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Expanded Universe versus Legends
Prácticamente desde su estreno en mayo de 1977, Star Wars se convirtió en algo más que una película, y así ha sido desde entonces. Aunque nació como una producción independiente, el episodio IV, con guion y dirección de George Lucas, titulado posteriormente Una nueva esperanza, se transformó en algo que iba mucho más allá de las pantallas de cine y desplegó a su alrededor un fenómeno fan desconocido hasta entonces: juguetes, muñecos, maquetas… En un momento en que resulta tan habitual hablar de “narrativas transmediáticas” o “narrativas transmedia” (término acuñado por Henry Jenkins, del MIT, en un artículo publicado en la Technology Review en 2003, para designar experiencias narrativas que utilizan diversos medios o plataformas), a los aficionados a Star Wars nos gusta recordar el concepto “Expanded Universe” o “Universo Expandido”. No se trata de adaptaciones o de trasposiciones de un medio a otro, sino de contar historias diferentes de un mismo mundo narrativo en medios distintos.
Por eso, cuando hablamos de narrativas transmedia o transmediáticas, el universo de Star Wars es, sin duda, uno de los mejores ejemplos. No es, desde luego, el único, y puede que tampoco fuera el primero, pero no podríamos imaginar lo que ha ocurrido con las franquicias de El señor de los anillos, Harry Potter o Juego de tronos, por no hablar de Star Trek (otro universo que merecería su propio Investigamos), Matrix o la serie Perdidos, sin tener como referente el universo de Star Wars. Y estos son solo algunos ejemplos, aunque suficientemente ilustrativos.
Ahora que se acerca el estreno de El despertar de la fuerza, el esperadísimo episodio VII de Star Wars que ha dirigido finalmente J. J. Abrams, hemos visto cómo el universo expandido se ha puesto en funcionamiento, tanto con productos oficiales como con propuestas extraoficiales o fruto del fenómeno fan. Sin ir más lejos, el 19 de noviembre se puso a la venta en España el videojuego Battlefront, desarrollado por Electronic Arts, mientras que un día después, el 20 de noviembre, se estrenó el documental I Am Your Father, en el que los cineastas Toni Bestard y Marcos Cabotá recuperan la figura de David Prowse, el actor que se encontraba tras la máscara de Darth Vader, personaje al que finalmente le pondría voz en la versión original James Earl Jones. No me detengo más en estas dos referencias porque me gustaría tratarlas con más detalle en un próximo número de El espectador imaginario.
Hay muchas más iniciativas en torno al universo de Star Wars. Así, por ejemplo, el 21 de noviembre, en el secadero de Las Cigarreras, en Alicante, hubo una jornada entera dedicada a la saga, y actos como ese menudean a lo largo y ancho del mundo. El diario El país ofrece una colección con los cómics clásicos de la saga; y el 1 de diciembre, y hasta el 15 de mismo mes, Movistar+ habilita un canal dedicado exclusivamente a este universo, en el que podemos ver todas las entregas cinematográficas anteriores y un buen número de documentales. Ahora bien, esto no es un fenómeno nuevo, ni mucho menos.
No sabemos bien qué pasará con el universo expandido tras la adquisición por parte de Disney de todas las licencias de Lucasfilm Ltd. Hagan lo que hagan los directivos de la multinacional, el expanded universe se ha ido haciendo hueco en millones de hogares a lo largo de casi cuatro décadas. En cierto modo, todo empezó con los cómics. Entre 1977 y 1986, Marvel publicó una serie clásica de cómics de Star Wars, 107 números que ampliaban las historias que habíamos visto en el cine, en la que participaron los mejores guionistas (Roy Thomas) e ilustradores (Howard Chaykin y Steve Leialoha) de la casa. Ahora bien, en 1991 Dark Horse compró la licencia y, desde entonces, ha venido publicando muchos cómics de Star Wars, que, en los últimos tiempos, han regresado a Marvel, que es propiedad de Disney desde 2009.
El universo de Star Wars tampoco ha permanecido ajeno a las novelizaciones y a las novelas de nueva planta. Alan Dean Foster publicó en 1977 una novelización de la película con el título de Una nueva esperanza y, en 1978, una nueva historia, El ojo de la mente, que narraba hechos posteriores a los sucedidos en el episodio IV. El ojo de la mente es la primera novela oficial del universo expandido. Hay muchas novelas, pero en 1991 Timothy Zahn publicó Heredero del Imperio, que contaba lo que pasaba después de El retorno del jedi e introducía dos personajes clave del universo expandido: Mara Jade y el Almirante Thrawn.
La nueva trilogía, que arrancó en 1999 con La amenaza fantasma, multiplicó el universo ya conocido y le otorgó mucha importancia a las Guerras Clon, a la que se le dedicaron dos series de televisión, una en 2D entre 2003 y 2005 y la otra en 3D entre 2008 y 2015. Además de en los cómics y en las novelas, el universo expandido depende en buena medida de los videojuegos para diferentes plataformas. El primero se lanzó para Atari en 1982, The Empire Strikes Back, pero le han seguido muchos, algunos de ellos auténticas maravillas, como el simulador X-Wing: Space Combat Simulator, que salió en 1993, el rol de Caballeros de la antigua República (2003) o la estrategia militar del primer Battlefront (2004).
Al parecer, de ahora en adelante, Disney solo tendrá en consideración las películas y las series de animación para conformar el canon de Star Wars, y todo lo demás pasará a formar parte de un cajón de sastre que se denominará Legends, donde irá a parar buena parte del universo expandido, como si fuera una línea temporal alternativa, una ucronía, un “¿qué hubiera pasado si…?”. Disney prepara un nuevo universo expandido, pero, por lo que ya hemos visto, el Battlefront de Electronic Arts queda muy lejos de cualquiera de las propuestas recreativas de la ya desaparecida LucasArts. ¿Es Disney el nuevo imperio? ¿Será necesario iniciar una nueva rebelión?
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