Críticas

Riquezas disonantes

First Cow

First Cow. Kelly Reichardt. EUA, 2019.

Cartel de First CowSobre el Río Columbia se desplaza un buque carguero. Una imagen estática contempla su paso a través del cuadro. El olfateo frenético de un perro nos adentra al bosque lindante al río. A lo lejos, se oye la bocina de la embarcación mientras una mujer descubre un cráneo enterrado en el suelo. Sus manos remueven la tierra hasta que luego de un tiempo indefinido, sugerido por el arribo de otro barco y el cansancio del animal, ella descubre dos esqueletos humanos dispuestos uno al lado del otro, como si estuvieran descansando. Pareciera que en cualquier momento estas figuras se pudieran levantar y seguir su camino, y de hecho lo hacen en cierta manera con el siguiente plano, las pisadas de un hombre que se agacha a recolectar hongos. Estamos en el mismo lugar, pero en otro tiempo.

First Cow nos traslada a principios del siglo XIX a los primeros asentamientos de hombres blancos que viajaban hacia donde vendría ser el estado de Oregon en busca de pieles para el comercio. En una de estas expediciones, se encuentra Cookie, el cocinero. A pesar de los vapuleos constantes por parte de los tramperos, él se mantiene al margen de las disputas y se entrega al silencio del bosque donde los búhos y tritones le ofrecen compañía, mientras hurga la tierra fresca. Es aquí, en sus andanzas nocturnas, donde una noche se encuentra con King-Lu, un inmigrante chino en plena huida. Al parecer, ha asesinado a alguien, pero aún así, Cookie le ofrece cobijo.  

Fotograma de First Cow

La historia se desarrolla en un ambiente hostil, frío y húmedo, donde la supervivencia es la premisa máxima. Los cazadores de pieles viven el día a día a merced de las tendencias de un supuesto mercado de exportación donde las noticias se propagan de boca en boca y los problemas se solucionan, en el mejor de los casos, con puños. Los demás habitantes del Fort Tilikum buscan adaptarse a las condiciones de esta nueva vida rural, con sus carencias y diversiones, sea molestar al zonzo del pueblo por el puro placer de la riña o cambiar pieles de castor por una botella de whisky. Pero así como Cookie evita la violencia, la mirada de Kelly Reichardt se centra en los ínfimos hallazgos del cocinero, en los peces que le salvan la vida o en un puñado de arándanos que utiliza para cocinar un pastel de frutas. 

El arribo de una vaca al puesto de control despierta la curiosidad de los locales. Durante su travesía, el ternero y el toro fallecieron, por lo que la primera vaca del territorio será, al menos por un buen tiempo, la única vaca en muchos kilómetros a la redonda. Esto no es un lugar para vacas, argumenta un comerciante, y tampoco lo es para personas como Cookie y King-Lu. Sin embargo, ellos están ahí, un poco como el animal, desentonando en el paisaje adverso, donde un par de botas nuevas es una señal de alarma más que una necesidad cumplida, pues solo genera envidia. Esta disonancia conmueve y enternece; ellos no pertenecen a ese mundo, y quizás a ninguno que conozcamos. 

Fotograma de First Cow

Donde todo ha sido corroído por las consecuencias de la conquista del Oeste, First Cow encuentra una riqueza que no es material: la amistad entre los dos personajes. En la primera visita a la casa de King-Lu, Cookie barre el piso, sacude la alfombra y coloca unas flores amarillas al lado de la ventana. Su gesto es instintivo, así como el compañerismo que se forja entre ellos es tan automático como instantáneo. A las ideas de King-Lu le acompaña la delicadeza de Cookie, quien escucha sus sueños y se atreve a soñar con él también, algo antes impensable para un nómada huérfano. Los diálogos entre ambos son narrados entre las actividades cotidianas de recolección de frutos o el lavado de ropa que retoma las ideas como si el tiempo comprendido en el medio no hubiera pasado, un poco como esa sensación de entendimiento incondicional que generan ciertas relaciones. Entre lamentos y delirios, brota un emprendimiento exitoso, cocinar y vender pastelitos dulces hechos con la leche de la vaca del empresario adinerado de la zona. Solo hay un problema: el negocio tiene fecha de expiración, pues depende únicamente del tiempo que tardarían los clientes en descubrir que el ingrediente secreto es la leche robada. 

En First Cow la idea de protagonistas como seres fuera de su tiempo y de su contexto se plantea en acciones y repercute en la imagen. Así como en el relato Reichardt observa los detalles minúsculos que evidencian el cariño entre ambos, como una galletita depositada sobre el marco de la ventana, en la fotografía se percibe una insistencia visual sobre cuadros enmarcados a través de puertas y aberturas que a veces aíslan y otras veces contraponen. Cookie y King-Lu no son como los demás hombres rudos que habitan el poblado, ni tampoco se asemejan a los soldados adinerados que discuten sobre el castigo adecuado para un ladrón. Por lo tanto, frente a otros, ellos están presentes en un plano distinto, sea en el suelo ofreciendo los pastelitos, o afuera, acercando el dulce que acompañaría el té. Existe además una diferencia visual entre lo que ocurre en los exteriores y lo que sucede en los interiores. Estas barreras espaciales no solo fragmentan el escenario, sino también protegen a los amigos de donde lastimosamente les toca vivir.

Fotograma de First Cow

Son casualidades las que han determinado el encuentro entre Cookie y King-Lu, y es una casualidad la que al final los conduce a su fin. Por más que la secuencia inicial fuera un anticipo, aceptar lo inevitable es una punzada de dolor. First Cow es un relato sencillo que queda enterrado por el paso del tiempo. Si en la película beber la leche era un gesto impulsivo, cuando con un poco de paciencia y habilidad se podía cocinar maravillas con ella, Reichardt encuentra una riqueza poética en los elementos más simples, dos amigos, una vaca y un sueño, encontrar un lugar donde encajar. 

Tráiler:

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Ficha técnica:

First Cow (First Cow),  EUA, 2019.

Dirección: Kelly Reichardt
Duración: 121 minutos
Guion: Jonathan Raymond, Kelly Reichardt (Novela: Jonathan Raymond)
Producción: Distribuida por A24. Film Science, A24, IAC Films
Fotografía: Christopher Blauvelt
Música: William Tyler
Reparto: John Magaro, Toby Jones, Orion Lee, Ewen Bremner, Scott Shepherd, Gary Farmer, Lily Gladstone, Alia Shawkat, John Keating, Dylan Smith, Jared Kasowski, Rene Auberjonois, Todd A. Robinson, T. Dan Hopkins, Ted Rooney, Patrick D. Green, Clayton Nemrow, Jeb Berrier

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