Festivales 

Filmadrid 2017

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«Teníamos curiosidad por ver si en ese lugar había gente que creyera en el fin del mundo; nosotros que ya ni logramos creer en él, que tenemos la mayor dificultad para creer en nuestras propias pasiones».
Montañas ardientes que vomitan fuego (2016)

«El viento, los árboles, no son sino un sueño delante de ti que, incluso, apagan la luminosidad de las estrellas».
Afternoon Clouds (2017)

 

Fantasías y esquemas alterados. Transfiguración de la intolerancia en deseo

Si al hablar del concepto de cinefilia, no lo hiciésemos sobre ese interés especial mostrado sobre el cine, y lo hiciésemos sobre algo en que pudiera materializarse como es, por ejemplo, un lugar físico de encuentro donde dicho interés se hiciese multiforme, plegándose a las infinitas aristas de las numerosas realidades ahí representadas, es muy probable que esos lugares físicos hayan sido los recorridos por Filmadrid durante el mes de junio.

Las posibles rutas a elegir durante el desarrollo de la tercera edición del festival, se han seguido expandiendo con respecto a las anteriores, y las opciones posibles han sido tan diversas como escoger durante una misma tarde entre la Sección Oficial, compuesta, por segundo año, tanto de largometrajes como de cortometrajes, o piezas de cine experimental (sección Vanguardias); se ha añadido también una nueva sección dedicada al video ensayo y se han organizado exposiciones (Jonas Mekas), un seminario (Laura Mulvey) o rutas cinéfilas (Madrid). Todo esto y la asistencia de directores, como João Pedro Rodrigues (al que se ha dedicado un Foco), Mani Haghighi, con cuya obra se ha dado forma, en gran parte, al foco de comedia y absurdo en el cine iraní, además de clausurar el festival, Lav Diaz, Jonas Mekas, Júlio Bressane, entre otros muchos, dan una idea de la dimensión del evento.

Filmadrid sigue forjando su identidad, si es que no lo ha terminado de hacer aún, partiendo de estas premisas y, por supuesto, del espíritu de las películas seleccionadas. La variedad en cuanto a estilos y formas sigue siendo una marca distintiva. La vuelta de Filmadrid sigue suponiendo la de un cine caracterizado por el fuerte peso de la distancia, una distancia muy marcada entre el director y sus personajes e, incluso, el director y la historia narrada, la cual parece contemplarse desde una posición que, a veces, ni pareciera la suya, provocando un halo gélido que termina distanciando también al espectador de sus imágenes. Así, huyendo de excesivas connotaciones emocionales, las películas lo hacen también de una posible manipulación en el espectador y parecen sugerirle que decida él mismo el camino a seguir.

 

Sección Oficial

Uno de los temas recurrentes de la Sección Oficial ha sido la inmigración mostrada desde diferentes puntos de vista y, con ella, la tolerancia. Desde cómo aceptamos a extranjeros que ocupan nuestro país, hasta travesías iniciadas como resistencia. The Last of Us, de Ala Eddine Slim, muestra ecos de Naufragio (2010) o recuerda otros filmes tan recientes, como Les Sauteurs (2016), de Moritz Siebert & Estephan Wagner o Tout le mond aime le bord de la mer (2016), de Keina Espiñeira. La travesía como ejercicio reflexivo y de toma de conciencia acerca de la situación que atraviesa el norte de África. The Sun, the Sun Blinded Me, de Anka y Wilhelm Sasnal, muestra la convivencia, así como el punto hasta el que se está dispuesto a tolerar al otro. Expo Lío 92’, de María Cañas, utiliza como punto de partida alguna de estas ideas, aunque remontándose también a 1492 y la conquista de América, y termina haciendo extensivo su discurso, mediante el uso de imágenes de archivo recuperadas para mostrar, a través de un denso ejercicio de montaje y con gran ironía, las consecuencias del evento celebrado en 1992 y, por ende, las consecuencias de la mezcla de culturas.

The Sun, the Sun Has Blinded Me

Se trata de películas que dibujan algo que dejó de ser hace tiempo un imaginario colectivo y representan historias que, por qué no decirlo, se instalan –a su manera– en lo íntimo y personal, y lamentablemente, se trazan a base de líneas rectas e inflexibles, llenas de luces y sombras, y cuyos personajes gritan a un continente, a cualquier continente, solicitando auxilio, sabiendo también que quizás la situación sea irresoluble.

Por otra parte, Filmadrid deja en esta edición una serie de retratos que se basan en algo que podríamos denominar como esquemas alterados. El mejor ejemplo fue la sesión programada con las películas de Camila José Donoso y Jan Soldat. El modo en que se dispusieron fue incrementando esta idea de forma gradual. Casa Roshell muestra un retrato de hombres con deseos reprimidos que evitan mostrarse a la luz del día, para acudir a este salón con el fin de dar rienda suelta a esos deseos ocultos que evitan mostrar en otros lugares. Un bello ejercicio de representación en un juego de espejos y máscaras de hombres que buscan su verdadera identidad, oculta a los ojos de los demás. La llegada de Jan Soldat irrumpió, a continuación, con dos nuevos ejercicios sobre estas ideas. El primero, Happy happy babyn, que resulta un fresco retrato sobre la necesidad del deseo de paternidad/maternidad, y Protokol , que da una vuelta de tuerca a Casa Roshell y entra en un profundo diálogo con el ejercicio de Camila José Donoso. Jan Soldat nos muestra una serie de personajes que, mediante declaraciones a cámara y con el rostro tapado (oculto por la luz, que no les alumbra), cuentan los deseos más ocultos que albergan en cuanto a ser sacrificados y devorados. El retrato mantiene el espíritu fiel del festival, el director guía la entrevista y existe una distancia de él con respecto a los personajes, suficiente para que el espectador pueda extraer sus conclusiones. Los personajes son actores y, a pesar de ello, Soldat decide esconder su rostro para dar un mayor realismo, si cabe, a las historias que cuentan los tres protagonistas.

