¿Has visto luciérnagas alguna vez?

Esta es una exploración de la mirada femenina que se me antoja divertida y dramática, reveladora, convincente y desafiante. Es la historia de la vida de Gülseren, con excelente protagonismo de Ecem Erkek, una mujer turca nacida hacia 1948 quien desarrolla su vida en un ambiente familiar en el cual ocurren muchas cosas, donde todo varía, pero no su altivo modo de ser, basado en la franqueza, el humor, el desparpajo, la inteligencia y el atrevimiento. Su madre es una mujer fuerte y dominante, que ejerce un atractivo sobre Gülseren , porque es protectora, persistente, porque es un extraño polo a tierra, un límite que genera alertas a sus escarceos con la libertad. Su padre es bien distinto a su madre, un ser amable y tolerante, que le estimula sus caprichos y que hace de confidente en los escasos momentos en los cuales Gülseren busca activamente la opinión de terceros. Hay dos tíos en el hogar. Uno es un rebelde romántico, que se involucra en grupos izquierdistas, frecuente visitante de cárceles, lector y divulgador de textos prohibidos. El otro tío es conservador, religioso, con ilusiones de cercanía a Dios y de iluminación. Ambos son algo incoherentes y despistados, pero no exentos de picaresca sabiduría y de acertados apuntes y mantienen una rivalidad que da lugar a curiosas conversaciones donde los extremos se tocan, donde saltan las chispas que nos iluminan sobre las grandes divisiones ideológicas que avivan los conflictos humanos. A través de ellos observamos el país, sus cambios, sus oscilaciones entre modernismo, progreso, represión e intolerancia.

Es que la vida de Gülseren es en cierta forma la vida de las mujeres de la época actual (mitad final del siglo 20 y comienzos del siglo 21). Seres que se desprenden de existencias rutinarias y exigentes centradas en el hogar y en el cuidado de los hijos para volverse personas que son enfrentadas a nuevas responsabilidades y opciones de vida, externas al hogar, sin que acaben de liberarse de las anteriores cargas y rutinas. Estos cambios se sienten especialmente en sociedades tradicionales, como Turquía, pero mucho más abiertas al cambio y al modernismo que los demás países del mundo musulmán. Ante esto, Gülseren es siempre distinta, sin que se amolde a ningún estereotipo. Es una mujer inspirada por la libertad, por la mirada distinta, por las ganas de provocar, de preguntar, de explorar. Sin embargo, su ámbito no se escapa a las cuatro paredes de su hogar, a las cuatro paredes de su estrecha vida. Es una rebelde en su propio campo, que no pretende cambiar al mundo ni alterar nada más allá de sus cercanías.

Hay dos extraños comportamientos en su vida que la separan de los demás y si bien ella los acepta como algo natural, se sabe rara con ellos, se siente inquieta y llena de preguntas sin respuestas satisfactorias. Uno de ellos es la presencia de luciérnagas en su vida. Ella ve esos pequeños insectos luminosos con frecuencia, en momentos de soledad, en rincones escogidos de sus días y de sus ambientes. Cuando los ve, sonríe, se emociona, viaja a otros mundos, entra en trance luminoso. Pero sabe que los demás no tienen las mimas visiones ya que no lo expresan. Entonces este es para ella un espacio de soledad inquietante que la llevan a preguntarles a otros ¿Has visto luciérnagas alguna vez?, con la esperanza de escucahr una respuesta, de sentirse acompañada, para aceptarse más a sí misma. Cada vez es más evidente para ella que es distinta y ello causa conflictos de autoestima que se revelan en su vida misma y que el filme explora, dando lugar a la excelente actuación de la protagonista. En este sentido la cinta tiene mucho de obra de teatro, y, de hecho, se basa en una obra de teatro representada con gran éxito en Turquía.

El segundo comportamiento extraño es que Gülseren es una calculista- genio, uno de estos sabios de la matemática que son capaces de resolver problemas con grandes números. Ella puede multiplicar en su mente, a gran velocidad. Ve la respuesta. Y, sin embargo, no es una buena estudiante y la echan del colegio por su insoportable comportamiento que desespera a los profesores con respuestas ingeniosas, desafiantes y rápidas, cuando se la cuestiona. Entonces es mujer en época de cambios, es mujer que se siente libre y altiva; ve hermosas luciérnagas y tiene genialidades matemáticas. Pero no sintoniza, es extraña, aunque valiosa en extremo.

Quedamos entonces los espectadores desafiados también por la pregunta sobre las luciérnagas. Cuando era niño (también nací en 1948) había luciérnagas en nuestras vidas, no que les prestáramos mucha atención, pero sí nos sorprendían e inquietaban. Ya no las vemos, se fueron alejado de las ciudades a medida que crecían los barrios y se perdieron esas fincas y esos lotes verdes que se combinaban con las casas en las épocas de mi niñez. Así que podemos dirigirnos a otras estrellas, a otras luces, a otras iluminaciones que inspiren nuestras vidas y preguntarnos sobre lo que vemos y lo que compartimos en este sentido. Quizás así podremos aceptar la imaginación creativa como algo valioso y que se puede compartir, para combatir la indiferencia y la soledad que muchos pueden estar experimentando.

También conviene inquietarse ante el otro diferente, el que siente la energía propia como una fuerza que debe salir, que se debe expresar. ¿Qué podemos hacer para que no se apague el otro, para que brille y para que nosotros mismos podamos expresarnos también? Recomiendo ver esta película, para sentir esas inquietudes, experimentar esas energías y para apreciarla como el buen filme que es.

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