Críticas
Oscuras e inciertas realidades
La corazonada
Alejandro Montiel. Argentina, 2020.
El cine argentino tiene una buena tradición de películas de suspenso investigativo, así que en estos días de obligado tránsito por las salas de cine virtual, decidí visionar La corazonada, con la sensación intuitiva de que iba a ser una buena experiencia. Debido al especial cariño que siento por el método intuitivo de aproximación a la realidad, tenía la mente muy abierta y dispuesta. Concibo la intuición como una herramienta creativa muy emparentada con la imaginación, que nos lleva a hacernos preguntas difíciles y a atrevernos a proponer y a ensayar respuestas. La investigación de un crimen pareciera ser un escenario casi que ideal para aplicar estos conceptos en busca de localizar a los posibles culpables y, ante todo, a los posibles móviles del crimen. Nuestra naturaleza lógica nos lleva comúnmente a suponer que detrás de cada crimen debe de existir un motivo y que ambos aspectos, crimen y motivo, están íntimamente ligados. De hecho, una de las preguntas esenciales del trabajo de investigación es plantear cuáles son esos motivos y quién pudiera sentir tales urgencias criminales. Por ello es de considerar que las personas cercanas al hecho criminal son posibles sospechosos. No en vano, gran parte de los asesinatos son causados en el seno mismo de las familias o de los círculos de la víctima.
De esto trata bastante la cinta. Pipa, la protagonista, es una joven detective dotada de una inagotable capacidad para hacerse preguntas siguiendo su sentido intuitivo, es decir, sus corazonadas, y para emprender caminos de búsqueda basados en las posibles respuestas que se atreve a plantear. Como es de esperar, choca frecuentemente con su jefe y con un veterano detective, su mentor. Este último experimenta cierta simpatía por esas ansias de la joven investigadora, seguramente porque recuerda sus propias exploraciones que lo convirtieron en un acertado investigador que emplea métodos no siempre convencionales. Seguir la intuición de un protagonista en una película va a ser siempre un problema para los espectadores, ya que no es práctico que el personaje que la experimente describa en voz alta sus devaneos (preguntas y respuestas) mentales y emocionales, de modo que queden claros para todos. Por ello se van a experimentar extraños giros e inesperados sucesos, cuellos de botella, callejones sin salida y súbitas conexiones que dan la apariencia de que algo le falta al guion, de que parezca acomodado. Vale la pena observar estas cosas, hacerse preguntas, responderlas y sentir el desafío de descubrir qué es lo que realmente pasa.
Ahora, siempre va a ser sorprendente el universo del crimen, puesto que muy seguramente se escapa a la sana lógica de las personas normales. Quizás por ello una inmensa mayoría de los delitos cometidos en Latinoamérica quedan sin resolver y la impunidad reina rampante. Los sistemas de investigación que se emplean, basados en registros, pruebas, evidencias y lógica legalista, no son capaces de penetrar efectivamente en las manipuladoras y maliciosas mentes criminales o se agotan rápidamente por su complejidad, su alto costo y la falta de disciplina y de persistencia para llevarlos hasta el final, antes de que se agoten los términos de las enredadas instancias judiciales.
Algo de eso se deja ver en esta cinta, mostrando que en verdad es poco atractivo este mundo de la investigación criminal. Para completar las dificultades, el sabueso se ve enfrentado a la posibilidad de que todo sea una farsa social, en la cual los patrones se tuercen, en la cual hay intereses oscuros y corrupción, en la cual el peor enemigo, el criminal, puede ser el compañero de trabajo o el jefe. Intervienen los secretos y las agendas escondidas. De alguna manera esto aviva el espíritu intuitivo del investigador, cuyas preguntas y corazonadas se vuelven obsesivas. El asunto que se plantea es el cómo vencer la nube oscura y en apariencia impenetrable que entorpece el trabajo.
A todo esto se ve sometida Pipa. Bien interesantes los recorridos que hacemos junto con ella por los distintos entornos de una gran ciudad y de sus zonas rurales, plenos de tensiones sociales y de riesgos. En general, es nocturno el ambiente, oscuras las circunstancias y sórdidos los lugares, y nos preguntamos de qué tienen que estar hechos los investigadores para vencer tantas dificultades circunstanciales, personales y grupales. Porque no hay que engañarse, la realidad seguramente es más compleja, enredada, oscura e incierta que lo que se muestra en un filme como este.
Tráiler:
Ficha técnica:
La corazonada , Argentina, 2020.Dirección: Alejandro Montiel
Duración: 116 minutos
Guion: Alejandro Montiel
Producción: Adriana Martínez Barrón
Fotografía: Guillermo Nieto
Música: Nico Cota
Reparto: Luisana Lopilato, Joaquín Furriel, Rafael Ferro, Maite Lanata, Juan Manuel Guilera, Abel Ayala,Sebastián Mogordoy, Delfina Chaves, Marita Ballesteros
Una buena pelicula argentina que nos entretiene en estos tiempos de pandemia. Sin embargo, para mi es algo confusa. Hay muchos detalles -como en la vida real- que hacen dificil seguir la trama y todas sus posibilidades. los protagonistas hacen un buen papel. Luisana Lopilato tiene un encanto especial y el detective, Furriel, jefe inmediato de ella, tambien. Ambos, ella con su belleza fresca y él con su cara de aguila conforman una excelente pareja,
Muestra esta pelicula para un peruano como soy y sin gran conocimiento filmico que en Argentina, hay mucho talento como deslumbraba a Sudamérica hace más de un siglo.