Críticas
El hombre detrás de la máscara
Frank
Frank. Lenny Abrahamson. Reino Unido, 2014.
Si hay un director que supo ganarse un lugar dentro de la industria a través de una estrategia de bajo perfil, ese es Lenny Abrahamson. Este director irlandés, que debutó en el cine con Adam & Paul en 2004, ha venido cosechado buenos críticas y logró hacerse de un importante grupo de seguidores.
Si consideramos sus producciones posteriores –Garaje (2007) y What Richard Did (2012)-, no es difícil descubrir que su interés pasa por historias mínimas y por un protagonista común que se enfrenta con algún cambio en su vida. Si en la primera producción los protagonistas eran dos amigos con problemas de drogas que recorren Dublin en busca de saciar su adicción, en las dos posteriores presenciamos cambios en la vida de personajes como Josie (encargado de una gasolinera) y un grupo de adolescentes que acaban de terminar sus estudios.
Siguiendo con esta línea, Frank (2014) nos presenta a Jon, un joven músico que sueña con formar parte de una banda, y al que la vida le ofrece la posibilidad de sumarse a una compuesta por una serie de excéntricos artistas. Si este adjetivo pudiera parecer exagerado, basta con conocer al líder (Frank), cuyo rasgo característico es llevar una cabeza de utilería para no darse a conocer. El pelicular personaje está inspirado en el músico y cómico inglés Chris Sievey, quien cosechó éxito como comediante con su personaje Frank Sidebottom (cuyo rasgo era usar una cabeza postiza). El resto de la historia está basada en la biografía del propio guionista de la película, Jon Ronson.
A pesar de que el punto de vista está puesto en Jon, la característica descripta anteriormente (sumado al hecho de que la película lleva su nombre), hace que el espectador se interese desde los primeros minutos en Frank; para ser más preciso, en quién se oculta detrás de esa cabeza de fantasía. De todos modos, estaríamos en lo incorrecto si pensáramos que la película innova en este aspecto. Si hacemos un rápido repasado por algunas producciones, veremos que en diversas oportunidades se jugó con la persona detrás de la máscara. Por citar algunos casos, podemos mencionar la máscara de Darth Vader, de la serie La guerra de las galaxias (Star Wars, Jorge Lucas, 1977), el enmascarado Anonymous, de V de vendetta / V de venganza (V for Vendetta, James McTeigue, 2005) y “la cara de fantasma”, de la serie Scream (Wes Craven, 1996). No cabe duda de que las máscaras generan un particular atractivo en las películas.
Volviendo a Frank, conforme avanza la trama, el líder comienza a mostrar parte de su personalidad a través de sus acciones, pero también a partir del comentario del resto de la banda. Pareciera que Frank se trata de un misterio por resolver, un ser inaccesible y excéntrico que poco a poco va ganando humanidad. Incluso recurre a enunciar las expresiones de su cara, a modo de un “emoticón hablado”.
Justamente en este hecho radica el mérito de la película, y la reflexión que esta circunstancia puede llegar a generar. ¿Es necesario ver la apariencia exterior de alguien para conocerlo realmente? Al principio del film pareciera que sí, y eso coincide con el prejuicio que todos solemos tener. Pero a medida que la historia avanza (o en la vida real, a medida que vamos madurando), nos damos cuenta de que la imagen exterior queda en un segundo plano, porque lo que nos define no es el exterior, sino nuestro interior. No cabe duda, sin embargo, que es mucho más difícil interesarse en alguien que no vemos, y en este sentido la película juega con esta situación.
Lo interesante, entonces, es que a medida que va avanzando el argumento, la duda sobre quién está detrás de la máscara va desapareciendo, y en cierta medida, cuando al final conocemos el verdadero aspecto de Frank, ya poco importa, porque hemos aprendido a ver más allá de su físico. A nivel actoral, la figura del misterioso enmascarado recayó en Michael Fassbender, quien comenzó su carrera en televisión desde 2001, y que en cine participó de éxitos de taquilla como 12 años de esclavitud (12 Years a Slave, Steve McQueen, 2013), 300 (Zack Snyder , 2006) y Malditos bastardos / Bastardos sin gloria (Inglorious Bastards, Quentin Tarantino, 2009).
Este proceso de conocimiento interior, como podríamos denominarlo, está estructurado a partir de momentos vinculados con la comedia (de hecho, el enfoque del film no se toma muy en serio situaciones como el intento de suicidio de algunos personajes), pero también tiene la capacidad de entrar en el terreno dramático cuando la historia así lo requiere. Todo esto maridado con secuencias musicales a partir de temas extraños, pero que quedan grabados en la mente del espectador.
No es casual, por lo dicho anteriormente, que las secuencias cómicas encuentren a un Frank “encubierto”; mientras que las secuencias dramáticas, a uno descubierto. En una suerte de paralelismo con el dicho popular, cuando las máscaras se caen, surge la verdad.
Ficha técnica:
Frank (Frank), Reino Unido, 2014.Dirección: Lenny Abrahamson
Guion: Jon Ronson, Peter Straughan
Producción: Element Pictures / Film4 / Runaway Fridge Productions
Fotografía: James Mather
Música: Stephen Rennicks
Reparto: Domhnall Gleeson, Michael Fassbender, Maggie Gyllenhaal, Scoot McNairy, Lauren Poole, Hayley Derryberry, Mark Huberman, Travis Hammer, Matthew Page