Series de TV
Gotham (1ª temporada)
La llegada de Gotham a la televisión es posiblemente consecuencia lógica de dos fenómenos que definen una gran parte de la realidad actual del entretenimiento visual, a saber, por una parte el reinado megalómano de las producciones de superhéroes para el cine, y por otra parte, la extensión colonizadora del universo del cómic a la pequeña pantalla como soporte en el que explicar y aclarar aquellos matices y aspectos que no tienen cabida, por cuestiones de tiempo y por el afán de no desbordar la historia, en la narración compacta de un largometraje.
A esto hay que añadir el despertar del universo DC frente al monopolio que ejercía la casa de las ideas al respecto, resurgiendo con una gran fuerza y con la inteligencia de conferir a sus producciones un estilo más maduro y oscuro, capaz de diferenciarlo del sello desenfadado y más jovial, característico de Marvel.
En este contexto, surge Gotham, la nueva serie emitida por Fox e impulsada por Bruno Heller, el productor y guionista que nos trajo series ejemplares en el entretenimiento de calidad como Roma y El Mentalista. Una vez consolidada de forma, me animaría a decir, excelente, la historia de Batman por Christopher Nolan con la trilogía de El Caballero Oscuro (The Dark Night Trilogy, 2005-2012), al espectador sólo le quedaba por saber cómo fue la ciudad que vio crecer a Bruce Wayne, cuál fue el origen de la multitud de villanos que conocemos, como El Pingüino o Enigma, y cómo esa ciudad, sumida en el caos y la corrupción, llegó a necesitar al Hombre Murciélago.
De este modo, la intención de Gotham es narrar y dar a conocer la ciudad que fue calificada por Frank Miller como Metrópolis de noche, en la época en la que el detective Jim Gordon llega al cuerpo de policía, el GCPD, cuando Don Falcone y Don Maroni reinan en Gotham y cuando el joven Bruce Wayne ha quedado huérfano, tras el asesinato de sus padres. Gotham es una ciudad dominada por la mafia y el miedo, y donde la corrupción alcanza hasta los más altos cargos de la política y a la práctica totalidad del cuerpo de policía, de hecho, uno de los puntos fuertes de la serie es el retrato del alcance que tiene el poder del miedo y la manipulación por parte de quienes realmente controlan la ciudad, hasta el punto de convertir la misma comisaría en un grupo de matones a sueldo.
El poder y las luchas de poder y por el poder forman el hilo conductor de la serie y lo que nos permite definir a la mayoría de sus personajes, principalmente a los villanos. Llegados a este punto, el de la presentación de los protagonistas, hay que enfatizar que otro de los aciertos de la producción ha sido la elección del casting para dar vida a un rico y variado elenco. De entre todos, el que merece ser destacado en primer lugar es, sin duda, el personaje de Oswald Cobbelpot, más conocido como El Pingüino, magistralmente interpretado por Robin Lord Taylor. Si el atractivo de la serie es la evolución de los diferentes personajes hasta la aparición de El Hombre Murciélago, en el caso de Oswald el proceso es magnético, te atrapa desde el principio y es prácticamente lo que anima a seguir cada capítulo, desde simple bufón humillado y menospreciado al servicio de Fish Mooney (intensa Jada Pinkett Smith) hasta convertirse, poco a poco y con una inteligencia prodigiosa, en el jefe criminal más importante de la ciudad, todo a base de lo que podría considerarse una perfecta y calculada partida de ajedrez en la cual El Pingüino visualiza y ejecuta cada movimiento con precisión de cirujano. Si Maquiavelo hubiera vivido para conocer Gotham, encontraría aquí una perfecta inspiración para su Príncipe, sin duda alguna.
Jim Gordon está excelentemente interpretado por Ben McKenzie, es la viva expresión con veinte años menos de la versión que nos regaló Gary Oldman para la trilogía de Nolan, y se define como un hombre duro, con experiencia militar, que no sólo no se deja “tocar” por la corrupción, sino que está decidido a acabar con ella y devolver a los ciudadanos la esperanza de salvar la ciudad; Gotham se presenta de esta manera como una Gomorra o Babilonia consumida por el vicio y la corrupción, que encuentra en unos pocos héroes la única esperanza para detener su destrucción y obtener una última oportunidad para salvarse.
Junto a Gordon encontramos al inspector Harvey Bullock, interpretado por el veterano en secundarios carismáticos Donal Logue, el contrapunto de Jim que le ayudará como compañero, al principio, y como amigo, más tarde, a desenvolverse por el corrupto y oscuro submundo de la ciudad. Le aconsejará en quien confiar y en quien no, el mecanismo de favores y clientelaje entre el cuerpo de policía y entre éste y la mafia, y a quien no debe molestar, aunque el recién llegado detective haga caso omiso a esto último y se embarque en una “cruzada” solitaria por recuperar la integridad del GCPD, por una parte, y por averiguar el motivo y los responsables de la muerte de Martha y Thomas Wayne, por otra.
La investigación que lleva a cabo Jim Gordon sobre el asesinato de los Wayne es el lazo que lo une al joven Bruce (David Mazouz) y preparará la base de lo que en un futuro será una estrecha relación entre dos luchadores contra el crimen y a favor de la justicia. Alfred (Sean Pertwee) se muestra como un ex miembro del ejército británico con oscuro pasado y de lealtad incondicional hacia el pequeño Bruce, de quien ahora ha de cuidar. Finalmente, hay que destacar la genial definición que se hace del personaje de Edward Nygma (Cory Michael Smith), futuro Acertijo, uno de los personajes que mejor se logra entender en su evolución progresiva hacía el villano en que se convertirá. Junto a este reparto, Selina Kyle y la futura Poison Ivy, como personajes ligeros y secundarios, forman este universo pre-Batman que tan bien refleja la serie.
Al buen reparto hay que añadir la magnífica ambientación de las calles y escenarios de Gotham, todo conseguido gracias a una excelente fotografía. La oscuridad de los barrios de la ciudad, los almacenes del puerto, el espacio catedralicio gótico de la comisaria, la magnificiencia de la mansión Wayne o el ambiente festivo y grotesco del club de Fish Mooney forman parte de una gran variedad de escenarios únicos y singulares.
Si hemos de indicar algun aspecto a mejorar de esta primera temporada de Gotham es el hecho de conferir demasiada importancia a algunas tramas secundarias (la historia de Selina Kyle) para completar los 22 episodios, o el forzado protagonismo otorgado al joven e impasible, pero correcto, Bruce Wayne.
Con todo, Gotham en su primera temporada se muestra una serie capaz, con fuerza y estilo, con un buen reparto y una historia que funciona como perfecto complemento al universo del Caballero Oscuro para comprender el mundo de Batman antes de Batman. Aun sus aspectos a pulir, se aprecia una buena base sobre la que impulsarse y ofrecer una segunda temporada digna de elogio, la clave quizá esté en considerar la ciudad de Gotham como la auténtica protagonista, por encima incluso del héroe que engendrará.
Tráiler:
Muy interesante.-Me gusta.