Gambaro

Abordar la figura de una escritora y dramaturga argentina de la talla de Griselda Gambaro implica un desafío formal a la hora de elegir cómo retratarla y desde qué lugar se ubica el cineasta frente a lo que desea transmitir. ¿Qué se elige mostrar? La indagación que representa proviene no solo por su destacado protagonismo en el ámbito literario, sino también por el lado humano que representa como la mujer que es, más allá de sus obras.

El reto asumido por la joven realizadora Jazmín Bazán la explora en ambos sentidos, al combinar los textos literarios que se inscriben en la pantalla como una suerte de separadores, intercalados por aspectos de su vida y personalidad. De esa manera, construye dos líneas narrativas que potencian el pensamiento político, social y feminista que se desprende de sus escritos, con la mujer de mirada franca, bajo perfil y sencillez que se aleja de los estereotipos intelectuales que representan muchos escritores del medio, mostrándose comprometida con su realidad y las clases menos favorecidas.

“El proyecto de la película surge no solo del fruto de la lectura de su obra –comenta su directora– sino por una motivación personal de realizar un largometraje que combine la ficción con el documental, destacando su relevancia en el teatro argentino, la potencia de sus personajes, mayormente marginados y femeninos, al tiempo que se muestra su vida austera y tranquila en un barrio del conurbano. Así surge, Gambaro, un documental que habla de ella, pero también de nuestra historia y, un poco, de mí”.

A fin de compartir sus vivencias y la cotidianidad de su hogar, Bazán la entrevista en la comodidad de su casa, desde donde recorren el bello jardín al que dedica el cuidado de sus plantas y disfruta junto a la compañía de su perro. Entre ellas, el vínculo fluye ameno y cercano, dando lugar a la improvisación y a cierta ruptura formal que visibiliza los mecanismos de construcción del documental mientras se filma. En uno de los diálogos, por ejemplo, la realizadora le expresa que estaría bueno hacer un documental sobre ella, ante lo cual, Gambaro se queda pensativa y le responde “que puede ser, porque a ella le hubiera gustado ver un documental sobre Olga Orozco”. Lo mismo sucede con el título de la película, que surge frente al espectador en manos de su protagonista cuando es consultada.

La ficción es otro de los recursos que se utiliza para visibilizar algunos pasajes de sus textos teatrales que, al ser recitados por una actriz que investiga su obra, no quedan del todo bien articulados con el resto de la propuesta. También lo representará a través de escenas de baile y expresión corporal a cargo por un grupo de actrices que traducen, bajo una elaborada composición visual, su excelsa dramaturgia.

Para finalizar, la intervención testimonial de la actriz Cristina Banegas, de la directora teatral Laura Yusem y de su editor Daniel Divinsky, quienes trabajaron intensamente con Gambaro y los une el afecto, terminan de completar el perfil de una personalidad creativa, brillante y sincera que, a sus 95 años, sigue aportando una mirada lúcida sobre su tiempo.