Críticas
Violencia cruda y ritmo frenético
Hunt. Caza al espía
Otros títulos: Heon-teu.
Lee Jung-jae. Corea del Sur, 2022.
El cine surcoreano sigue dando alegrías que encima han llegado al público masivo gracias al éxito de Parásitos (Bong Joon-ho, 2019). Bien es cierto que esta interesante filmografía lleva años en el disparadero de los aficionados, por la enorme variedad temática y calidad técnica que suelen presentar las películas llegadas de tan exótico emplazamiento. Directores ya consagrados se codean con sangre nueva, y productos como El juego del calamar se transforman en auténticos fenómenos de masas en el mundo. Comedia, acción, terror, thriller… la combinación entre la cercanía con el público y la pericia visual de sus artífices consigue un equilibrio magnífico que es pilar del éxito.
Precisamente de El juego del calamar surge la cara reconocible de este proyecto, Hunt. Caza al espía (Lee Jung-jae, 2022). La dilatada carrera de Lee Jung-Jae le ha llevado a ser uno de esos actores casi omnipresentes en el cine coreano, y con este thriller de acción da el paso para ponerse detrás de las cámaras. No sale mal parado, en absoluto, de la experiencia, armado con poderosas escenas de acción de violencia cruda y un sentido del ritmo frenético plasmado en una puesta de largo llena de intenciones.
El sempiterno conflicto entre las dos Coreas sirve de contexto para el emocionante duelo entre dos agentes secretos del Sur, convencidos de la existencia de un topo infiltrado entre sus filas, parte de un complot para asesinar al presidente del convulso país de principios de los 80. El tiempo elegido por el director para presentar el mundo subterráneo de las cloacas del espionaje tiene mucha fuerza en la historia. Corea del Sur se encontraba inmersa en su propio periodo de dictadura, y las voces contra la represión gubernamental tienen sus ecos en el trasfondo político de la trama.
Los métodos dudosos, la paranoia, las traiciones y las maniobras sin escrúpulos en las bambalinas de la realidad son el gran pilar que sostiene Hunt. Ninguno de los personajes que se mueven entre las sombras son precisamente héroes. Oscuros, obsesivos y movidos por una especie de cruzada, están dispuestos a mancharse las manos de sangre, incluso a que algún inocente quede por el camino. Lee Jung-jae juega al despiste en un ingenioso juego de trileros, una amalgama de bandos e intereses que impiden al espectador las cábalas y predicciones acerca de cuál será el siguiente paso de una trama enfebrecida. Nada es lo que parece en el despiadado tablero de juegos que el debutante director plantea.
Lee Jung-jae tiene habilidad para el manejo de la tensión y sabe cuáles son los puntos fuertes de su propuesta. Por una parte, el duelo físico y actoral de sus dos protagonistas, interpretados por el propio Jung-jae y su intensa contrapartida, el actor Jung Woo-sung. Tienen química y consiguen que el aire entre ambos se pueda cortar con un cuchillo, auténtico crescendo de tensiones. De la desconfianza mutua a la violencia sin tapujos, el viaje de ambos personajes es la antítesis de la redención. No hay escapatoria posible del infierno desatado en medio del desastre, en un país que se consume en las llamas de sus propias miserias. Y es que estos dos espías son buena metáfora de esos tiempos explosivos, en los que el futuro se construía sobre pasos inciertos, sin hacer prisioneros durante el trayecto.
A pesar de esos buenos mimbres y de que, en general, Hunt. Caza al espía es una película bastante competente, los desequilibrios acaban por lastrar las muy notables ambiciones de la propuesta de Lee Jung-jae. El director muestra habilidad y pericia en la resolución visual de las escenas más impactantes, pero también flojea a la hora de establecer cohesión. Está tan empeñado en la confusión como elemento primordial de su historia que, efectivamente, acaba por aturdir al público, con flashbacks poco claros y soluciones rocambolescas, que invitan a enarcar una ceja con algunos giros de guion que rozan lo paródico. Sobre todo en el cato final de la película, las revelaciones se hacen tan inverosímiles que todo el conjunto se tambalea, y el regusto que deja no es tan excitante como lo que se prometía en los compases iniciales.
A este desequilibrio narrativo se une la muy compleja tarea de unificar la solidez del drama de tintes políticos con el propósito de cumplir con un público ávido de persecuciones e intercambio de disparos. El constante malabarismo entre dos mundos no cuaja de la manera que la película precisa, y hay cambios de ritmo desconcertantes. Esta circunstancia choca como un tren de mercancías con el espectador, bastante aturullado a esas alturas por el desafío que conlleva prestar atención a todos los detalles hacia los que nos vemos obligados a vigilar, bajo la amenaza de perder el hilo por algún ínfimo pormenor que puede resultar clave para la resolución del misterio.
Hunt. Caza al espía peca de falta de claridad. No diría que es pretenciosa, porque en el fondo las cosas no son tan sofisticadas como nos quieren hacer creer. Están envueltas de esa sensación de complejidad casi enervante, pero hay más artificio que soluciones. El poder de Hunt está en las persecuciones, la planificación milimétrica de escenas que dejan sin aliento por su sentido salvaje de la acción, en los espacios mutados a sangrientos campos de batalla, auténtica jungla urbana, en la que es imposible distinguir entre amigos o enemigos. En ese pelaje, la película aprueba con nota.
A pesar de sus oscilaciones, Hunt. Caza al espía es espectáculo, sobrio y elegante; quizá falto de concreción, pero que consigue mantener el interés a pesar de las muchas veces que se tropieza con sus trampas.
Tráiler:
Ficha técnica:
Hunt. Caza al espía / Heon-teu , Corea del Sur, 2022.Dirección: Lee Jung-jae
Duración: 125 minutos
Guion: Lee Jung-jae
Producción: Sanai Pictures
Fotografía: Lee Mo-gae
Música: Cho Young Wuk
Reparto: Lee Jung-jae, Jung Woo-sung, Heo Sung-tae, Park Yoon-hee, Joe Nowell, Jeon Hye-jin, Jung Jae-Sung, Go Youn-jung, Jeong Man-shik, Jo Woo-jin