Críticas
Las decepciones de la arrogancia
El teorema de Marguerite
Le Théorème de Marguerite. Anne Novion. Francia, 2023.
Una aparente utopía, de orden vital, enrarece el clima en un drama académico de aristas solventes, que no alcanza a conformar intenciones más allá de consabidas e inalcanzables reglas de proceder.
Marguerite Hoffmann es una chica afecta a las matemáticas, su tesis doctoral versa acerca de la Conjetura de Goldbach. La presentación del trabajo deriva en errores detectados por Lucas Savelli, nuevo estudiante que ya había captado la atención del profesor Werner, tutor de Marguerite. El académico intenta dar consuelo con procedimientos distanciados de “emociones inútiles”. Su egocentrismo queda al desnudo, Marguerite es derivada a otro profesor. Werner pretende continuar trabajando con Lucas, a quien ve con mejores posibilidades. La chica abandonará la institución de enseñanza, aunque no las matemáticas.
La crisis existencial sostiene los inicios de lo mundano, las matemáticas son recurso extendido a los avatares de un mundo donde las lógicas de abstracción desembocan en lugares tan inéditos como ilegales. Noa será la contrapartida de una Marguerite necesitada de aggiornamiento. La bailarina se apropia de 3.000 euros, mientras su compañera ejerce habilidades para pagar la renta. El mahjong, juego de mesa chino exportado a occidente en 1920, financiará la independencia de Marguerite.
La estudiante está haciendo sus primeras armas en lo referente a las relaciones humanas, su dominio de las matemáticas evidencia la escasez de fórmulas de acción eficientes. Irá aprendiendo sobre la marcha en un laberíntico proceso que la irá desprendiendo de su temor al abandono.
Las dicotomías desestiman prevenciones; la zanahoria teórica inunda la vida de a bocanadas, virtudes para una subsistencia apadrinada en el sano juicio de soluciones inmediatas contrastantes. Devenir que inserta apreciaciones de cercanía en modelos numéricos necesarios a rutinas de seguridad creativas. Las extensiones en el tiempo recargan ilusiones obturadas por una sopa de números imbuida de oscuras deducciones. Mientras los cálculos avanzan hacia ninguna parte, la trama y la vida estancan las relaciones. La locura sobrevuela el ejercicio de intenciones protectoras ávidas de retornos. Marguerite volverá con su madre, las ideas comienzan a aclararse, el laberinto de emociones canaliza en andamiajes teóricos, el trampolín viabiliza relaciones. Alternativas que recalan en experiencias forzadas que agilizan el final.
Los empujones denotan necesidades para un cambio; el intento de salida cabalga con los números a cuestas. La adolescencia se desata en términos tardíos, Marguerite explora esquemas disociados. Circula la posibilidad del abandono, las matemáticas encierran afectos, protegen la experiencia, viabilizan cánones de seguridad inapelables.
La tolerancia, la cooperación en lo social, la necesidad de los procesos, las posibilidades de cambio; todo se resume en un gran problema a resolver: la Conjetura de Goldbach, firme metáfora asociada a varios tránsitos de vida.
La obsesión es impulsora, refugio interminable, detona en periodos a término que ejercitan la caída amortiguada en los afectos. La conjetura ya no es de Goldbach sino de Marguerite; nueva concepción, atempera el riesgo de emociones jamás extinguidas en el tiempo. Serán esparcidas en un juego de mahjong articulable por premisas decantadas en razones de criterio propio. Las matemáticas y su uso en acción, refugio de salida, “normalidades” de contenido extremo inundan de apariencia los sentidos; lo funesto se disipa en utilitarismos de corte singular, lo habitual estalla frente a frágiles rutinas de vida esclarecidas. Hace irrupción la paradoja; contenidos académicos ofician de inoportunos esquemas, navegan en aguas tranquilas; el final les dará la razón. Serán acoplables cual puzle interminable que desemboca en la persecución para alterar relaciones, momentos de importancia límite con la necesidad a flor de piel. Es la aceptación de formas de vida apegadas a relaciones matemáticas, ya no en sentido científico, sino cotidiano, apego a momentos donde las vanidades eclipsan en la pureza de sentidos que descentran; los éxitos se trasladan al mundo de lo humano. Las mezquindades se asumen, el profesor Werner culmina con aplausos, lo que se entiende un aporte a la disciplina desligado de la gloria. Las necesidades individuales y colectivas estallan, el conocimiento académico unifica, las relaciones humanas triunfan, las pretensiones del elogio reducen el interés a demostraciones útiles al momento de los otros; el éxito personal se vuelve colectivo, solo así es razón de ser individual.
