Enola Holmes

Enola Holmes es la última película de Harry Bradbeer, conocido por dirigir series de televisión tales com Fleabag (2016) o Killing Eve (2018). A partir de ahora, Enola Holmes se une a la lista referencial del británico pues va a dar mucho de lo que hablar. Quizás hasta se convierta en una obra controversial debido al punto de vista sobre el que abarca el feminismo. Pero ya iba siendo hora de que se produjera un filme de detectives en el que la protagonista fuera una mujer. Enola cuenta con todos los números para convertirse en un personaje ejemplare para las niñas y adolescentes que vean la película en Netflix… o lean la novela: la historia está extraída de una saga literaria de seis volúmenes escrita por Nancy Springer (2006-2010).

Sin embargo, aquellos espectadores que esperéis encontraros con un Sherlock Holmes como el que Sir Arthur Conan Doyle creó, no vais bien encaminados. La escritora no es fiel a su canon establecido y convierte al famoso detective en una figura testimonial. En este caso el personaje central es Enola, su hermana. Aunque más bien a raíz de esta producción se tendría que pasar a decir al revés: “Sherlock, hermano de Enola Holmes”.

El día de su decimosexto cumpleaños, se despierta y su madre no está; ha desaparecido. Sus hermanos mayores vuelven a casa para hacerse cargo de ella, pues su padre murió y ella aún es menor de edad. No aprueban la manera en la que la madre la ha educado, por lo que deciden matricularla en una Escuela de Señoritas para formarla. Aunque tendrán que esperar para ello, pues se ha escapado de casa: primero, porque no aspira a esa forma de vida; y segundo, porque ha descubierto que su madre está en Londres, gracias a pistas que le ha escondido. Enola, sola y de incógnito, viaja hasta allí para resolver el misterio y entender por qué su madre la ha abandonado. Pero no lo tendrá nada fácil: Sherlock Holmes va detrás suyo, Mycroft Holmes entregará una recompensa a quien la encuentre, se topa con un marqués en apuros y quizás su madre no desea ser encontrada.

Sherlock, Mycroft y la Directora de la Escuela de Señoritas comparten la opinión de que corre verdadero peligro ahí fuera porque no está preparada para el mundo. Nunca vestía sombrero ni guantes, no había tenido institutriz, no quiere un esposo, no sabe bordar, no ha dado clases de postura ni tiene modales (según ellos)… Pero la verdad es que Enola se desenvuelve de maravilla en el centro urbano; utiliza todo lo que le ha enseñado su madre para sobrevivir: sabe hacer fuego, afilar navajas, provocar explosiones, jiu–jitsu, conducir automóviles… Aparte es espabilada, tiene iniciativa, no se queja de nada e incluso tiene tiempo para ayudar “a los que están al borde del abismo”. Es “más lista que el hambre”, no tiene nada que ver con lo que Mycroft piensa de ella: que es “ruda y sin aplomo”. Todo lo contrario.

Y en parte se debe a que la figura principal de Enola es su madre, Eudoria Holmes (interpretada por la gran Helena Bonham Carter). Le ha inculcado el amor y la pasión por la lectura, el dibujo, la ciencia y el deporte -tanto físico como mental-. Además, los criptogramas están muy presente en sus vidas, incluso el nombre de Enola lo es: ¡al revés se lee “alone” (que es “sola” en inglés)! Y todas estas enseñanzas están motivadas por la libertad de hacer y ser: Enola se tiene que encontrar a ella misma. La sociedad no le (ni “nos”) puede controlar; la cuestión es encontrar su (y “nuestro”) camino, libertad, futuro, propósito. Hay que pintar nuestro propio cuadro, no dejarnos llevar por otras personas (“en especial por los hombres”, como dice Eudoria) porque nuestra vida es solo nuestra y el futuro depende de nosotros.

Si todos estos aspectos no fueran suficientemente reivindicativos, hay todavía más: que Enola empiece a enamorarse del marqués Teokesbury no es razón para desviarse de la búsqueda de su madre. Además, comenta que el corsé el símbolo de opresión, la madre lee la revista Feminidad Moderna y debaten sobre el sufragio femenino y el proyecto de Ley de Reforma. Y otras maneras de crítica son a partir de comentarios, como por ejemplo “Oh, Santo Dios, feminismo. Está loca y senil” o cuando no creen que Enola sea una mujer detective hasta que finge ser la asistente de Sherlock Holmes.

Enola está interpretada por Millie Bobby Brown, una joven a quien le espera un futuro brillante gracias al carisma y a la luz que irradia. Se podrían llenar piscinas enteras con su personalidad y profesionalidad en litros. Ella, con su expresividad facial, es Enola Holmes. Porque más que la historia en sí, que la trama, la actriz es el elemento estrella del filme. No se concibe Enola Holmes sin Millie. Y quizás el hecho de que esté en el equipo de producción es uno de los motivos por los que nos encontramos frente a una película feminista. La actriz de Stranger Things -serie donde también protagoniza un papel con poderío- sabe aprovechar su fama y la repercusión que supone ser una actriz internacional para inspirar a través de sus trabajos y por las redes sociales. Y tiene tan solo dieciséis años.

Aparte del elenco y del tema del filme, es destacable el tratamiento personal, fresco y original con el que dotan el relato: primeros planos, movimientos de cámara de seguimiento, flashbacks que regalan escenas maravillosas de montaje paralelo y la demolición de la cuarta pared (Enola se dirige al espectador como si de su compañero de aventuras se tratara). Tampoco hay que olvidarse del gran trabajo de escenografía, pues se ambienta en la época victoriana, en 1900 en Inglaterra: el espectador se sumerge en el relato gracias a la música, el vestuario, los escenarios… Y, a la par, se maravilla de la obra por su vívido etalonaje, por la composición de la imagen y por el grafismo en las transiciones.

Tráiler