No deja de haber, en torno a estos seres, un nexo en común, una idea que sobrevuele sobre ellos, como la tolerancia. Se trata de personajes que se mantienen en la clandestinidad, ocultos, y se muestran solo tal y como son en situaciones muy concretas.

Y como sobre la idea de la representación del deseo trató esta parte del festival, no podía faltar el maestro Júlio Bressane con su último trabajo, estrenado en la pasada edición del Festival de Cine de Locarno. Beduino aborda la idea del deseo desde la óptica habitual adoptada por este cineasta brasileño en su cine. La austeridad, como vía para posibilitar que la filosofía ocupe su lugar. Así, la película se desarrolla, en su mayoría, en espacios cerrados (habitaciones) y muestra las conversaciones entre un hombre y una mujer. Inmenso ejercicio de representación de la idea del deseo que se coloca como, probablemente, una de las mejores películas dentro de la obra de Bressane.

Beduino

Sin duda, esta sesión tuvo un gran valor, con independencia del fondo de las películas (en este caso, el deseo o las fantasías, aunque podía haber sido otro diferente), que se reveló en realidad como un ejercicio didáctico para reflexionar y debatir, en torno a los diferentes modos de representación en el cine.

Para finalizar, el mágico e hipnótico cortometraje de Payal Kapadia, Afternoon Clouds, estrenado en Cannes, es un ejercicio práctico realizado en la Escuela de Cine y Televisión de la India, por su directora, en torno al sonido. Justamente premiada con una Mención Especial por parte del Jurado Oficial, rápidamente se convirtió en una de las películas más bellas de esta tercera edición del festival. Y lo fue por la capacidad de Payal Kapadia para fabular, transformando un relato que nace de una situación rutinaria, en un bellísimo anhelo que aspira a ser la representación del sueño de dos mujeres, en un fuera de campo, a las que separa una gran diferencia de edad y que ven el amor a través de una mirada onírica.

Afternoon clouds

 

Vídeo Ensayos

Una de las nuevas ventanas abiertas por Filmadrid, ha sido la del mundo del vídeo ensayo. La presentación en Cineteca de esta sección dio lugar a diferentes teorías sobre esta fantástica rama, un tanto inclasificable aún, a juzgar por las teorías que se mostraron en aquella sesión. Así, Roger Koza, crítico, programador y componente del Jurado oficial de esta edición, ve en el vídeo ensayo, desde el punto de vista de la crítica, un problema de demarcación o delimitación, que reside en entender desde qué lugar se está hablando y, por tanto, el lugar desde el que se enuncia, desde el que se piensa. No es algo que sea bueno ni malo. Roger Koza mantiene la tesis de que si no hay palabra, no hay crítica. Cree que la imagen es fugaz y tiene su propia naturaleza, dada su ontología y que, en este sentido, la palabra viene a dar otro orden de comprensión a la imagen. Inmediatamente, surge el concepto de montaje. Y a partir de aquí, pensar en la operación que se pone en juego para mostrar un tópico. Koza afirma que la crítica es un trabajo de reorganización y piensa que los grandes críticos, antes de nada, han reflexionado en el aspecto físico de las películas y cómo hacer hablar a las películas de otro modo. Es como un psicólogo que devuelve el pensamiento ordenado, reorganizado, pero sigue siendo igual, el mismo pensamiento. Esto, por tanto, vendría a ser un trabajo de reordenación de la película, que la propia película hace más difuso.

Ariel Schweitzer, crítico de cine en Cahiers du Cinema, se cuestiona cómo relacionar las imágenes con la teoría del cine. Piensa en la noción de lo híbrido, en ese interesante aspecto que muestra el arte de transgredir fronteras. Se trataría de poner en cuestión aquello que limita los géneros. Ariel piensa que el vídeo ensayo tiene elementos tanto literarios como filosóficos, y es esta hibridación la que convierte a la obra en una especie de laboratorio del arte del mañana. Sostiene la idea de que el cine piensa con las imágenes, igual que la filosofía lo hace con la palabra. La gran pregunta de la abstracción, pero, ¿cómo pensar con las imágenes? Ariel sostiene que fue Godard el que dijo que únicamente el cine podía pensar con su propia historia. Con las herramientas digitales, se produce una democratización del cine, y se puede introducir el elemento de la duda, de la reflexión, sin preocuparse de aspectos económicos.

 

Foco Comedia y Absurdo en el Cine Iraní

Por último, dentro del Foco de Comedia y Absurdo en el Cine Iraní, merece una mención especial Fish & Cat, de Shahram Mokri. El planteamiento de este filme sería la negación más radical de Boyhood, de Richard Linklater. El ejercicio de Shahram Mokri se basa en la fijación de un único espacio al aire libre, de personajes con esquemas alterados también. Mediante el uso de un plano secuencia de cerca de dos horas y media, se propone negar el paso del tiempo y cuenta lo que sucede en ese espacio de tiempo desde diferentes puntos de vista, negando el paso del tiempo y la evolución de esos personajes. El ejercicio con mayor virtuosismo presentado este año en Filmadrid.

En este enlace se puede ver el palmarés con las películas ganadoras del festival.

 

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