Juego de tronos

 

A estas alturas, casi todo el mundo es consciente de que Juego de tronos (Game of Thrones) ha trascendido las fronteras del género fantástico, al que pertenece la saga o novela‑río de George R. R. Martin Canción de hielo y fuego, y se ha convertido en un auténtico fenómeno de masas, algo propiciado, sin duda, por la magnífica serie creada por David Benioff y D. B. Weiss para la cadena HBO. Juego de tronos es el título que ha adoptado la serie televisiva, pero, en la saga literaria, es el primer subtítulo de un total de siete entregas, si bien, hasta la fecha, Martin solo ha publicado las cinco primeras: Juego de tronos (1996), Choque de reyes (1998), Tormenta de espadas (2000), Festín de cuervos (2005) y Danza de dragones (2011).

En España, las novelas empezaron a publicarse a partir de 2002 en la editorial Gigamesh. Su traductora, Cristina Macía, resume perfectamente los ingredientes de este singular éxito: “Intrigas, asesinatos, conjuras, reyes y reinas, incestos y violaciones, parricidios, princesas cautivas, princesas guerreras, luchas por el poder, historias de amor, crimen y algún que otro castigo, celos, venganza, la mano omnipresente del destino, regicidios habituales, mucho sexo y una pizca de magia. Son los ingredientes de cualquier culebrón, sí. También son los ingredientes de las obras de Shakespeare. Y, desde luego, son los que conforman el universo de Canción de Hielo y Fuego, la saga más conocida ahora gracias a la pequeña pantalla por el título del primero de los libros que la componen: Juego de tronos”. Además, todo ello se ha montado sobre un telón de fondo determinado: algunos episodios de la Historia de Inglaterra, desde el Muro de Adriano hasta la Guerra de las Dos Rosas, por no hablar de las continuas resonancias shakespeareanas, hasta el punto de que predomina Shakespeare sobre Tolkien.

El mundo del videojuego no podía permanecer ajeno a este universo, por eso apareció un juego de estrategia como A Game of Thrones: Genesis. Ahora bien, el rol se ajusta mucho mejor al mundo de Martin que la estrategia, como podemos comprobar en el juego que ha lanzado Cyanide, titulado simplemente Juego de tronos (Game of Thrones), que no es solo para PC, sino también para Xbox 360 y Play Station 3, y que se empezó a desarrollar antes de que se anunciara la serie de televisión. Lo más interesante de esta propuesta de Cyanide es que renuncia a adaptar la primera novela de la serie y escribe un guion original, donde se perfila una acción paralela a la que encontramos en la primera entrega de Canción de hielo y fuego. Ese es su gran acierto: ofrece una historia nueva en un universo plenamente reconocible. La acción tiene lugar entre la muerte de John Arryn, la Mano del Rey, y el desenlace de la primera temporada. Podemos manejar a dos personajes bien distintos, si bien unidos por un mismo destino: uno es Mors Westford, veterano miembro de la Guardia de la Noche, antiguo servidor de la casa Lannister; el otro es Alester Sarwyck, heredero de Aguasfuentes, que abandonó su ciudad de origen para convertirse en un sacerdote rojo. A lo largo de diferentes capítulos, iremos jugando como uno de los dos, hasta que el guion los una en un desenlace que ofrece varias posibilidades. Poco a poco, iremos conociendo el pasado de los personajes en un mundo, el de los Siete Reinos, que comienza a desmoronarse tras la muerte de Robert Baratheon.

Juego de tronos garantiza largas horas de diversión y la posibilidad de varios finales con gran fuerza dramática. A pesar de que sus gráficos no resultan espectaculares, de que no hay demasiada libertad de movimientos y de que la jugabilidad podría haberse mejorado, todo se disculpa por la historia, perfectamente trabada, digna de ser llevada al cine o a la televisión. Mors Westford es, sin duda, un gran personaje, un héroe trágico de estirpe griega, al igual que Alester Sarwyck.

No lo olviden. Se acerca el invierno, pero en el Juego de tronos solo se puede ganar o morir.

Trailer:

http://www.youtube.com/watch?v=Xo560tLilcM