Críticas
En busca del fuego
Héroes en el infierno
Only the brave. Joseph Kosinski. EE UU, 2017.
A la vista de proyectos mecánicos y rutinarios, como Héroes en el infierno (Only the Brave, Joseph Kosinski, 2017), habría que plantearse qué sentido tiene la presencia de un título de estas características, inane y acomodaticio, en la cartelera comercial cinematográfica. Su idoneidad, que la tiene, como reclamo pasajero y mero conductor de entretenimiento, solo tiene la explicación de situarse en la hornada de producciones que glorifican la gesta de gente anónima sin cuyo compromiso con el servicio para con la comunidad es parte del ADN del cine norteamericano. Valor, coraje y tipología excepcional se corresponde con una manera de entender cierto paradigma muy anclado en la cultura popular. Su raíz catastrófica, sufrida por un puñado de grandes y fascinantes intérpretes, es reclamo imperecedero. Una tragedia de la naturaleza, basada en hechos reales, resulta más atractiva si en su lucha para acabar con el desastre intervienen rutilantes estrellas, del presente y del pasado.
Que un cartel promocional de un largometraje se distinga, aparte del atractivo y, en este caso, llameante, diseño publicitario, con el adorno del nombre de su reparto artístico de la talla y prestigio de James Bridges, Jennifer Connelly, Andie MacDowell como representantes de una época maravillosa, compartiendo honores con figuras emergentes, como Josh Brolin y Miles Teller, proporcionan un estímulo añadido. Cuya fórmula me provoca la grata satisfacción de fusionar las intenciones colosales de Héroes en el infierno con el inolvidable subgénero de calamidades extremas que la industria americana propagó con notable éxito en la década de los 70. Historias, muy recordadas, por cierto, hinchadas de cataclismos naturales y aviones en apuros, cuya tensión narrativa era golosamente representada por un puñado de celebridades de primer rango, gustosas en convertirse en salvadores o mártires si la ocasión lo requería.
La película evasiva y si se me aprietan las clavijas, olvidable en cuanto abandonas el local de exhibición de Joseph Kosinski, responde a las trazas apuntadas en el párrafo anterior. Kosinski se ha decantado, antes de esta, su última obra, por el cine de fantasía para armar su filmografía. Reputado realizador de spots publicitarios para grandes marcas empresariales y especialista en generar imágenes por computadora (CGI), da un salto cualitativo y debuta en la pantalla grande bajo la protección de la factoría Disney para la que entrega el filme de ciencia ficción digital 3-D Tron. Dirige a Tom Cruise en Oblivion (2013) y gana cierta fama en la industria.
En cuanto a ambición escenográfica, con Héroes en el infierno baja el pistón. Se escuda en un evento real, de trágicas consecuencias, que le permite coquetear con dos planteamientos que si funcionan adecuada y certeramente pueden dar resultados óptimos. Por una parte, desarrollar la zona íntima y sentimental que rodea siempre a todo argumento sobre una hecatombe y las personas que sufren la desproporcionada adversidad. Y, por otra, desplegar todo el arsenal de efectos digitales en aquellas secuencias que exigen una sofisticada tramoya para otorgarle autenticidad a la imagen.
Con esta propuesta, nada novedosa, pero eficiente y de lenguaje claro y sincero, Kosinski entrega uno de los tantos capítulos vistos en una pantalla que rinden homenaje a una serie de abnegados hombres que dieron su vida en beneficio de la causa en la que creían. En este caso, una comunidad atrapada en un incendio voraz.
El largometraje, funcional y tópico, recoge la arriesgada hazaña de la compañía Granite Mountain Hotshots de bomberos forestales que, luchando contra el fuego que rodeaba la ciudad de Prescott, Arizona, en 2013, perecieron por la fuerza y fiereza de las llamas.
Estructurada de forma convencional, pensada, si se me apura, más para el mercado de ocio televisivo y su disfrute en formato DVD, la película recurre a una serie de temas como la solidaridad, el esfuerzo tiene recompensa, la tenacidad, el orgullo, la unidad, la camaradería, para ubicar subtramas que se rigen por los asuntos personales de dos de los personajes masculinos de la acción y en cuya aventura demostrarán el coraje y su buen corazón.
Eric Marsh, encarnado por Josh Brolin, es el superintendente de un servicio de lucha contra los incendios que no tienen categoría de bomberos y cuya misión consiste en abrir pequeñas trincheras para evitar que el fuego se extienda. Es un tipo íntegro, duro, responsable, profesional y, sobre todo, listo y muy preparado como arquitecto de cortafuegos. Está casado con Amanda Marsch, la guapa y delicada Jennifer Connelly. Matrimonio estable y feliz. Solo que ese equilibrio entrará en colisión en los momentos más delicados de la catástrofe y el conflicto se generará por el cambio radical que toma Amanda. Antes, en conveniencia con su marido, habían decidido no tener hijos y justo cuando Eric está en medio de una tarea que exige toda su atención y entrega, brota un sentimiento maternal inapropiado. Argucia argumental que sirve como punto de atención justo en el momento que la película se encara con el espectáculo total y añade signo de preocupación y trastorno psicológico en el personaje de Eric. Justo en esa parte de la historia que con los galones de bombero certificado por el consejo municipal el valiente héroe se enfrenta a dos enormes obstáculos: la combustión del bosque y el antojo de Amanda. Los espectadores, sobrecogidos, se decantan por una salvación para que se pueda cumplir el principal objetivo de la mujer: formar una familia.
Por el otro lado, el filme presenta a Brendan (Miles Teller), pendenciero, alocado, inmaduro, irresponsable, vago, drogadicto y propenso a la delincuencia. Ha dejado a su novia embarazada y ella le niega cualquier relación. Desorientado y con ganas de enmendar su destino, se apunta en la compañía de trabajadores del monte con intenciones de cambiar su rumbo. Marsch se convierte en su valedor y casi en un padre. Con este personaje, errabundo y desnortado, inflado de improvisto de un aura paternal, confluyen los rasgos paradigmáticos en los que transita el cine norteamericano con respecto a la redención y segundas oportunidades. El muchacho se convertirá en un modelo de adaptación y ganas de luchar. Se hará amigo íntimo de un compañero de trabajo y visitará, con elegancia y tacto, de vez en cuando a su hijo, representando, con esa manera acaramelada que tienen los guionistas americanos cuando les toca retratar estos pormenores, el hombre ideal que ha sabido no solo encontrar una ocupación que atesora el reconocimiento de la gente, sino que su comportamiento se edifica para captar todos los parabienes del público, atrapado por estas maniobras de escaso rigor.
Tráiler de la película:
Ficha técnica:
Héroes en el infierno (Only the brave), EE UU, 2017.Dirección: Joseph Kosinski
Duración: 134 minutos
Guion: Ken Nolan y Eric Warren Singer
Producción: Di Bonaventura Pictures
Fotografía: Claudio Miranda
Música: Joseph Trapanes
Reparto: Josh Brolin, Miles Teller, James Bridges, Jennifer Connolly, Andie MacDowell y James Badge Dale