Críticas

Repetita

Gladiator II

Otros títulos: Gladiador 2.

Ridley Scott. EUA, Reino Unido, 2024.

Hay que preguntarse, a veces, si con el pasar del tiempo, el hecho de volver a vivir las mismas experiencias sería un problema de carácter mental. Problemas de la vejez (¿quién puede saberlo?) que se amontonan cuando nos levantamos y, después de hacer una acción tan rutinaria, nos olvidamos dentro de pocos minutos de si efectivamente hemos llevado a cabo o no lo que habíamos pensado que teníamos que hacer (como siempre). Quizás se deba efectivamente al normal proceso de envejecimiento, o quizás sea el resultado de no amar lo que se repite cada día y de no darle importancia a una acción, o sea no tener en cuenta su importancia. Sin embargo, hay momentos en los que caemos en la trampa de lo ya visto (dejá vu), ya experimentado, ya conocido, y ante la representación de unas líneas trazadas sobre un cuadro decimos, un día en el cual hemos decidido movernos por los salones de un museo, que sí, que aquellas figuras y aquellos colores ya los conocemos, ya los hemos visto, y no, no en otra vida (ya que solo una es, según la decisión de los átomos y del ADN), sino en esta. Y, al darnos cuenta, quedamos un poco decepcionados y emitimos un simple juicio : aquí alguien copió.

Después de terminar el primer capítulo en aquellos años entre el segundo y el tercer milenio de nuestra era, la cuestión nunca se ofreció a la mente de los espectadores de si un día llegaríamos a ver la secuela de la épica pop de Ridley Scott. Y es que, efectivamente, nada nos dejaba vislumbrar cualquier tipo de nuevas aventuras, ya que todos los engranajes narrativos habían llegado a su merecido final y nada se dejaba arrastrar hacia otros eventos ya que, completa y claramente, no se podía sino decir “todo acabó” (y, dicho sea para que no haya dudas, merecidamente). Scott, de todas formas, parece que durante varios años había llevado dentro de sí la esperanza de encontrar la manera de seguir con el mundo de Roma, algo que casi tuvo su posible continuación con el guion kitsch y pseudo-espiritual de Cave. Sin embargo, la falta de cualquier tipo de expectativas para que el cuento siguiera, era tan obvia que todo espectador no podía sino sentirse satisfecho: el malo muere, el bueno se sacrifica, el mal pierde, el bien gana, la democracia surge, la autocracia desaparece.

Una secuela, entonces, solo puede tener sentido cuando efectivamente existe la posibilidad de que algunos elementos que la preceden podrían ser desarrollados, abriéndoles paso a nuevas aventuras dentro de un conjunto de elementos que tienen un valor narrativo; o, más sencillamente, solo se puede seguir contando si la opción existe. Ante el hecho de no tener manera de añadir nuevas palabras, nuevos párrafos y nuevos capítulos, ¿por qué exigir que nazca algo que nunca pudo tener el derecho a respirar? Quizás sea esta la razón que lleva al director y al guionista de esta película a repetir, casi precisamente, los pasos de la anterior. En vez de proponer nuevos esquemas, entonces, solo se ha podido volver a ofrecer los de antes, decidiendo además quitarle valor al primer capítulo, ya que, en los primeros segundos de esta “nueva” experiencia hay que leer en la pantalla que todo lo que pasó no sirvió para nada. Hay que volver a la presencia del mal para que se repita el juego de la lucha del bien en contra de él, y es así que se varía un poco el juego sin que la estructura entre los dos filmes pueda presentar diferencias sustanciales.

Si una secuela utiliza las mismas pautas de su predecesora, esto solo se puede hacer dentro de un contexto de remixing capaz de sustentarse sin caer en la falta de novedad. El segundo capítulo de Plissken, por ejemplo, se apoya en la voluntad de darle una lectura más pop, algo que el director busca conscientemente, dentro de un mundo en el cual la posibilidad de seguir contando historias es posible. No es el caso de Gladiator ya que nada permite seguir narrando a menos que, como aquí se hace, se tire a la basura el arco narrativo precedente y se presenten caras nuevas que se superponen a esqueletos ya conocidos. El resultado final, entonces, no es un desastre fílmico, ya que la bondad técnica está presente y la narración, por lo menos, fluye, sin embargo, poco valor le dan estos dos elementos a algo que existe solo por el hecho de existir, y que hunde por debajo de una duda que se nos hace necesaria como espectadores: ¿es que de verdad necesitábamos una secuela?

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Ficha técnica:

Gladiator II  / Gladiador 2 ,  EUA, Reino Unido, 2024.

Dirección: Ridley Scott
Duración: 148 minutos
Guion: David Scarpa
Producción: Ridley Scott, Michael Pruss, Douglas Wick, Lucy Fisher, Walter F. Parkes, Laurie MacDonald, David Franzoni
Fotografía: John Mathieson
Música: Harry Gregson-Williams
Reparto: Paul Mescal, Pedro Pascal, Joseph Quinn, Fred Hechinger, Lior Raz, Derek Jacobi, Connie Nielsen, Denzel Washington

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