Críticas

Redención

Godzilla Minus One

ゴジラ マイナスワン (Gojira Mainasu Wan). Takashi Yamazaki. Japón, 2023.

El juego que se inserta en el diálogo con la historia pone de manifiesto la necesidad de analizar el presente a través del pasado. Elegir cierto momento histórico y, de él, unos rasgos precisos significa, efectivamente, enseñar la intención de un proceso de elaboración de lo que fue en relación con lo que es. Y, obviamente, el resultado de una labor de este tipo no puede sino ser la presencia de una serie de preguntas que encuentran su respuesta en la interpretación presente de lo que antes pasó o simplemente pudo pasar. En palabras más llanas, el pasado representa un momento psicológicamente importante de nuestra sociedad y por esto, desde un punto punto de vista antropológico, la voluntad de volver a lo que fue implica una lectura diferente que muestra nuestra manera de pensar y los cambios sucedidos entre aquel momento (el a quo) y el en el cual nos situamos (el ad quem). Todo funciona, entonces, en el contexto de una relación sempiterna que elabora y reelabora aquellos elementos sobre los que, nos gusten o no, se funda nuestro ser en el ahora y aquí de todo ser humano parte de una sociedad.

Esta elaboración del pasado se desarrolla en la continuidad del Japón antes y después de la Segunda Guerra Mundial. El lienzo sobre el cual se estructura la película de Takashi Yamazaki pone entonces de manifiesto la voluntad de abrirse paso en el discurso histórico, jugando tanto con la realidad de los eventos como con la tradición del personaje de Godzilla. Se construye así, casi naturalmente, una serie de aspectos entrelazados que concurren al desarrollo de un cuento que entremezcla lo pop con lo social, entendido aquí como crítica y análisis de lo que compone una sociedad. Y, efectivamente, esta voluntad de jugar con una parte así importante y difícil del pasado japonés lleva a la superficie la necesidad de preguntarse si lo que fue durante la guerra tuvo o no razón de ser, no tanto tomando en cuenta su vertiente política, sino la humana, la que se genera en la presencia diaria de la vida de cada uno de nosotros en el fluir de la historia. El deber, tanto moral como ético, se manifiesta entonces como punto focal de este excelente cuento.

Es un deber, este, que quiere dialogar con el pasado de los kamikaze y que recupera el problema de un Japón que se mueve fuera de la destrucción posbélica y que quiere entrar en el renacimiento, tanto económico como mental, de una población que intenta dejar atrás lo peor. Y, en este discurso, la presencia del monstruo que proviene de las entrañas del océano revela el significado de la metáfora. ¿Qué representa, efectivamente, Godzilla? No es solo el miedo a lo desconocido, sino, quizás, la representación de una naturaleza que puede destruirnos en cualquier momento (algo bastante conocido en la isla de los terremotos y de los tsunamis), de un universo que no está hecho para el ser humano, sino que contiene en sí aquellos elementos destructivos que salen de los mecanismos del bien y del mal y que, como cualquier evento adverso natural, pasan por la sola cuestión de pasar, ya que su existencia no tiene un sentido moral o ético: las cosas son lo que son en el universo, simplemente, porque así son. Y, en todo esto, el ser humano puede bajar la cabeza y aceptar su destino o levantarla e intentar luchar.

Hay que preguntarse cuál es el mensaje de la película. Y, no, no es una cuestión de intentar encontrar una moral (o lo que sea), hurgando hasta en los rincones inexistentes de un análisis que no sabe reconocer la estructura real de una película de monstruos. Este Godzilla quiere ser no tanto (¿no solo?) un cuento entretenido, sino un diálogo sobre el pasado y el presente de una nación, la japonesa, con sus problemas y con su riqueza humana. Quiere, dicho de otra manera, recuperar el valor de los cuentos míticos, de los cuentos de hadas, y proponerle a sus espectadores una lectura de la realidad, para así ir más allá de la simple voluntad de divertir e insertarse en los mecanismos de magistra vitae. Y, en este volver la mirada hacia lo que fue, sube a la superficie el significado de lo que la vida representa en cuanto factor capaz de empujarnos hacia el futuro y en cuanto elemento sobre el cual una nación, tanto en lo atómico de sus individuos como en la colmena que representa su conjunto, puede renacer de los traumas de su pasado.

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Ficha técnica:

Godzilla Minus One (ゴジラ マイナスワン (Gojira Mainasu Wan)),  Japón, 2023.

Dirección: Takashi Yamazaki
Duración: 125 minutos
Guion: Takashi Yamazaki
Producción: Minami Ichikawa, Shūji Abe, Kenji Yamada, Kazuaki Kishida, Gō Abe, Keiichirō Moriya
Fotografía: Kōzō Shibasaki
Música: Naoki Satō
Reparto: Ryunosuke Kamiki, Minami Hamabe, Yuki Yamada, Munetaka Aoki, Hidetaka Yoshioka, Sakura Ando, Kuranosuke Sasaki

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