Reseñas de festivales
El último verano
Este año en la programación del 16° BAFICI se presentaron diez films cordobeses, entre cortos y largometrajes, cuatro de ellos integran la Competencia Argentina. Algo inusual en Festivales anteriores, y que ahora permite exhibir una mayor amplitud de producción en la cinematografía nacional.
“En Córdoba hay unos 6000 estudiantes de artes audiovisuales. Cada año, entran 600 nuevos aspirantes a directores sólo a la Escuela Nacional y a eso hay que sumarle los que van a las privadas, como La Metro. Allí se forman muchos técnicos, se generan múltiples proyectos y luego se sale a rodar. Hoy todos tenemos los conocimientos y la posibilidad de acceder a una cámara HD, así que no hay excusas para no filmar”, dice el realizador Leandro Naranjo.
El film narra una salida de amigos durante una noche de verano. Hay rock, muchos tragos, charlas informales. Esa misma noche, en casa de un conocido, se reencuentran varios amigos, entre ellos, Santi (Santiago Zapata) y Juli (Julieta Aiello), quienes fueron pareja hace unos años. El volverse a ver los motiva a juntarse y pasar la noche hablando de cine y escuchando música. Santiago terminó su carrera como director y aún no ha filmado. Julieta lo estimula con un tema musical compuesto por ella, así, por lo menos, tiene algo con qué empezar su futura película. No pasa mucho más que eso, continúan toda la madrugada intercalando bebidas, viendo Los Paranoicos y seduciéndose con timidez.
El último verano, rodada en blanco y negro, tiene buenas interpretaciones, algunos planos interesantes, una gran naturalidad que fluye entre diálogos ocurrentes, pero no deja ser una suerte de ejercicio cinematográfico. Una película pequeña que habla de encuentros y motivaciones, de los amigos y del amor. Tal vez, Leandro Naranjo, al igual que el protagonista, temió exponerse en su ópera prima y prefirió narrar una pequeña historia o un íntimo episodio.
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