapta bien al texto (151 min.) y cuando se aleja del mismo es para mejorarlo. Pero hay una salvedad aberrante, de nuevo esa represión norteamericana respecto a temas ya plenamente naturalizados en la mayoría de los países desarrollados democráticos como el sexo o la homosexualidad.

Doctor Sleep, fotograma

Rose la Chistera, quien comanda los demonios del Nudo Verdadero, es una bella mujer bisexual que mantiene relaciones una noche con la joven Andy, cuando la captan para el grupo. Luego Andy mantendrá durante años una relación amorosa estable con otra chica del grupo. Pues esto se esconde en la película, no aparece, como también se evita relatar que si detesta a los hombres es porque la violaron varones de su familia cuando era niña ¿por qué mostrar a una mujer como una loca que ataca hombres, sin antes explicar que fue violada? ¿Por qué se oculta el lesbianismo / bisexualidad de dos personajes? Se pierden detalles que revelan los perfiles de los mismos, que resultan así más pobres.  ¿Qué es tan nocivo mostrar? Porque en cambio no nos escamotean una cruda parte de la novela que podría obviarse en su proyección visual: cómo torturan poco a poco y asesinan a un niño pequeño. ¿Esto es sano de ver y lo otro ha de taparse? De nuevo la dualidad incomprensible de no mostramos un seno desnudo ni dos personas del mismo sexo enamoradas, pero sí a un niño pequeño sangrando y gritando mientras un grupo de adultos lo tortura terroríficamente, con un estilete, para luego devorarlo.

Por otra parte, hemos de admitir una traición a la novela que sí engrandece la película. Curiosamente, el final a modo de incendio en la novela de 1977 -que Kubrick no respetó para su película- ahora sí se rescata aquí como cierre del filme, que vuelve a situarse en el hotel donde Danny adulto es poseído como lo fue su padre, pero aquí salva a Abra y baja a la caldera para hacer arder el hotel. La niña en su huida revive varios pasajes de la célebre película de 1980: se topa con las gemelas, el dueño del hotel saludando, la señora repodrida en la bañera… Es un poco efectista y forzado, comercial, sí, pero nos regocijamos en la contemplación de estas escenas de nuevo en el hotel, que se recrean dignamente. También traiciona la novela el hecho de que aquí no se salvan casi todos, en el filme primero muere el padre de Abra, algo interesante porque la equipara y sitúa en el mismo nivel que Danny, quien también perdió a su padre. Y el mismo Dan muere al final, si bien puede seguir conversando con la niña y apoyándola.

Imagen de Dr. Sleep

Respecto a los actores y actrices protagonistas: nos gusta la elección del siempre emotivo y humano Ewan McGregor; resulta en cambio correcta, pero sin encanto, la niña de color Kyliegh Curran (se le cambia la raza al personaje y se apoyan varias minorías étnicas que se representan entre todos los actores); correcta como Rose la Chistera la sueca Rebecca Ferguson, más llamativa por su belleza que por su talento, hemos de decir; también están bien Cliff Curtis, Zahn McClarnon, etc.

La banda sonora es algo plana, pero rescata el célebre fragmento del tema de apertura de El Resplandor (1980) que resuena en los oídos de todo cinéfilo y resulta gustosamente inquietante. Los efectos especiales tienen dos momentos notables: cuando fallecen y ciclan los demonios, la piel se transparenta y se ven huesos y venas, nos deja con ganas de más (también podrían mostrar -como en la novela- que rejuvenecen cuando toman vapor); y cuando hace esa especie de viaje astral Rose la Chistera y vuela hacia la casa de Abra para espiarla, creo que resulta muy verosímil e impacta. Los espacios ganan enormemente por los exteriores en bosques, planos aéreos, los interiores del hotel y otros.

En conclusión, la película Doctor Sleep es una adaptación literaria notable por cuanto, además, rescata pasajes de la novela primera, se adapta a la segunda y revive a personajes de gran valor como Danny Torrance, de quien esperamos saber más en una posible tercera entrega literaria. Hemos de subrayar que el principal valor artístico de toda esta serie de secuelas (novela, películas, serie) halla su origen primigenio en la gran novela gótica de 1977, en su valía literaria y artística, que merece nuestra atención: The shining de Stephen King. Novela con casa aterradora a la altura de Hell House (1971) de Richard Matheson, novela idolatrada por King, o a la de The Haunting of Hill House (1959) de Shirley Jackson, una inspiración para estos dos autores y tantos otros. Igualmente está al nivel de The shadow over Innsmouth de (1936) H. P. Lovecraft o The turn of the Screw (1898) de Henry James. Obras de un género que halló su origen en la novela de 1767 del británico Horace Wallpole, The Castle of Otranto, una novelita ambientada en un castillo con apariciones, con caballeros que luchan por el poder y damas a la espera de ser elegidas por ellos. La obra tiene unos giros interesantes, pero vale más literariamente por su carácter pionero.

La novela de King se vio despedazada por Kubrick, para recomponerla como un extraño monstruo fílmico magnífico y aterrador, sí, reconstruida mejor por Garris en su serie muy fiel, pero sin brillo, seguida de una novela muy buena de King, pero sin el hotel-ente aterrador, por otra película, y habrá más… Pero lean la novela original, allí está la esencia, el detalle, los matices espeluznantes y psicológicos más sutiles que afectan a esta familia norteamericana que se asfixia en un hotel donde reposa una temible esencia oscura. Y pueden visitarlo, el Overlook existe… Acaso todos llevamos uno dentro.

[1] Véase la Sección Investigamos del anterior número de El Espectador Imaginario, donde se hallan las partes I, II y III de esta serie de artículos dedicada a The Shining

[2]Seguimos la traducción de José Óscar Hernández Sendin de la edición digital de la obra para Debolsillo. Todas las citas pertenecen a esta edición.

[3] No realizaremos un estudio comparado con el original en inglés, pues a pesar de publicar eventualmente algunos artículos y secciones con un sesgo ciertamente más academicista, EEI es un medio con un carácter plenamente divulgativo, por ello referimos el léxico según traducción al castellano o español ya referida.

[4] La prohibición de libros produce pavor y nos recuerda a momentos de la historia previos a terribles hecatombes humanas. La lista incluye asimismo la prohibición de: Un mundo feliz de A. Huxley; El hombre invisible de R. Ellison, Trampa 22 de J. Heller y Anna Karenina de León Tolstoi.

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