Críticas
Un viejo maestro redimido
Fifi Howls from Happiness
Fifi az khoshhali zooze mikeshad. Mitra Farahani. Francia / EUA, 2014.
El título de Fifi Howls from Happiness viene del cuadro que más quería Bahman Mohassess entre todos los que pintó. El artista, que había caído en el olvido, es retratado en el documental homónimo de Mitra Farahani, una cineasta exiliada iraní como él, que también es pintora y que compitió en el Festival de Berlín en 2002 con Juste une femme, con el que ganó el Premio Teddy al mejor corto sobre la diversidad sexual.
La cercanía que establece con el poeta y dramaturgo, además de artista plástico, al que descubrió en Roma, en la habitación de hotel en la que había decidido darle la espalda al mundo como consecuencia del triunfo de la Revolución Islámica, hace de la película otro acertado intento de levantar el pesado polvo que enturbia todo lo relacionado con ese país, como dijo Asghar Farhadi cuando recibió el Oscar a la mejor película en lengua extranjera en 2012 por el filme iraní Nader y Simin, una separación (Jodaeiye Nader az Simin, 2011).
Mohassess se convirtió en una figura célebre por la modernidad de su arte durante la monarquía. Pero fue censurado en Irán bajo el reinado del sha, cuando la casa real incluso le encargaba obras, y se marchó al exilio por primera vez luego de la caída del gobierno progresista de Mossadeq, que nacionalizó el petróleo y terminó con un golpe de Estado.
Con la revolución de 1979, que se produjo cuando estaba en el extranjero, las cosas no cambiaron para su arte. En una escena Farahani le proyecta un material grabado en Irán, en el que un funcionario no identificado le ruega a Mohassess que regrese a su país y “corrija” sus obras, de manera tal que puedan ser presentadas en público sin violar los preceptos islámicos. El artista no ríe al escucharlo, como acostumbra a hacerlo continuamente con sarcasmo. Pero la destrucción de su arte no sólo fue obra de censores: él mismo ha acabado con sus obras incuso con placer, como lo muestra una secuencia.
Estas explicaciones son necesarias en el filme porque la reclusión y la censura hicieron desaparecer a Bahman Mohassess del panorama de las artes plásticas. Pero Fifi Howls from Happiness no es una película importante sólo porque intenta rescatarlo del olvido, sino por la manera como hace recordar que personajes como él, de ideas radicales en relación con la política y transgresor en lo que respecta a la sexualidad, también forman parte de la cultura de Irán. Mohassess es más revelador en ese sentido que los cineastas de su país que se han hecho célebres tanto por su obra como por sus críticas al régimen islámico.
La película, además, se destaca por la manera como fue realizada con pocos recursos, trabajando ingeniosamente la modalidad interactiva del documental. Mohassess no dialoga en el filme con la cámara, sino con una realizadora a la que se siente presente en la habitación, aunque casi no aparezca en cuadro, y a la que incluso da instrucciones sobre cómo debe ser la película –las cuales ella de inmediato pone en práctica, cómicamente. Esos detalles son tan reveladores de la personalidad de Mohasses como lo que cuenta de su vida, al igual que su manera de reír, afectada por los cigarrillos que no para de fumar.
En la segunda parte se pone en práctica una idea del artista para darle vida al filme: conseguirle un encargo, lo que según él haría más interesante la película porque permitiría filmarlo pintando en un estudio. A partir de allí entran en la historia un par de divertidos personajes secundarios, dos hermanos artistas y coleccionistas iraníes, radicados en Dubai. Si bien no logran sacar a Mohassess del anonimato, después de más de tres décadas de aislamiento, al menos lo llevan a salir de su habitación de hotel para emprender el trabajo.
Farahani logró así el milagro de devolverlo a la vida por medio del cine, antes de que se lo llevara la muerte. Es el tipo de golpe de suerte que un buen documentalista debe saber generar y aprovechar. No hay, además, otra redención a la que pudiera haber aspirado un ateo confeso como Mohassess, y la cineasta procuró matizarla con un toque de la misma ácida ironía del artista. La parte en la que vuelve a la actividad tiene como contrapunto la lectura de citas de La obra maestra desconocida de Balzac, cuyos personajes son como los del filme: dos pintores, una mujer y un viejo maestro que al final quema sus cuadros.
Tráiler:
Ficha técnica:
Fifi Howls from Happiness (Fifi az khoshhali zooze mikeshad), Francia / EUA, 2014.Dirección: Mitra Farahani
Producción: Marjaneh Moghimi
Fotografía: Mitra Farahani
Música: Tara Kamangar