Eternals

Chloé Zhao, la ganadora del Oscar a Mejor Director por Nomadland (2021), tenía un gran peso en sus hombros al ser elegida la cabeza principal de Eternals (2021), esta era la cinta número 26 del universo cinematográfico de Marvel y el comienzo de su cuarta fase, después del arrollador éxito de las diferentes entregas de los Vengadores. Era una película que tenía altas expectativas por parte de Marvel y la respuesta no ha sido la mejor: se ha encontrado con duras críticas y no logra ha logrado convencer a los fervientes fanáticos de los cómics, quienes se han desahogado en redes sociales con sus comentarios sin fin. Pero para los que simplemente disfrutamos del buen cine, Zhao logra una película variada, emocionante, con muestras de su talento y una cantidad de personajes e historias bien distribuidas que le dan una grandeza a la cinta, haciéndola memorable y muy divertida.

Este largometraje cuenta la historia de los Eternos, unos seres que vienen más allá de las estrellas y fueron elegidos para cuidar al planeta tierra de los Desviantes, unos extraños monstruos que han intervenido en la evolución de los seres humanos por milenios. Cuando los Desviantes vuelven a aparecer, es el momento de reunir a los Eternos, que llevan siglos viviendo en la tierra, haciéndose pasar por humanos. Una verdad aterradora sobre el origen y el propósito de los Eternos los lleva a reflexiones sobre el pasado, la vida y las decisiones que tomamos, la evolución del ser humano y su propia destrucción.

El destino de la tierra es el tema constante en la historia, cada uno de los Eternos tiene poderes diferentes con los que solucionarían muchos de los conflictos y necesidades de los humanos, pero su creador les ha ordenado no intervenir en la evolución de la tierra, los propios humanos son los que deben hallar las soluciones a sus problemas. Y así es que tenemos una lección de historia frente a nuestros ojos, un recorrido por Mesopotamia, Babilonia, Tenochtitlán y Nagasaki, nuestro paso por la tierra, la destrucción que hemos generado y la decadencia de la humanidad; tanto que Phastos (Brian Tyree Henry), uno de los Eternos, se pregunta si vale la pena salvar a la humanidad. Es el bien mayor el que debe primar, el universo debe seguir, la vida y la muerte en su eterno equilibrio son la ley, por encima de todo.

El ritmo de la historia es ágil, el pasado y el presente se mezclan en la narración para contar el origen de todos como un grupo y la evolución de cada uno, en sus respectivos ires y venires. Esta es quizás la película más introspectiva de Marvel, es evidente la mano de Zhao en la dirección y el guion. La cinta es poética, calculada, dramática y emocionante, invitando a reflexiones sobre nuestra existencia (“Los conflictos llevan a la guerra y la guerra lleva a la evolución de la tecnología”), apoyada de tremendos efectos especiales para recrear las diferentes épocas, la grandeza de las batallas y los poderes de los Eternos.

Es evidente la influencia de las películas del mundo DC y los dilemas filosóficos de las cintas de Zack Snyder como El hombre de acero (Man of Steel, 2013) que le dieron profundidad a los tradicionales personajes de cómics. Zhao admitió en entrevistas haber visto hasta el cansancio la obra de Snyder, analizando la forma de narrar en la búsqueda de una mayor profundidad. Por eso se logra una historia completa, que cierra todos los círculos que abre con los detalles que fue dejando en el camino.

Acá ni los malos son tan malos ni los buenos son tan buenos, es una evolución en la forma de contar las historias de Marvel, con un mayor trasfondo y buscando una mayor identificación en el público. El sacrificio por amor, la envidia, el poder de la verdad y el peso de las mentiras son algunos de los temas que invitan a la gente a reflexionar y llevan a un giro sorpresivo de la historia, buscando levantar la atención cerca del final, cuando el ritmo empieza a decaer.

El grupo de personajes forman una gran familia disfuncional, como muchas que se ven en pantalla, que en este caso funciona bastante bien, gracias a los diálogos efectivos -aunque a veces se sientan un poco cliché- y a los intérpretes elegidos. Cada uno de los Eternos se destaca de una manera particular: la altamente criticada Angelina Jolie retrata fielmente a la Thena de los cómics (que no es la Atenea que existe en el imaginario colectivo); Kumail Nanjiani como Kingo es la ficha cómica de la historia junto a su compañero Harish Patel como Karun, ambos actores nacidos en el sur asiático; Gemma Chan como Sersi y Richard Madden como Ikaris logran la pareja protagonista del romance con un tono adecuado…

Pero es necesario destacar a tres intérpretes en especial: Salma Hayek como Ajak, un personaje que en los cómics es hombre, acá logra ser la madre del grupo y la primera mujer latina que interpreta a un superhéroe en la pantalla grande; Lauren Ridloff como Makkari es la primer mujer sorda que interpreta a un personaje de este calibre en la pantalla grande; y Brian Tyree Henry como Phastos, el primer héroe abiertamente homosexual, con ese sonado beso en pantalla, que realmente no es gran cosa pero le significó la censura a la cinta en algunos países del medio oriente.

A pesar de las críticas y la “baja” taquilla (un estreno de 70 millones de dólares y lleva más de 300 millones en el mundo), Eternals es, quizás, la película más fuerte e importante del universo Marvel hasta ahora. La representación en pantalla de todas las razas y orígenes se ha vuelto cada vez más importante, algo que sobra en esta cinta y fue construido de manera orgánica, no forzado. Sus defectos y fallas son menos importantes y destacables que la obra en completo, un paso en una dirección diferente para Marvel que iba a exacerbar las pasiones de los espectadores. Entre opiniones encontradas, lo que vale es disfrutar del cine y cada uno decidir qué piensa de esta cinta.

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