Ella Rumpf es la ternura de una “adolescente” que transita por la coming-of-age agarrándose de lo que puede; Julien Frison, la antítesis, el soporte que viabiliza la conciliación de los opuestos. Razonamiento y afecto se dan la mano, conforman una nueva racionalidad parapetada en las condiciones de lo humano, ejercicio de combinaciones amalgamado en fines existenciales únicos que integran lo personal a lo social.
Jean-Pierre Darroussin oficia de palanca distanciadora, pretende expresar la cooperación en términos de subordinación, sus preferencias anidan en intereses personales que someten la colaboración a objetivos trascendentes. El conocimiento en sí es promovido en disputas interiores arraigadas a experiencias de competencia profesional; sujetan los componentes de la trama a ocultas pretensiones intuidas por la analogía del abandono. Marguerite es sensible a la experiencia de rechazo, las intenciones de Werner anidan al descubierto pese a carencias en el genuino contacto humano.
La lógica matemática es filtro que todo lo concibe; Marguerite razona desde la omisión, la noción de aprovechamiento del otro solo se ciñe a la circunstancia esporádica del abandono paterno. En un acto de excesiva confianza entrega a Noa 3.000 euros en garantía por el pago del alquiler. La acción es pertinente desde el necesario acuerdo, aunque sin tener en cuenta las opciones que puedan intercalar intenciones ocultas. Es así que Noa invertirá ese dinero en un curso de danza sin el consentimiento de su compañera de cuarto. Marguerite limita el cálculo de posibilidades solo a relaciones matemáticas, opera por analogía, desnuda así su carencia en aprendizajes emocionales.
Werner es una especie de malvado amparado en las sombras. La cátedra le otorga poder, aunque también habrá espacio para su arrepentimiento por la conciencia de antiguas rencillas universitarias que lo sumieron en la inferioridad de un docente con hambre de gloria. Terminará reconociendo a su ex alumna en el aplauso compartido.
Austera puesta en escena. Los planos cercanos, y travellings circulares, envuelven a Marguerite en matices diferenciales imbuidos de circunstancia pensante, nutrida de contacto humano en apoyo a desarrollos que trascienden las matemáticas sin decirlo. Son momentos de desazón ante el “fracaso”, tramos donde la necesidad de amor se sostiene, entre improvisadas pizarras, para abrir paso a experiencias de comunión que trascienden lo intelectual y albergan pequeñas decisiones en el trasiego del compartir.
El planteo temático hace gala de cierta homogeneidad reiterativa en la exposición de un problema atinente a los avatares del desarrollo anacrónico signado en la carencia. El esfuerzo se antepone en la superposición de dilemas matemáticos, seguridades ante el infinito; especie de fuente de absorción de riesgos vitales. El teorema de Marguerite es lección de vida, expresión del cómo hacer ante las exigencias que movilizan recursos propios para superar las deficiencias heredadas en el tiempo.
Ficha técnica:
El teorema de Marguerite (Le Théorème de Marguerite), Francia, 2023.Dirección: Anne Novion
Duración: 112 minutos
Guion: Anne Novion, Mathieu Robin, Marie-Stéphane Imbert, Agnès Feuvre, Philippe Paumier, Sara Wikler
Producción: Beauvoir Films, TS Productions, France 2 Cinema, Radio Télévision Suisse (RTS), Canal+. Distribuidora: Outside the Box, Pyramide Distribution
Fotografía: Jacques Girault
Música: Pascal Bideau
Reparto: Ella Rumpf, Jean-Pierre Darrausin, Clotilde Courau, Julien Frison, Sonia Bonny, Xiaoxing Cheng, Idir Azougi, Camile de Sablet, Carl Ruben Noel, Ava Baya, Gautier Boxebeld, , Esdras Registe, Leila Muse