Críticas

El dinero mueve el mundo

Fuera de la ley

Greedy People. Potsy Ponciroli. EUA, 2024.

Fuera de la ley (Greedy People, 2024), de Potsy Ponciroli, es el ortopédico y demasiado fácil título que la distribuidora española, para su mercado comercial, ha elegido para darle nombre y significado al original Greedy People, más severo y estricto, que traducido al castellano, «gente codiciosa», responde con mejor criterio a la perversa intencionalidad de su turbio magma criminal e intríngulis argumental.

En líneas generales, su marrullera teoría orbita sobre una de las grandes certezas de la humanidad: los seres humanos somos falibles. Esta reflexión no está atendida en su aspecto filosófico. No, todo lo contrario, en su barniz más sombrío y desopilante. En la cochambre sucia y futil. En esa que la gente de ambos sexos aparecen representados en su lado vil y rastrero. En un marco ambiental de falsa felicidad cuyas granujas fechorías se podrían referenciar, salvando las distancias a los primeros y escabrosos ejercicios genéricos de los hermanos Coen. Algo de ellos, en su atmósfera retorcida y angustiosa, palpita, haciendo hincapié en la naturaleza deformada de los personajes ideados por los autores de Sangre fácil (Blood Simple, 1984, USA). Ponciroli hereda y acomoda la miseria moral a su relato. Un relato articulado y narrado en clave de thriller acerca de la tentación del dinero como excusa para urdir las triquiñuelas más infames y groseras.

Ponciroli es autor de una pieza, algo olvidada, que también gira en torno al dinero. Old Henry (2021) se mueve como un drama sobre el dilema que se enfrenta un buen hombre que realiza una causa noble, al esconder en su casa a un tipo malherido. Cuando descubre que el desfallecido guarda un botín considerable, el anfitrión muestra su doble rasero al ser visitado por los malencarados sujetos que persiguen a su protegido, intentando testar con quien quedarse prevaleciendo el interés por la pasta.

El dinero, como motor del mundo y de las pasiones más bajas y abyectas, además de despreciables, es el elemento cuyo afortunado descubrimiento va a desencadenar un torbellino de situaciones descabelladas y alucinantes que van a alterar el comportamiento de un puñado de personajes que no reparan en la inmoralidad de sus actos con el fin de conseguir sus bribones planes.

La película es una despiadada sátira, cuya ferocidad se va diluyendo en el progreso del guion. Un libreto de Mike Vukadinovich pautado a través de una estructura fraccionada en seis capítulos que tienen su epígrafe correspondiente. El autor del libreto organiza, con una construcción elaborada y muy trabajada, aunque su ejercicio es algo manoseado, una historia edificada a través de un enredo sujeto al punto de vista de las criaturas que aparecen en su trama.

La acción de la película se desarrolla en la ciudad costera de Providence, cuya economía principal es la pesca. Hasta ese lugar encantador, de gente reservada pero hospitalaria, llega un nuevo policía, Will (Himash Patel), un hombre que quiere cumplir a rajatabla con su tarea y pasar inadvertido. Sin embargo, y como no podía se de otra manera, le persigue un oscuro pasado. Un tormento, en forma de mancha hereditaria que quiere exorcizar, pasar página y olvidar. Un desagradable suceso comprometido por el pasado de su padre, empleado de banco que robaba pequeñas cantidades de dinero, sin que dejara rastro aparente. Por lo tanto, el principal deseo de Will es el estricto cumplimiento de la rutina. Cuenta con el soporte de su mujer, Paige (Lily Jones), muy embarazada y a punto de parir. La ambición del matrimonio es consolidar una familia normal y corriente y no complicarse la vida con nada ajeno a su voluntad.

El pueblo de Providence es coqueto, tranquilo y tiene un aspecto idílico. Su característica esencial es que se trata de una comunidad fuerte de costumbres sencillas. Un paraíso para pasar inadvertido. Sin embargo, la mecánica monótona de Will y Paige se verá truncada por los reveses del destino y la providencia juguetona, que en forma de dinero que va a trastocar toda idea inicial.

Para empezar, el propósito de discreción de Will se resquebraja desde los primeros compases. Mal empieza la cosa. La primera disonancia en la frente. Will es su emparejado, en su cometido laboral, con un compañero de patrulla despreocupado e informal. Le ha tocado compartir vehículo con Terry Brogen (Joseph Gordon-Levitt), un veterano, gamberro, extrovertido y descarado policía de costumbres muy particulares.

El dibujo de una área apacible, de un cierto encanto, donde supuestamente no pasa nada se violenta nomás empezar la función. El aviso de centralita de un código atribuido a un escándalo sexual es mal interpretado por el patrullero Will, cuyo malentendido le conduce a una casa de confort y elegancia, donde su propietaria, sorprendida por la presencia del policía, reacciona de manera destemplada, y en el rifirrafe se produce un fatal accidente: la mujer en su caída se clava un cuchillo en la cabeza. Una escena estrafalaria, rocambolesca y disparatada. Con su toque de comedia negra se atisba el humor siniestro de los Coen que orbita en su puesta en escena.

Este inesperado incidente es el inicio de una sucesión de acontecimientos cuya mecánica de enredo y distintos puntos de vista construyen una historia sórdida narrada como una sátira despiadada del comportamiento humano.

Y el motor que va a activar el aspecto más feo y despreciable de las criaturas de ambos sexos que se van a liar en su faceta más sombría y negra es el descubrimiento de un capazo con un millón de dólares. Un descubrimiento que primero va a corromper a la pareja de policías y, luego, sin parar, a toda persona relacionada con el millón de dólares.

La casualidad es muy caprichosa y mueve los hilos de forma aleatoria, a su libre designio, muñendo peripecias inesperadas y sin ser previstas por los actuantes de esta farsa correosa. Fuera de la ley es la historia de unos canallas, cuyas desventuras merece la pena contarse. Porque responden a un mundo egoísta y materialista. Aquí están reflejadas miserias y apenas pocas grandezas. Figuras que en sus simpáticos y normales rostros ocultan una perturbación interior infame y despreciable. Y esta colección de pecados capitales está contado con chispa y ritmo, dejando un rastro de personajes abyectos y con una moraleja final afortunadamente alejada del dinero. Un giro que hace pensar que, después de todo el aquelarre que hemos presenciado, alguien saca una ganancia de otra índole.

Tráiler de la película:

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Ficha técnica:

Fuera de la ley (Greedy People),  EUA, 2024.

Dirección: Potsy Ponciroli
Duración: 112 minutos
Guion: Mike Vukadinovich
Producción: Boies Schiller Film Group, Hideout Pictures, Limelight
Fotografía: Eric Koretz
Música: Jordan Lehning
Reparto: Himesh Patel, Joseph-Gordon Levitt, Lily James, Tim Blake Nelson, Simon Rex, Uzo Aduba, Nina Ariadna y Traci Lords

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