Entrevistas
Entrevista a Graham Humphreys
Nacido en Inglaterra en 1960, Graham Humphrey es uno de los más importantes y famosos artistas de afiches cinematográficos contemporáneos. Amante del acto de dibujar sobre papel, el estilo de Humphrey es fácilmente reconocible gracias a un ojo estético de gran calidad.
EL ESPECTADOR IMAGINARIO: Me gustaría empezar subrayando el hecho de que sus dibujos son impresionantes. Tienen un impacto increíble y una capacidad estética de gran nivel. Normalmente a los artistas se les pregunta qué sienten, sin embargo preferiría variar el punto de vista: ¿qué cree que la gente siente al mirar sus dibujos?
GH: En tanto aficionado al horror, trabajo desde esa perspectiva, por lo que ya tengo una idea de cómo el público va a percibir mi obra. Por supuesto, es algo subjetivo y lo que yo siento no va a ser de por sí una experiencia compartida, pero he aprendido a fiarme de mi instinto. Lo que quiero es que mis dibujos tenga una atracción visual, sin embargo quiero también que el público encuentre una estructura narrativa en el interior de la composición y de las imágenes. El uso del color es un significante importante del contexto emotivo, ya que se intenta capturar la atmósfera de una película. Si el espectador ve lo que yo veo, entonces la obra tiene éxito. Yo quiero que el público experimente mi misma respuesta emotiva en relación con el objeto.
EEI: Cuando pinta un afiche, ¿cuál es la primera cosa que hace? ¿Es que usted empieza directamente, o necesita tiempo para pensar y encontrar la mejor manera de comunicar lo que piensa que caracteriza la película?
GH: Se podría decir que el punto de arranque más obvio sería ver una película, sin embargo no siempre esto es lo que ha pasado. A veces una película está en la fase de producción y no hay material disponible, o hay imágenes sin contexto. Por lo general, antes de trabajar veo una película. Necesito normalmente verla por lo menos tres veces. La primera para comprender el tema, la estructura narrativa, los personajes y la sensación general. La segunda para identificar los momentos más fuertes, los que más eficacia tienen. La tercera para grabar las imágenes que me interesan, para así tener las bases de mi material de referencia. Prefiero tener un poco de tiempo para que mis ideas puedan gestar. A veces lo que pasa es que tengo un concepto instantáneo, ¡pero es más frecuente que sueñe con mis ideas! Veo literalmente el cuadro en su forma final, y después intento reproducirlo en el mundo real lo más fielmente. Los elementos fundamentales de mi trabajo son: un retrato expresivo (¡las caras más viejas son siempre mucho más interesantes!), un sentido de la posición en el espacio y una estructura narrativa.
EEI: ¿Usted diría que los afiches forman parte de la “experiencia cinematográfica” o que solo son un elemento adicional? ¿Cuál es su importancia en relación con la estructura general?
GH: Se trata de una cuestión interesante, ya que la historia del cine (y de lo que definimos con las palabras “home entertainment”) está llena de afiches fabulosos y evocadores que poca relación tienen con las películas que estarían representando. Los afiches se crean con la intención de vender el producto y de seducir al espectador. Un cine sin afiches parece algo impensable, como una tienda con los estantes vacíos. De todas formas, ya que los afiches pueden funcionar en tanto productos de por sí sin un filme (un producto que no necesita ulterior interacción), es posible afirmar que hay vida más allá del “edificio cine”. Es lo que pasa con las cubiertas de los LP, que pueden tener el mismo valor que la música contenida.
Mi experiencia profesional me lleva a afirmar que los directores consideran los afiches como algo esencial en relación con la cuestión de la distribución. En el caso de los viejos filmes de Hammer, en el Reino Unido, esta productora diseñaba los afiches para encontrar el presupuesto de las producciones, ¡o sea antes de que hubieran escrito un guión!
EEI: Las películas son “imágenes en movimiento”, mientras que los afiches son “imágenes estáticas”. De todas formas, estas últimas logran fácilmente transmitir cierto dinamismo si el artista sabe cómo hacerlo. Esto nos lleva a la siguiente pregunta: ¿cómo logra Usted transmitir aquella sensación de “materialidad” y de “movimiento” de los cuales sus afiches están llenos?
GH: Diría que es también una cuestión de dibujos y fotografías. Una imagen estática puede llevar a una desconexión. Los afiches contemporáneos tienden a poner la atención sobre la celebridad, creando una fotografía de gran calidad cuyo objetivo (muchas veces reelaborado) es hacer que las caras resulten atractivas. ¡Podrían ser figuras de cera!
En el caso de un cuadro, es posible tanto añadir texturas como torcer la realidad, lo cual permite al pincel brotar vida según unas estructuras que le están prohibidas a la fotografía. La yuxtaposición de imágenes permite además aumentar la ilusión. Los afiches pintados ofrecen más libertad para expresar lo que no se puede ver, lo cual hace que se instaure una libertad en relación con las limitaciones del mundo real.
EEI: Una última pregunta para quienes les que gustaría hacer su mismo trabajo. ¿Dónde encuentra su inspiración? ¿Quiénes son los artistas que han tenido cierto impacto en relación con su vida y su estilo?
GH: Una de las primeras lecciones que tuve fue la de tener una mente abierta en lo que a las inspiraciones se refiere. Si bien sería posible nombrar a algunos artistas, no existe una persona particular que haya hecho que mi trabajo sea lo que es efectivamente. Mi estilo ha ido evolucionando a través de una gama muy diversificada de experiencias e influencias, desde la holografía láser hasta las ventanas de vitral y la iconografía religiosa, o hasta la obra de Alphonse Mucha y J.M.W. Turner. De todas formas, el horror de Hammer y el punk rock (1976-1978) siguen siendo las influencias más fuertes en relación con mi trabajo. Pero sigo teniendo una mente abierta a otras influencias y mis obras, por consiguiente, todavía están evolucionando.